|
ACEPTACIÓN
Si hay algo que no podamos disfrutar, por lo menos podemos aceptarlo como
aquello que debemos hacer. Aceptar significa reconocer que, por ahora, esto es
lo que esta situación y este momento me exigen, de manera que lo hago con buena
disposición. Ya nos referimos anteriormente a la importancia de aceptar
internamente lo que sucede, y aceptar lo que debemos hacer es otro aspecto de lo
mismo. Por ejemplo, quizás no podamos disfrutar de cambiar una llanta pinchada
en la mitad de la nada y bajo una lluvia torrencial y mucho menos sentir
entusiasmo al hacerlo, pero podemos infundir aceptación a la labor. Realizar una
acción en estado de aceptación significa estar en paz mientras la realizamos.
Esa paz es una vibración sutil de energía que penetra en lo que hacemos. A
primera vista, la aceptación parecería sinónimo de pasividad, pero en realidad
es activa y creadora porque trae algo completamente nuevo a este mundo. Esa paz,
esa vibración sutil de energía es la conciencia, y una de las maneras de
manifestarse en este mundo es a través de la entrega, uno de cuyos aspectos es
la aceptación.
Si no
puede aceptar ni disfrutar lo que hace, deténgase. De lo contrario, no estará
asumiendo responsabilidad por lo único sobre lo cual puede asumirla y que, dicho
sea de paso, es lo único que importa: su estado de conciencia. Y si no asume
responsabilidad por su estado de conciencia, no estará asumiendo la
responsabilidad por la vida.
|
|