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SUEÑO SIN SUEÑOS
Cada noche, cuando entras en la fase de sueño sin sueños, haces un viaje a
lo No Manifestado. Te fundes con la Fuente y extraes de ella la energía
vital que te sustenta durante un tiempo cuando vuelves a la manifestación,
al mundo de las formas separadas. Esta energía es mucho más vital que el
alimento: «No sólo de pan vive el hombre». Pero en el sueño sin sueños no
entras conscientemente en lo No Manifestado. Las funciones corporales siguen
operando, pero «tú» ya no existes en ese estado. ¿Puedes imaginarte lo que
sería entrar en el sueño sin sueños plenamente consciente? Es imposible de
imaginar porque ese estado carece de contenidos.
Lo No Manifestado no te libera hasta que entras en ello conscientemente.
Por eso Jesús no dijo: «la verdad os hará libres», sino «Conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres». No se trata de una verdad conceptual.
Es la verdad de la vida eterna más allá de la forma, que o se conoce
directamente o sigue siendo desconocida. Pero no intentes mantenerte
consciente en el sueño sin sueños. Es muy poco probable que lo consigas.
Como mucho, te mantendrás consciente durante la fase de sueños, pero no más
allá. Es la fase de sueños lúcidos, que pueden ser fascinantes e
interesantes, pero no liberadores.
Por tanto, usa tu cuerpo interno como puerta de entrada a lo No
Manifestado y deja la puerta abierta para mantenerte conectado en todo
momento con la Fuente. En cuanto al cuerpo interno, es indiferente que tu
cuerpo físico sea fuerte o débil, viejo o joven. El cuerpo interno es
intemporal. Si no eres capaz de sentirlo, usa otro de los portales, pues en
último término todos son uno. Algunos de ellos ya los he comentado con
detalle, pero volveré a mencionarlos brevemente. |
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