Los
aceites vegetales constituyen la mejor fuente de grasas insaturadas para la
alimentación. Resultan indispensables para nuestra salud y previenen contra
enfermedades vasculares.
Una
primera clasificación general de los aceites se basa en la forma de extracción.
Lo más usual en el mercado es encontrar aceite refinado. Este aceite es sometido
a un tratamiento químico que asegure y alargue su conservación, además de
mejorar su aspecto. Son tratamientos basados en la presión a altas temperaturas,
seguida de sucesivas extracciones con disolventes químicos y antioxidantes. El
aceite resultante dura más, pero habrá perdido parte de sus propiedades. Durante
el calentamiento, a temperaturas que oscilan entre los 170 y los 230°C cuyo fin
es eliminar el mal olor que hayan podido producir las sustancias químicas, las
moléculas de los ácidos grasos insaturados se desnaturalizan. Este tipo de
aceites pierde una de sus principales virtudes, que es la de disminuir el nivel
de colesterol, además de parte de las vitaminas.
Frente a
los aceites refinados se encuentran los obtenidos por presión en frío. El
producto es sometido a un prensado en frío, a unas diez atmósferas en el caso de
la oliva, gracias al cual se mantienen todas sus propiedades. Pero es un tipo de
aceite más inestable, con más facilidad para volverse rancio por la oxidación y
la presencia de enzimas y aceites esenciales.
Hablaremos de aceite biológico cuando nos refiramos a aceites en los que durante
todo el proceso de cultivo, siembra, recolección, extracción y envasado no se
han utilizado agentes químicos ni conservantes artificiales. Los aceites
biológicos de primera presión en frío conservan toda la fuerza del sabor
original y mantienen sus virtudes reparadoras, pero su periodo de conservación
es corto, lo que hace que deban sur consumidos en plazos menores que los aceites
industriales.
Propiedades de los aceites vírgenes y de primera presión en frío:
• No
contienen colesterol y reducen su concentración en la sangre.
•
Disminuyen el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y
arteriosclerosis.
•Contribuyen a disminuir la tensión arterial y los niveles de azúcar en la
sangre.
•
Contienen una dosis importante de vitamina E, de gran poder antioxidante, y
contribuyen a neutralizar los radicales libres.
• Tienen
una beneficiosa influencia en el crecimiento de los huesos, pues facilitan la
mineralización y calcificación idóneas, por lo que son aconsejables durante el
crecimiento y corno prevención contra la osteoporosis.
•
Estimulan la vesícula biliar y dificultan la formación de cálculos biliares.
• Regulan
el tránsito intestinal y reducen la acidez gástrica.
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