En este espacio hemos hablado de la androginia (la integración en la personalidad y en la conducta de una persona de rasgos masculinos y femeninos) y de algunas ventajas que podría tener. ¿La androginia supone una ventaja con respecto a la propia sexualidad? ¿Los andróginos están más liberados, desde el punto de vista sexual? ¿Están más satisfechos sexualmente? Podríamos esperar que los andróginos tuvieran la sexualidad más flexible y satisfactoria, en la medida en que pueden combinar elementos masculinos de la sexualidad (p. ej., la iniciativa en la relación sexual, la facilidad para excitarse) y elementos femeninos (la integración del amor y la emoción con el sexo, la comunicación). ¿Qué dicen las pruebas?

En un estudio, las mujeres andróginas se encontraban, con respecto a la actividad sexual, más a gusto que las mujeres femeninas, y los varones andróginos más cómodos que los varones masculinos. En otro estudio, las mujeres andróginas manifestaron tener orgasmos con mayor frecuencia que las mujeres femeninas. En un tercer estudio, en el que participaron estudiantes universitarios, se les mostraron diapositivas de parejas haciendo el amor, tanto en la postura tradicional, con el hombre en posición superior, como en la postura de la mujer sobre el hombre. A continuación, valoraron sus actitudes con respecto a los individuos que aparecían en las diapositivas. El juicio de ellas sobre la postura de la mujer sobre el hombre fue más negativo que el de los varones. La tipificación de género de los participantes (andróginos frente a estereotipados) no se relacionaba con sus actitudes con respecto a la posición superior de la mujer en el coito. Por tanto, de estos tres estudios, dos indican que las personas andróginas están más liberadas y satisfechas en su actividad sexual, mientras que el tercer estudio no. Es probable que la androginia se relacione con algunos aspectos agradables de la sexualidad, pero no creemos que sea la solución de todo.

Conviene señalar una cuestión colateral interesante. Otro estudio descubrió una relación entre la satisfacción sexual y el feminismo en mujeres casadas o con pareja estable. Es decir, cuanto más feministas fuesen las actitudes de una mujer, mayor era su satisfacción sexual en sus relaciones.