PREPARACIÓN Y UTILIZACIÓN DE
LAS PLANTAS MEDICINALES
Ver también
Preparación de remedios
En algunos casos basta con
comer la planta o parte de ella. También debe pensarse dónde va a actuar,
pues sería muy dolorosa la aplicación de un extracto alcohólico sobre una
herida. Pero para administrar una sustancia contenida en una planta no basta
considerar dónde va a aplicarse, sino que deben tenerse en cuenta sus
características físicas y químicas, ya que, por ejemplo, muchas vitaminas se
destruyen con el calor. A efectos de temperatura, y como ideas generales en
los usos medicinales (y culinarios), vale la pena tener en cuenta las
siguientes observaciones:
• Si echamos la planta en
agua hirviendo, las sustancias solubles pasarán de la planta al agua, pero
no todas; sin embargo, si ponemos la planta en agua fría y la calentamos,
todas las sustancias solubles irán desprendiéndose de la planta, de tal
forma que cuando empiece a hervir, en la planta ya no quedará prácticamente
ninguna sustancia. Conclusión: si queremos aprovechar la planta (por
ejemplo, la verdura), debe añadirse al agua hirviendo, mientras que si lo
que queremos aprovechar es el líquido (por ejemplo, para hacer caldo),
echaremos todos los ingredientes en agua fría.
El calor puede destruir las
sustancias activas: por esta razón se utilizan más las infusiones que las
decocciones; y por el mismo motivo algunas preparaciones se hacen en frío
(maceraciones).
Veamos, pues, las formas en
que pueden prepararse las plantas para que en su utilización se aprovechen
de forma óptima los principios activos:
• Aceite. Es el
líquido graso que se recoge tras triturar o moler frutos o semillas. Algunos
son utilizados en fricciones; otros son absorbidos por vía oral. Otra forma
de utilizar las hierbas como aceite consiste en aromatizar el aceite que se
usa corrientemente en la cocina, sea de oliva, de girasol, de maíz, etc.
Consiste en introducir una ramita de la hierba en cuestión en la propia
botella de aceite y empezar a utilizarla al cabo de nueve días.
• Agua de hierbas. Se
obtiene manteniendo las hierbas en agua clara durante un determinado período
de tiempo durante el cual los principios activos se disuelven en el agua. Se
utiliza cuando las sustancias que nos interesan se destruyen por el calor y
no puede prepararse una infusión. Hasta unos 40 grados se mantienen intactos
todos los productos orgánicos; a partir de esa temperatura, algunos pueden
destruirse. Así pues, no es necesario tomar del todo fría el agua de
hierbas; puede calentarse ligeramente.
• Bouquet garni. Ramillete formado por ramitas y hojas de tomillo,
laurel, orégano y perejil, que se atan y acompañan a los guisos mientras se
cuecen; se retira antes de presentar los platos en la mesa.
• Baño. Consiste en
sumergirse en la bañera con agua a la que se ha añadido el líquido
resultante de hervir durante unos cinco minutos un puñado de hierbas en un
cazo de aproximadamente un litro. Se usa para beneficiarse de los efectos
tónicos, emolientes, sedantes, etc.
• Baño de asiento.
Baño en que se sumergen los órganos sexuales y los glúteos. Suele
utilizarse, entre otros, para tratar las hemorroides.
• Cataplasma. Es una
pasta que se prepara con harina, agua y la planta triturada. Se aplica en
caliente sobre la zona afectada (dolores traumáticos, articulaciones) y se
deja actuar durante un cierto tiempo.
• Champú. Solución
jabonosa a la que se añade el extracto de la planta para aplicarlo sobre el
cuero cabelludo.
• Cigarrillo. Forma
de utilización de hierbas activas sobre el sistema respiratorio, que
consiste en enrollarlas sobre sí mismas si son grandes o picarlas y liar la
picadura en un cigarrillo para fumarlo.
• Cocimiento.
Decocción.
• Crema. Emulsión
(mezcla) de los principios activos en solución alcohólica (alcohol de
hierbas) o acuosa (decocción, infusión) en un medio graso, como ceras, para
obtener una pasta grasa (crema) que se pueda aplicar sobre la piel,
frotandola para que se absorba totalmente.
• Decocción. Una de
las formas más habituales para aplicar las propiedades de las hierbas. Se
prepara de la manera siguiente: se coloca la cantidad estipulada para cada
planta en agua fría y se lleva a ebullición manteniendo el fuego lento; se
deja hervir durante un cierto tiempo, se cuela y ya está lista para su uso.
Cuanto más tiempo se mantenga la ebullición, más se concentrarán los
principios activos al ir evaporándose el agua.
• Elixir. Bebida
medicinal. Tiempo atrás se aplicaba el término a las preparaciones que
curaban todos los males.
• Emplasto. Preparado
de plantas a base de resinas y grasas, que es Pegajoso y se adhiere a la
zona en que se aplica.
• Emulsión. Mezcla en
que los compuestos no son solubles, como el aceite y el agua.
• Escaldar. Añadir
las hierbas cuando el agua está hirviendo y mantener la ebullición unos
cinco minutos.
• Gargarismo.
Preparación líquida con la que se hacen gárgaras (con un sorbo en la boca,
se mantiene ésta abierta con la cara mirando hacia arriba, y se arroja el
aliento suavemente para que el líquido moje la garganta).
• Harina. Polvo muy
fino.
• Infusión. Es, sin
lugar a dudas, la forma más conocida de utilización de las plantas
medicinales. Se trata de evitar que el agua donde se ha echado la planta
llegue a hervir, pero ha de estar muy caliente. Ello se consigue de dos
maneras distintas: cuando el agua hierve, se añaden las hierbas, se retira
del ruego y se tapa el recipiente. La alternativa consiste en colocar las
hierbas en una taza, añadir el agua hirviendo y taparla. En ambos casos debe
dejarse reposar un mínimo de 5 minutos.
• Jabón. Emulsión de
los principios activos en sustancias orgánicas que producen espuma con el
agua. Útil para aplicaciones sobre la superficie corporal.
• Jarabe. Líquido
espeso preparado con los principios activos disueltos en agua (líquido de
decocción o infusión) y gran cantidad de azúcar.
• Jarabe de cinco raíces.
Jarabe diurético y aperitivo que se prepara con las raíces de apio,
espárrago, hinojo, perejil y rusco. A un litro de agua se añaden 50 gramos
de cada una de las raíces de las plantas mencionadas, se lleva a ebullición
y se mantiene ésta, con fuego lento hasta que el agua se reduce a la mitad.
Se tapa el recipiente y se deja en maceración hasta el día siguiente. Se
cuela, se añade medio kilo de azúcar y se calienta a fuego lento, agitando
constantemente con una cuchara de madera, hasta que se disuelva el azúcar.
Si la consistencia no es la esperada para un jarabe, puede añadirse más
azúcar. Se toman tres cucharadas al día.
• Jugo. Extracto
líquido obtenido directamente de la planta, por trituración y filtrado.
• Leche. Líquido que
se obtiene cuando se mezclan con agua semillas oleaginosas trituradas.
• Linimento. Mezcla
que suele contener un alcohol y aceite, que se utiliza para friccionar la
piel.
• Loción. Preparación
líquida con la cual se lava rápidamente la zona afectada (generalmente por
irritaciones).
• Maceración.
Operación consistente en mantener la planta sumergida en un líquido (agua,
vino, vinagre u otros) a temperatura del ambiente, durante un tiempo
determinado.
• Pediluvio. Baño
aplicado únicamente a los pies.
• Polvo. Resultado de
triturar la planta hasta obtener partículas muy pequeñas.
• Sopa de hierbas.
Forma de aplicar las hierbas que constituye el primer plato de una de las
comidas principales (comida o cena). Se suele preparar cortando el pan a
finas rebanadas, como si fueran patatas para hacer tortilla (es preferible
el pan endurecido, de cuatro o cinco días antes; el pan tostado no es
aconsejable, pues no puede cortarse en láminas delgadas). Se coloca el pan
en un plato hondo y se añade el líquido, hirviendo, de una muy corta
decocción (agua que hierve con las hierbas durante unos 5 minutos) o de una
infusión. Puede añadirse, según el gusto, sal, aceite, .zumo de limón, una
yema de huevo o cualquier otro complemento.
• Tintura. Solución
alcohólica de los principios activos. Se prepara dejando macerar la planta
en alcohol durante un cierto tiempo.
• Tisana. Infusión
destinada a la bebida.
• Vaho. Consiste en
respirar los vapores que se desprenden del agua mientras hierve con la
planta. Los vahos son una excelente forma de combatir los resfriados. Se
utiliza agua hirviendo en la que se han echado hierbas medicinales, como por
ejemplo hojas de eucalipto o su esencia. El paciente debe respirar el vapor
el mayor tiempo posible, cubriéndose con una toalla para que éste no escape.
Se descongestionan y desinfectan las vías respiratorias, lo que contribuye
al bienestar del enfermo y a su curación.
• Vinagre de hierbas.
Se prepara dejando macerar la hierba en vinagre.
• Vino de hierbas.
Bebida que se obtiene tras dejar la planta en maceración con vino durante el
tiempo establecido. |