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CUANDO
SURGEN DUDAS EN LA PAREJA
Inevitablemente, pasado cierto tiempo, empiezan las dudas y con ellas el dolor
hace acto de presencia en la relación.
En
algunos casos sólo habrán transcurrido unos días o semanas, cuando ese
sentimiento de inquietud empieza a sobrevolar sobre nosotros; en otros, esa
emoción que nos perturba no surge hasta varios meses, o incluso años, después.
Las dudas
pueden llegar de repente o poco a poco, casi imperceptiblemente. De cualquier
forma, con su aterrizaje comienzan las incertidumbres y, apenas sin darnos
cuenta, ese sentimiento que nos embargaba y nos llenaba de felicidad, da paso a
un estado de excitación poco placentero, en el que la ansiedad, incluso la
angustia, ha desplazado a la ensoñación y a la alegría tan intensa de la primera
fase del enamoramiento.
Los
efectos serán muy distintos según el carácter y los antecedentes de cada uno.
Las personas optimistas y seguras de sí mismas afrontarán esta etapa con buen
ánimo, intentarán superar las dificultades y lo harán transmitiendo ilusión y
esperanza. Por el contrario, las personas más pesimistas o que arrastren
importantes desengaños amorosos vivirán estas dudas desde el miedo, desde ese
sentimiento tan profundo e irracional que paraliza y bloquea, y nos lleva al
desencanto y la frustración. Es como si hubieran estado en un proceso de
permanente alarma, en el que por fin terminan constatando que sus temores tenían
un claro fundamento. ¡Cuidado con el pesimismo!, una persona que rápidamente lo
ve todo negro tiene pocas posibilidades de ser feliz de manera continuada.
El
pesimismo arrastra, el optimismo envuelve, pero la relación de fuerzas en estos
dos estados no está equilibrada.
Cuando
surgen las dudas, el pesimista terminará con la paciencia del optimista, antes
de que éste consiga que los miedos y las inseguridades del pesimista dejen paso
a la racionalidad y la objetividad de los hechos.
Las
reacciones dependerán más del carácter de cada uno, que del hecho de que sean
hombres o mujeres.
Es cierto
que las mujeres tienen más facilidad para llegar a la ensoñación y al
romanticismo, pero la sensibilidad de algunos hombres puede ser igual de
intensa, aunque normalmente se manifiesta de forma menos evidente.
Las
causas que pueden desencadenar las dudas son tan diversas como complejas somos
las personas. Un comentario, una actitud, una conducta a la que no habíamos dado
importancia otras veces, adquiere de pronto un dramatismo que parece mover los
cimientos más profundos. En otras ocasiones, aparentemente no habrá pasado nada
especial, pero nuestros pensamientos, casi de forma imperceptible, empezarán a
cuestionar lo que la pareja ha hecho o dejado de hacer, lo que nosotros
deseábamos que hiciera, lo que creemos que debería haber pasado, lo que el otro
puede estar pensando, lo que no nos dice pero espera que nosotros adivinemos, lo
que nos oculta... Al final, nos encontramos en medio de una gran tormenta
originada por nosotros mismos. En estos casos, la pareja sufre un fuerte
desgaste. Por una parte, la persona que no controla sus pensamientos, y no es
consciente de que está provocando emociones erróneas, pide, exige o espera lo
que el otro no puede darle; y el otro miembro, de repente, siente cómo un alud,
que no sabe de dónde ha venido, arrastra y hace naufragar su relación afectiva.
Con
frecuencia acuden a la consulta de psicólogos parejas o personas que se sienten
derrotadas y llenas de dolor. Cuando se intenta profundizar en las causas que
han originado ese sufrimiento, surgen las preguntas sin respuesta; las dudas y
vacilaciones se multiplican; uno y otro buscan desesperadamente lo que cambió su
relación y, en muchos casos, terminan diciendo algo parecido a: «Un día, casi
sin darme cuenta, descubrí que todo había cambiado, que ya no me sentía
querido/a, que no esperaba con impaciencia el momento de vernos, que no me
gustaba lo que él/ella hacía; que lo que antes me resultaba simpático ahora me
molestaba; que su actitud era egoísta, que yo no le importaba...».
En otras
ocasiones, sencillamente, uno de los dos manifiesta que «el amor se ha terminado
y no cabe darle más vueltas».
Habría
que conocer con claridad lo que es amor, enamoramiento, pasión, cariño,
afectividad... Lo iremos viendo a lo largo de este espacio; ahora vamos a
intentar descifrar algunas de las preguntas que continuamente surgen cuando
aparecen las primeras dudas, y lo haremos enmarcándolas en su justo lugar, desde
las diferencias que suelen experimentar hombres y mujeres, y desde la
profundidad de esa sensibilidad única e irrepetible que tenemos cada persona.
Una de
las primeras dudas es: ¿se terminó el amor, el cariño?
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