TIPOS DE ENURESIS E INCIDENCIA
La
enuresis se ha clasificado de diferentes maneras. La enuresis funcional es el
tipo más común (más del 90 por ciento de los casos) y es aquélla en la que los
niños no presentan ningún otro problema, bien sea de origen congénito orgánico,
infeccioso o traumático. El niño no ha alcanzado todavía el control sobre la
micción pero este problema no puede ser achacable a ninguna otra causa. Su
desarrollo general (motor y verbal) es normal y aparentemente sólo muestra
dificultades en el aprendizaje del control de la micción. En los otros casos se
habla de enuresis orgánica, bien de tipo congénito o traumática.
También
se distingue entre enuresis primaria y secundaria. En el primer caso, el niño no
ha logrado control suficiente y puede encontrarse en cualquier estadio del
aprendizaje del control voluntario de la micción. En el segundo, se trata de
casos en los que después de un amplio periodo de control (seis meses), el niño
recae, en ocasiones asociadas a un accidente, a periodos de hospitalización
largos, o a nacimiento de hermanos o pérdidas familiares.
La
distinción entre enuresis diurna y nocturna es obvia; sin embargo, su
tratamiento plantea problemas diferentes. Aunque en términos generales
aprendemos el control diurno antes que el nocturno, la enuresis diurna está
asociada a la urgencia urinaria y a la imposibilidad de inhibir el detrusor (1)
o a controlar la tensión de los esfínteres interno y externo, mientras que la
nocturna está relacionada con que los espasmos de la vejiga sean suficientes
para despertar al niño o bien con que la capacidad de la vejiga sea capaz para
aguantar toda la noche.
Los datos
epidemiológicos, aunque varían de unos países a otros, son coincidentes en
señalar que aproximadamente a los 3 años un 25 por ciento de los niños todavía
se hacen pis en la cama; el 15 por ciento todavía lo hacen a los 5 años, un 8
por ciento a los 7 años y sólo un 2 por ciento a los 14, mientras que de día, a
partir de los 3 años, el cien por cien de los niños controlan, salvo errores
esporádicos inferiores a uno por semana. En todos aquellos casos en que se han
realizado estudios de prevalencia (2) de la enuresis, aprovechando la estancia
de niños en clínicas y hospitales, los porcentajes obtenidos son superiores a
los anteriormente mencionados.
(1) El
conjunto de las fibras musculares de la vejiga urinaria.
(2) La
proporción de niños que presentan enuresis
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