SABER
COMUNICARSE: CUIDAR LA FORMA Y EL CANAL, EVITAR LA IMPULSIVIDAD Y LAS ETIQUETAS
Y PREJUICIOS
Cuidar
la forma y el canal
A poco
que se observen las relaciones personales y los problemas de comunicación que
surgen, se podrá concluir que muchos de los problemas proceden de una forma
inadecuada de hablar o tratar a la gente. A veces, teniendo razón el emisor en
lo que dice o hace, se equivoca y se rompe la comunicación por no haber
utilizado las formas adecuadas, relacionadas con el lenguaje verbal (al decir lo
que no debería decir, al no elegir bien las palabras) o con el no verbal (bien
porque lo hacemos nerviosos y con la voz, los gestos o las formas alterados, o
porque no medimos nuestras acciones u omisiones).
Evitar
la impulsividad
Muchas
veces, llevados de nuestro estado emocional más que de la consideración de la
situación, nos lanzamos a hablar o a actuar sin medir mínimamente las
consecuencias ni valorar la procedencia o improcedencia de nuestras actuaciones,
y cuando menos lo pensamos descubrimos que si hubiésemos hecho uso de la
prudencia y la observación de toda la situación, quizás habríamos actuado de
otra forma y no nos habríamos encontrado con un conflicto. Somos un haz de
emociones prestas a dispararse sin reparar lo suficiente en cuáles pueden ser
las consecuencias... y eso perturba las relaciones personales.
Llevados
de nuestra carga emocional no controlamos nuestras palabras y actuaciones y
simplemente lo que hacemos es provocar al otro, con lo cual el otro no
responderá bien a nuestros mensajes futuros, pues se habrá creado un choque o
conflicto. El otro es, igual que uno mismo, un conjunto de sentimientos y
emociones que sueden ser activados en cualquier momento por nuestros mensajes.
Si el sentimiento que activamos es positivo, no quedará interrumpida la
comunicación, sino que, muy al contrario, será eficaz. Si, por el contrario, y
esto es lo más frecuente, el sentimiento que activamos es de valencia negativa,
se alterará o romperá la comunicación y, una vez alterada, costará trabajo
volver a restaurarla satisfactoriamente.