ALGUNAS CONSIDERACIONES INTERESANTES
Dónde
y cómo comprar
La
mayoría de los productos enumerados en este espacio sobre los cereales se pueden
encontrar en tiendas de dietética, de macrobiótica, en herboristerías, o en
lugares donde vendan productos al por mayor, como algas, cereales, frutos y
legumbres.
Las
verduras y las frutas biológicas se pueden encontrar en algunas tiendas de
dietética. En el mercado, podemos ver las hortalizas más frescas, por sus hojas,
sus tallos o su color. Las hojas deben estar en buen estado, como las de la
zanahoria, nabo, rabanito..., los tallos, como los de puerro, cebollín, apio,
deben conservar su textura. Los colores brillantes, aunque hacen al alimento más
atractivo, no es lo más aconsejable, así como las frutas o verduras de tamaño
más grande de lo normal. Comprad en aquellos lugares donde se venda mucho, donde
se renueve el material a diario. Y sobre todo, donde tengan las verduras y
frutas de la estación. Aquellos en que se vende de todo en cualquier época del
año, provienen de invernaderos o congelados. Procurad no ir al mercado los
lunes; ese día suelen encontrarse las sobras de la semana anterior. No se debe
ir al mercado con una idea fija de comprar algo determinado; muchas veces lo que
buscamos está más caro o en peores condiciones. Improvisad.
Si os es
posible, comprad con asiduidad y evitad congelar los alimentos.
También
se puede encontrar buena calidad de alimentos en pequeños pueblos, puestos de
agricultores o personas que cultiven su propio huerto sin añadir pesticidas ni
aditivos químicos.
En
algunas ciudades podemos encontrar muchos de estos productos, como el tofu, el
miso y las algas en cualquier supermercado.
Cómo
conservar
Cereales:
en botes de cristal herméticos y en lugares frescos.
Frutos secos y semillas: Se pueden tostar una vez por semana y guardar en botes
de cristal y en lugares frescos.
Tofu: en
la nevera. Una vez abierto se cubre de agua que se irá cambiando cada día. Dura
de dos a tres días.
Seitán:
en la nevera, con su misma agua. Como el tofu, una vez abierto, debe consumirse
pronto.
Tempeh:
una vez abierto, es mejor cocinarlo entero y guardarlo en la nevera en un bote o
plato cubierto con gasa o papel de aluminio.
El tofu,
tempeh y seitán también pueden encontrarse en botes de cristal, que son muy
útiles para viajar o para almacenarlos, pero una vez abiertos deben consumirse
muy pronto.
Miso: en
la nevera o en un lugar fresco, en su mismo recipiente. Su tiempo de duración es
muy largo, la sal que contiene es en sí misma un conservante, por lo que podéis
conservarlo durante años.
Umeboshi:
en un lugar fresco. Se venden en frascos o a granel. Al igual que el miso, son
en sí mismas un conservante. Son muy útiles, por lo que va bien tenerlas siempre
en la despensa.
Algas: en
botes de cristal herméticos y en lugares frescos. Tienen un tiempo indefinido de
duración.
Verduras
y frutas: Si tenéis una fresquera, aprovechadla. En invierno no es necesario
guardar todos los alimentos en la nevera, se pueden buscar otros lugares donde
se conserven sin necesidad de permanecer en la nevera o en el congelador. Evitar
tener durante semanas verduras o frutas. Otra forma de conservar algunas
verduras es en pickles o encurtidos.
El
consumo habitual de alimentos preparados de un día para otro, así como
congelados o tomados directamente de la nevera, puede causarnos una deficiencia
energética o falta de vitalidad.
Siempre
es más adecuado conservar los alimentos en tarros de cristal que de plástico.
La sal
y el agua
La sal,
que es el condimento que realza el sabor en los platos, es uno de los
ingredientes más importantes en la cocina. Abusar de ella puede llegar a
producir serios problemas, tantos como los de su contrario, el azúcar.
Recomendamos usar la sal marina, la cual no sufre los procesos de refinamiento
de la sal común, ni da tanta sed, o mejor aún, la sal cristalizada del Himalaya.
Si
aprendemos a saborear los platos tal cual son, sin excesos de condimentos ni de
sabores, nuestro paladar cambiará, escogiendo platos más simples, menos salados
o menos dulces.
El agua,
que es otro de los elementos más básicos, no sólo para cocinar, sino para vivir,
también debemos buscarla de manantial o de lugares que sean de confianza. Muchas
veces, en la mayoría de los sitios, las aguas corrientes contienen un exceso de
cal y de elementos nocivos.
El mito
de beber de dos a tres litros de agua diarios no es tan correcto si ya tomamos
una buena cantidad de líquido de los alimentos, y reducimos la sal. Tomar mucha
agua no siempre es un antídoto contra la celulitis o la obesidad, sino a veces
todo lo contrario. A veces hay que mirar qué es lo que está produciendo tanta
sed: panes, horneados, salados...
La sal y
el agua son dos ingredientes importantes y básicos, pero, cuidado con abusar de
ellos, pues el exceso de uno, provoca el exceso de otro.
Las
cocciones
Hay
infinidad de formas de cocer los alimentos. El tiempo de las cocciones es un
factor muy importante, así como la intensidad del fuego, la cantidad de agua y
sal que pongamos en cada alimento. Estos son los factores básicos que nos
permiten realizar la alquimia en la cocina.
Las
cocciones largas y con tapa se usarán preferiblemente en invierno, en épocas de
frío, en estados de debilidad o convalecencia, pues éstas proporcionan calor y
energía.
Las
cocciones rápidas y sin tapa es mejor hacerlas en verano, o en momentos de
exceso de calor, o bien para compensar otros alimentos, como horneados o
cocciones con olla a presión. Una cocción rápida da más ligereza al alimento.
Es
aconsejable usar tanto una como otra, durante todo el año, pero poniendo más
atención en las que más necesitemos.
En cuanto
a la cantidad de agua a usar, es básico que se use la mínima, la que cada
ingrediente necesita. Las cocciones al vapor son muy buenas para las verduras,
pues casi no necesitan agua y mantienen todas sus vitaminas. Pensad que en el
agua se quedan muchas sales minerales y vitaminas. Todos los alimentos deben
condimentarse con un poquitín de sal (excepto para aquellas personas que no
puedan tomar), pues la sal concentra el sabor de los alimentos y aporta sales
minerales al cuerpo.
Debemos
variar en las cocciones. Se puede realizar una sopa o crema con una cocción de
15-20 minutos, alguna otra cocción más larga de 30-40 minutos, como puede ser un
guiso, estofado, horneado..., y alguna más ligera, como hervido, escaldado o
vapores de 5-10 minutos.
Si
comemos todo escaldado o hervido tendremos una energía más yin, más acuosa,
menos activa.
Si
comemos todo hecho en olla a presión, estofado, horneado o cocinado en
microondas, tendremos mucha más sed y una energía demasiado contractiva, poco
fluida.
El
secreto del equilibrio está en la variedad y la simplicidad.
Los
utensilios en la cocina
Los
utensilios más pesados, como olla a presión, sartenes de hierro o cazuelas de
barro... energetizan los alimentos, mantienen el calor, los hace idóneos para
cocinar en invierno o en días de frío, lluvia...
Los
utensilios más ligeros, como ollas de acero inoxidable o de hierro esmaltado,
son ideales para escaldados, hervidos o cocciones cortas; se usan
preferentemente en primavera, verano o días de calor.
En cuanto
al material de los utensilios, vigilad que no estén picados, ni esmaltados con
productos tóxicos y evitar en todo lo posible el uso del aluminio y los
recubrimientos de teflón. Usad palos, cucharas y tenedores de madera para
manipular los alimentos mientras se cocinan.
Diferentes formas de cocinar
Cocina de
leña: es una de las formas más primitivas de cocinar, pero actualmente la menos
práctica. Es muy agradable en invierno. Si se tiene posibilidad de usar de vez
en cuando, es muy saludable, siempre y cuando su combustible no contenga resinas
sintéticas.
Cocina de
gas: tanto el gas butano como el gas natural son gases que queman sin dejar
residuos tóxicos.
Cocina
eléctrica: aunque son bastante adecuadas para cocinar, cargan mucho la atmósfera
de iones positivos.
Hornos de
microondas: si bien son muy cómodos y parece no existir pruebas de que puedan
ser perjudiciales para la salud, existe la posibilidad de que puedan
desnaturalizar ciertos componentes de los alimentos y es aconsejable no
utilizarlos o hacerlo de forma muy prudente.
Algunos trucos de cocina.
• Una o
dos hojas de laurel o una ramita de tomillo en las salsas de tomate, en las
sopas, caldos, estofados y en las cocciones de legumbres, mejoran el sabor.
• Si al
hervir la coliflor le añadís unas gotas de vinagre o zumo de limón, ésta no
perderá su color blanco. Si escaldáis los rabanitos, añadid también unas gotas
de limón o de vinagre de arroz, saldrán rojos y brillantes. El vinagre de miel o
de manzana le da muy buen sabor a los estofados y salteados.
• Una
pizca de paprika en el seitán o tempeh o en los salteados de verduras le da un
toque especial sin alterar los sabores.
• El
curry es la especia del cuscús por excelencia. Una pizca de curry y otra de
cúrcuma hacen de este cereal un plato sencillo y sabroso.
• El
coriandro es ideal para macerar tempeh, tofu o seitán.
• Uno o
dos clavos os mejorará el sabor de las compotas.
• Las
ralladuras de las pieles de la naranja y el limón son muy buenas para la
repostería y para las infusiones.
• Si
añádis unos trocitos de tofu y cebolla a la cocción de las algas os quedarán
mucho más sabrosas.
• Sed
creativos con las sobras, no olvidéis que una sopa la podéis convertir en un
puré, unas sobras de estofado en deliciosas croquetas, restos de garbanzos,
lentejas, seitán o tempeh, con un poco de cebolla y olivas se convierten en
deliciosos patés.
• Tened
arroz siempre hecho. Os permitirá tener un plato en unos segundos. Podéis
ponerlo en la sopa, hacer unas croquetas, saltearlo con un poco de cebolla y
pimientos o comerlo tal cual con una salsa ligera o con algunas semillas de
sésamo trituradas.
• Tened
siempre manzanas o peras, podréis hacer un postre riquísimo en pocos minutos.
• Para
hacer los menús pensad con antelación qué platos requieren mayor tiempo y
elaboración. Organizarse es ahorrar tiempo en la cocina.
• Servid
los platos en la vajilla adecuada. Sed cuidadosos con la presentación.
• Podéis
aderezar las sopas con costrones de pan frito remojados en leche y rebozados con
perejil picado.
• El alga
nori tostada es ideal para condimentar los platos.
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