REFLEXIÓN SOBRE LA SEPARACIÓN DE LOS PADRES
Conviene
desdramatizar. Hay muchos niños que se adaptan a su nueva situación; en todo
caso, debe minimizarse el daño, evitando en lo posible la participación del niño
en el conflicto, informándole ambos progenitores de forma conjunta de que se van
a separar: «Nos separamos, sí, pero los adultos, y desde luego no nos separamos
de ti», «los dos te queremos», «la separación no es en nada culpa tuya», «ambos
estaremos siempre a tu lado», «tu vida, el colegio, el hogar, los amigos, tu
formación, en nada cambiará».
Los
padres deben explicarle que ambos le van a seguir queriendo igual, que no pierde
al otro, darle seguridad en el futuro. Deben erradicar cualquier utilización del
niño como emisario de mensajes hostiles. Hay que ser padres, que es muy distinto
a tener hijos, hay que superar las tormentas emocionales o impedir que choquen
contra la débil e inocente estructura de los niños. Unidos o separados, los
padres siguen siéndolo y están obligados a mantener unas relaciones cordiales
entre ellos y afectivas con los hijos.
El Estado
y sus administraciones deben informar a los padres de cómo deben funcionar en el
inicio de una posible ruptura para no dañar a los hijos. Luego debe garantizar
un justo reparto de los bienes y de las cargas económicas que pudiera tener la
pareja, de forma que, como suele ocurrir en demasiadas ocasiones, no se delegue
al papá a un estado pobreza económica que también afectará a los hijos.
Asimismo, debe crearse un fondo de compensación que posibilite adelantar el pago
de las pensiones alimenticias establecidas judicialmente. Convendrá reconvertir
algunos juzgados de primera instancia en juzgados de tramitación urgente, para
que se ocupen de las ejecuciones de pago de obligaciones dinerarias para aliviar
de carga a los juzgados de Familia. Se precisa priorizar en el reparto de
asuntos de los decanatos las demandas de ejecución de medidas de pago. Es
necesario que las asociaciones de madres y padres separados sensibilicen a sus
socios para no lesionar los intereses de los hijos, para ser comprensivos con el
otro. Habrá de dotar de espacios para efectuar visitas, para los casos
específicos antes reseñados. Resulta fundamental dar a conocer los equipos de
mediación.
Los
padres tienen que aprender a decirle al niño que le quieren, que ambos están
encantados de que haya nacido. Desde la cooperación parental se informará a la
escuela de lo que está aconteciendo.
Recuerde
• Los padres pueden contribuir a una buena adaptación de los hijos a la nueva
realidad familiar que se produce tras la separación.
• Es preciso que los niños mantengan buenas relaciones y continuadas con ambas
figuras parentales, pues esto incide en gran manera en su estabilidad, así como
que los padres no dejen de ejercer su función tutelar con ellos, respondiendo a
sus necesidades siempre que lo requieran.
• Hay que procurar transmitir respeto y aceptación hacia el otro progenitor,
hacer que el niño sienta que puede hablar con libertad de cada uno con el otro y
con el resto de la familia, mostrar habilidad para negociar y solventar con
éxito los problemas relacionados con los hijos.
• Hay que mantener a los hijos al margen de los procesos legales.
• Ante situaciones de maltrato físico o emocional se deben adoptar posturas
tanto a nivel personal como legal que transmitan seguridad y protección al hijo.
• Ante cuestiones en las que no se sepa cómo actuar correctamente se debe acudir
a un especialista.
• Es recomendable que se produzcan los menos cambios posibles respecto al hogar,
colegio, entorno... y respecto a las relaciones familiares (abuelos, tíos,
primos) y extrafamillares (amigos).
• Si se tiene la guardia y custodia, se deben facilitar el contacto y las
relaciones con el otro progenitor, no obstaculizar el régimen de visitas e
informarle de la vida escolar u otros temas esenciales de los hijos.
• En caso contrario, si se es el progenitor sin custodia sobre los hijos, es
importante pasar la pensión puntualmente sin verter comentarios malintencionados
a los hijos, respetar el régimen de visitas, avisando de cambios y retrasos, y
estar presente en la vida de los hijos física y emocionalmente.
• La separación, el divorcio, es una decisión de adultos; que ninguno de ellos
olvide que el hijo aún es un niño y debe seguir siéndolo. Si en el padre/madre
se constata una personalidad antisocial o psicopatía se debe asegurar por parte
de los juzgados que el régimen de visitas no perjudique a los hijos, que, como
acabamos de ver, pueden ser utilizados para dañar a el/la ex.
|