PRINCIPALES INSATISFACCIONES EN LA PAREJA
Las
relaciones afectivas producen sentimientos y emociones intensos, pero también
pueden dar lugar a grandes insatisfacciones.
Con
frecuencia uno o los dos miembros de la pareja pueden llegar a sentir inquietud,
inseguridad, decepción o desengaño... en algún momento de la relación.
A las
grandes ilusiones, los momentos cumbres, los éxtasis maravillosos, pueden
sucederles vivencias donde el dolor y la impotencia hacen acto de presencia.
Cuando
una persona ha sentido la cima de sus sentimientos, cuando ha alcanzado la
plenitud de sus emociones, puede vivir con la misma intensidad el dolor y la
tragedia de sus expectativas no cubiertas. En esas circunstancias aparecen las
insatisfacciones, con su carga adicional de sufrimiento y amargura.
Vamos a
intentar profundizar un poco en las principales insatisfacciones. El análisis de
sus causas, sus orígenes, sus fundamentos... esto nos ayudará a conocer un área
tan importante de las emociones humanas.
¿Quién
se lleva la peor parte?
Podríamos
pensar que la peor parte la lleva la persona más débil, pero necesariamente no
tiene que ser así; la peor parte suele corresponderle a la persona más sensible,
la que más ha puesto en la relación, la que se ha dejado la piel y se ha
entregado sin límites...
A veces nuestra insatisfacción puede tener un origen muy concreto y llegar a
convertirse en una causa común. ¿Cuántos hombres sienten que perdieron gran
parte de las prebendas que disfrutaron durante siglos?, ¿y cuántas mujeres
piensan que, sin darse cuenta, alguien les «vendió la moto»?
La
persona más sensible tiende a ser también la más vulnerable. Puede ser la que
más sienta de la pareja, pero también la que más sufra. Quien más expone es
quien más gana, pero también quien más puede perder.
Muchas
veces nos preguntan si no sería mejor ser menos sensible. El argumento es
lógico» si a mayor sensibilidad, mayores posibilidades de sufrimiento, con dosis
menores podríamos estar más equilibrados. La respuesta, como no podía ser de
otra forma, es tajante:
No se
trata de ser menos sensibles, se trata de ser más seguros, de alcanzar mejor
equilibrio emocional, de no sufrir inútilmente, de no dejamos engañar por la
primera persona que pasa y de aprender a reaccionar con rapidez, con decisión y
con fortaleza ante la adversidad.
A lo
largo de este espacio Web vamos a intentar descubrir cómo podemos ser menos
vulnerables, sin dejar de ser sensibles.
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