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ÁRNICA (Arnica montana)
Se trata de una planta que
podríamos calificar de moderna, pues no era conocida o, más exactamente, sus
cualidades no fueron aprovechadas por los sabios de la antigua Grecia.
Propia de la montaña (donde los pastores utilizan las hojas secas para liar
cigarrillos), se emplea para aliviar golpes y torceduras.
CARACTERÍSTICAS
Planta verde, con rizoma del
que surge un tallo de menos de medio metro de alto y que culmina en una flor
compuesta (como las de las margaritas), con el centro rojo anaranjado y los
pétalos amarillos. En la base se forma una roseta de hojas largas cuyo
aspecto recuerda una lanza, y a veces del propio tallo surgen ramificaciones
por parejas que culminan en sendas agrupaciones florales. Se llama también
tabaco de montaña.
LOCALIZACIÓN
Sólo se encuentra en las montañas, en suelos silíceos, en climas fríos, con
nieve en invierno.
PRINCIPIOS ACTIVOS
Posee esencias, pero,
curiosamente, las de las flores son distintas de las del rizoma. Ambos
órganos, los únicos farmacológicamente activos, poseen, además de la
esencia, una sustancia formada por varios compuestos químicos y que se
conoce como arnicina. Esta última es la responsable de las propiedades de la
planta, mientras que las esencias dotan a las flores de un perfume como el
de la manzanilla, y el rizoma huele a rábanos húmedos.
PROPIEDADES MEDICINALES
El árnica favorece la
circulación sanguínea, por lo que su uso está indicado en lesiones externas
que no han causado herida: golpes, torceduras, cardenales. También es un
tónico cardíaco.
RECOLECCIÓN
Las flores deben cogerse de
inmediato, en cuanto acaban de abrirse, antes de que sean parasitarias por
las moscas, esto es, al final de la primavera. El rizoma puede arrancarse
más tarde, ya entrado el otoño.
USOS Y APLICACIONES
Se usa casi exclusivamente
como tintura, en aplicación externa sobre la parte afectada por un golpe o
una torcedura. Para preparar la tintura, se toman 100 gramos de flores y se
colocan en un recipiente con un litro de alcohol, se tapa y se deja en
reposo durante nueve días por lo menos. Se filtra y se guarda en un frasco
oscuro. Cada vez que se vaya a utilizar, se extrae la cantidad necesaria y
se mezcla con agua a partes iguales; se aplica con una gasa empapada y se
tira lo que sobra. Su uso interno debe ser exclusivo de especialistas, pues
una dosis elevada podría resultar tóxica. |
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