CAUSAS DEL
FRACASO ESCOLAR. FACTORES INDIVIDUALES
No hay
una única explicación para que no se consigan unos resultados académicos
adecuados. Cada alumno tiene unas características particulares y, por tanto,
unas claves específicas que pueden ayudarnos a conocer los motivos.
Dificultades de aprendizaje
Existen
unas funciones básicas, que el alumno ha de poner en marcha, para realizar los
aprendizajes necesarios que los planes de estudios han elaborado, en función de
unos objetivos de formación académica y de unos criterios de desarrollo
personal.
Baja
capacidad intelectual
La
capacidad del intelecto hace referencia al nivel que tiene el alumno, comparado
con la media de los de su misma edad, a la hora de utilizar sus estrategias
mentales para poner en marcha áreas del pensamiento, ya sea el razonamiento
lógico, el razonamiento abstracto, el cálculo mental...
Una
capacidad intelectual muy baja impide seguir el ritmo normal de aprendizaje y,
desde una edad temprana, pronostica unos resultados escolares negativos.
TDAH.
Trastorno de Déficit de Atención e Hiperactividad
Este
apartado viene desarrollado con amplitud en otro espacio posterior. Básicamente,
este trastorno consiste en un conjunto de comportamientos en el niño que
dificultan la adecuada capacidad para atender, manejar y expresar lo aprendido.
Los tres
componentes del trastorno consisten en un movimiento corporal excesivo, una gran
impulsividad en sus respuestas y dificultades a nivel atencional. No obstante,
existen importantes diferencias individuales en la presentación de unos u otros
componentes.
El exceso
de actividad corporal se ha de dar en la gran mayoría de las situaciones y
contextos, y con mucha frecuencia o casi siempre. Son movimientos que no tienen
un objetivo concreto y que dificultan que el alumno preste atención a los
estímulos que se le están presentando; por el contrario, favorece un cambio
frecuente en la focalización atencional. A pesar de ello, conviene resaltar que
en otras actividades, como ver la televisión, son capaces de permanecer quietos,
ya que por un lado la estimulación es muy intensa y variada y, por otro, la
motivación suele ser alta.
La alta
impulsividad consiste en una tendencia a la excesiva rapidez en la elaboración y
emisión de respuestas. Los alumnos que la presentan tienen dificultades para
inhibir sus respuestas, en general, con lo que su actuación se caracteriza por
ser bastante automática y carente de reflexión, cualidad esta indispensable ante
determinadas tareas escolares.
La
capacidad atencional es una función básica para poder procesar información.
Corresponde al primer filtro por el que ésta tiene que pasar, para
posteriormente ser asimilada. Repetir, memorizar y reflexionar requieren una
adecuada capacidad para atender a los estímulos, tanto visuales como auditivos.
Para
captar debidamente un estímulo hay que focalizar la atención; es decir, fijar la
atención con calidad suficiente y durante el tiempo adecuado como para procesar
correctamente la información que nos suministra. Cuando cualquiera de estas
capacidades está afectada, hablamos de déficit de atención y las causas de éste
pueden relacionarse con otros problemas, además de con el TDAH, como
dificultades en la orientación espacio temporal, mala lateralización del esquema
corporal, o incluso con el cansancio o malos hábitos que entorpecen su adecuado
mantenimiento y facilitan la dispersión atencional.
Existen
otros trastornos del comportamiento, además del TDAH, como el negativista
desafiante, u otros generales de conducta, donde el repertorio de
comportamientos habituales del niño se ve afectado de tal manera que la actitud
y las formas adecuadas que ha de mantener para acometer con éxito el estudio se
hacen muy difíciles y, a su vez, pueden generar otros problemas importantes.
Lateralidad cruzada o contrariada
Por
lateralidad se entiende el dominio de una parte del cuerpo sobre la otra. La
lateralidad está estrechamente vinculada con la dominancia hemisférica cerebral.
Aproximadamente a los 5 años termina la etapa prelateral y comienza la etapa
lateral, en la que se define la dominancia diestra o zurda. Fundamentalmente,
cuando un niño es diestro de mano y zurdo de pierna o a la inversa, zurdo de
mano y diestro de pierna, se dice que su lateralidad es cruzada. En estos casos
son frecuentes algunos problemas en aprendizajes, como la lectoescritura, donde
es fundamental el dominio del espacio y de la direccionalidad de los
movimientos.
Los
movimientos giratorios no llevan el mismo sentido en los diestros que en los
zurdos. Cuando existe lateralidad cruzada la ralentización en ese tipo de
movimientos y los problemas asociados, como bloqueos, dispersión y
desorganización, son muy frecuentes.
Mal
hábito de estudio
Disponer
de un lugar apropiado para estudiar y hacer las tareas escolares, así como de un
tiempo específico para ello, es fundamental para aprovechar las capacidades
individuales y para obtener el mejor rendimiento posible. Aun teniendo unas
buenas capacidades intelectuales se puede fracasar si no se lleva a efecto con
regularidad. Esto ocurre de forma especial conforme aumentan las dificultades,
al avanzar los cursos académicos.
Falta
de técnicas de estudio
A pesar
de que el centro escolar ha de proporcionar todo lo necesario para que el alumno
aprenda a estudiar adecuadamente, nos encontramos en demasiadas ocasiones que
los escolares, aun cuando asisten y atienden en clase, no saben valerse por sí
mismos, por lo que a la hora de repasar o preparar con tiempo los exámenes, o
incluso ampliar información, carecen de las estrategias adecuadas para hacerlo
de manera autónoma. Escoger las materias según sus dificultades, dedicar el
tiempo adecuado según lo que van asimilando, aprender a mantener una buena
concentración, a resumir y a ser uno mismo el que elabore y maneje la
información, son características fundamentales que se deben conocer para
efectuar un estudio adecuado y garantizar unos buenos resultados.
Problemas disléxicos
La
dislexia es un término ampliamente utilizado para designar una serie de errores
que se producen en el aprendizaje de la lectoescritura. Estas anomalías
consisten en inversiones, rotaciones, omisiones, adiciones, sustituciones y
vacilaciones, y afectan directamente a la velocidad al leer, a la comprensión y
a la correcta pronunciación; en definitiva, a la eficacia lectora.
En cuanto
a la escritura, afectan al correcto orden en la colocación de las letras, a la
legibilidad de los trazos y a la velocidad.
Mal ambiente de estudio
Después
de una larga jornada en el centro escolar, el alumno debe continuar aún
trabajando en casa, bien haciendo las tareas escolares, bien repasando y
estudiando los diferentes temas de cara a las evaluaciones. Esto es necesario,
en especial, según van avanzando los cursos académicos, y también cuando se le
presenta cualquier dificultad al alumno, para poder superarla.
El ambiente de estudio en casa debe ser favorable; es preciso que el alumno
disponga de un lugar apropiado para hacerlo, de unos tiempos suficientes y de un
ritmo familiar diario que lo permita, e incluso lo fomente. Este aspecto es muy
importante, ya que los niños pasan diariamente muchas horas en el centro
escolar, y al regresar a casa les resultan mucho más atractivas otras
actividades de tipo lúdico, que nada tienen que ver con las cuestiones
académicas, por lo que los padres tendrán que organizado para que se dé una
buena conciliación entre ambas.
Trastornos emocionales
Lo que
las personas pensamos, sentimos y hacemos conforma nuestro patrón de respuestas
y, a través de ello, nos manifestamos y expresamos nuestras emociones.
En
ocasiones puede ocurrir que los niños desarrollen problemas emocionales que les
impidan durante un tiempo sentirse bien y dedicarse con éxito a sus obligaciones
escolares. La ansiedad y la depresión son relativamente frecuentes en la
infancia, e incapacitan bastante al alumno.
Trastornos de ansiedad
Consisten
en la aparición de síntomas de activación fisiológica, como sudoración,
dificultad respiratoria, aceleración de los latidos del corazón, etcétera, y de
pensamientos negativos y de preocupación, que acrecientan el miedo ante
determinadas situaciones.
Se pueden
manifestar tanto por problemas intrínsecos al estudio, como por otras razones.
Es frecuente, por ejemplo, que el alumno sienta ansiedad ante los exámenes, o al
tener que salir a decir la lección, y que se bloquee y se llegue a quedar
incluso en blanco, pudiendo ocurrir no sólo de manera puntual, ante ciertas
circunstancias, sino de forma generalizada, influyéndole en otros aspectos, como
la concentración o la motivación.
Trastornos depresivos
Corresponden a estados de ánimo caracterizados por una disminución de las ganas
de hacer cosas, un aumento de las quejas por molestias corporales y un aparente
cansancio y reducción de las fuerzas.
Las
causas que suelen provocar este tipo de respuestas están relacionadas con la
incapacidad percibida para salir de determinadas situaciones negativas a las que
no se encuentra solución, algunas de ellas vividas en la escuela.
El acoso
escolar, una baja autoestima, cierta tendencia a pensar en negativo sobre sí
mismo y sobre el futuro son variables que pueden predisponer para padecer un
trastorno depresivo.
Las consecuencias pueden ser el abandono de las obligaciones escolares, una
desmotivación generalizada, posibilidad de aparición de síntomas de ansiedad,
decaimiento, falta de apetito...
Baja
autoestima
La
autoestima es un concepto que se usa para describir la percepción que tiene una
persona de su valía personal y se puede medir a través de cómo se ve frente a
los demás, o frente a lo que espera de sí mismo.
Una
autoestima alta se relaciona con una percepción positiva de sí mismo; una baja
autoestima con una percepción negativa. Esta última también repercute
desfavorablemente a la hora de intentar sacar lo mejor de sí mismos en el
estudio.
Hemos de
señalar que la causalidad en el fracaso escolar es circular; es decir: una baja
autoestima no impulsa a esforzarse por conseguir unos buenos resultados y unos
pobres resultados no favorecen una alta autoestima.
Otras
dificultades
Baja
motivación
La
motivación es un estado interno que nos mueve hacia la consecución de objetivos
personales, en cualquier ámbito en el que la persona se plantee su búsqueda.
Está íntimamente relacionada con las ganas de esforzarse por conseguirlos. Está
constatada también su circularidad, de tal manera que una baja motivación por
los estudios conlleva la realización de poco esfuerzo, y unos resultados bajos,
en general pueden conllevar menor motivación para reconducirlo.
Hoy en
día, por cuestiones específicas ligadas al estudio, y por otras que tienen que
ver con el ocio en general, no es fácil fomentar la motivación hacia aquel, pero
es un reto que no podemos dejar, ya que su repercusión es clave en la adecuada
evolución del alumno.
El uso
de sustancias nocivas
A partir
de los 12 o 13 años, los escolares corren más riesgos de tener contacto con
sustancias nocivas y/o adictivas.
En la
mayoría de los casos, el alcohol ya lo conocen por su gran expansión social,
pero otras drogas, como la marihuana, empiezan a resultar a estas edades muy
accesibles para ellos.
Conviene
saber que, como sustancias que perturban el sistema nervioso, afectan de manera
considerable a la concentración, a la memoria y al estado de ánimo, por lo que
su incidencia en el estudio puede ser muy significativa.
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