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SANSON Y DALILA
Sucumbir a la tentación
EL MITO BÍBLICO DE SANSÓN NOS PRESENTA LOS RESULTADOS TRÁGICOS DE UNA
PASIÓN MAL DIRIGIDA QUE PUEDE INTERPRETARSE, A CIERTO NIVEL, COMO UN
ALEGATO MORAL CONTRA EL HECHO DF SUCUMBIR A LA TENTACIÓN. PERO LA RELACIÓN
MISTERIOSA ENTRE LA FUERZA DE SANSÓN Y SU CABELLO, Y EL QUE QUEDARA CIEGO
A MANOS DE LOS FILISTEOS, REVELAN SIGNIFICADOS PROFUNDOS QUE PUEDEN
ENSEÑARNOS EL PAPEL QUF LA PASIÓN DESEMPEÑA MÁS EN EL AUTODESCUBRIMIENTO
QUE SOBRE LAS NORMAS ÉTICAS POR LAS CUALES LA SOCIEDAD NOS EXIGE QUF
VIVAMOS NUESTRA VIDA DE RELACIÓN.
ANOAH
el israelita sufría porque su esposa era estéril y no podían tener hijos.
Entonces Manoah rezó al Señor. El Señor lo escuchó y le respondió, y así
fue como nació Sansón.
Sansón creció fuerte y alto, y el espíritu del Señor lo dotó de gran
cólera y de una fuerza extrema. Un día vio a una filistea y la deseó como
esposa. Pero, en esa época, los filisteos ejercían su poder sobre los
israelitas, y sus padres le preguntaron si no podía encontrar mujer entre
las de su propio pueblo. Pero Sansón estaba determinado, y promover su
cólera podía resultar muy peligroso. De modo que, al final, tomó a aquella
mujer por esposa. Más tarde se cansó de ella y se la entregó a uno de sus
compañeros. Pero sucedió que cierto día Sansón fué a visitarla y su padre
no le permitió verla. Montando en cólera, Sansón quemó toda la cosecha de
cereales de los filisteos. Cuando estos averiguaron quién había sido el
autor de tal desmán, se vengaron quemando a su esposa y al padre de esta.
En represalia, Sansón mató a filisteos, los cuales intentaron vencerlo y
capturarlo, si bien no lo lograron. De este modo, el terreno estaba
abonado para el odio amargo e inacabable entre Sansón y el pueblo de su
esposa.
Cierto día, Sansón fue a Gaza y vio a una prostituta. Se acostó con ella,
y los filisteos lo esperaron para matarlo cuando se fuera; pero nuevamente
fracasaron en el intento. Más tarde Sansón vio a una mujer de nombre
Dalila y se enamoró de ella. Los gobernantes de los filisteos hablaron con
la mujer y le pidieron que lo sedujera y descubriera dónde residía el
secreto de su gran fuerza, con el fin de poder vencerlo. En recompensa le
ofrecieron mil cien piezas de plata.
Dalila intentó una y otra vez que Sansón le revelara su secreto.
Finalmente, este se sintió tan harto de su insistencia que se lo contó. Le
reveló que si le afeitaban la cabeza, se quedaría sin tuerza. Entonces
Dalila llamó a los jefes de los filisteos, les contó el secreto de Sansón
y ellos le entregaron las piezas de plata como habían acordado. Después,
mientras Sansón dormía en sus brazos, vino un hombre que le afeitó las
siete mechas de su cabeza; y con ello a Sansón lo abandonó la fuerza.
Cuando Sansón se despertó, los filisteos lo apresaron y después de
colocarle grilletes le sacaron los ojos. Le encerraron en la prisión, y
todos los filisteos se regocijaron porque su gran enemigo había sido
vencido. Tras permanecer en prisión durante largo tiempo, lo llevaron ante
el pueblo para que lo contemplaran. Pero, en ese tiempo, el cabello de
Sansón había vuelto a crecer. Lo colocaron atado con cadenas entre los
pilares del palacio donde se habían congregado tres mil filisteos para
mofarse y reírse de él. Sansón invocó al Señor y se aferró a los pilares
sobre los que descansaba el palacio. Arqueándose con toda su fuerza, logró
que todo el edificio se derrumbara sobre los filisteos. Aunque Sansón
resultó muerto, sus enemigos fueron vencidos.
COMENTARIO.
Las implicaciones obvias de esta historia no necesitan mucha elaboración:
Sansón se equivoca; primero, eligiendo una esposa inadecuada; segundo,
agravando la enemistad entre israelitas y filisteos; tercero, por su
pasión con Dalila (otra amante poco recomendable), y cuarto., por
revelarle su secreto. Paga por sus errores y, finalmente, se redime por
medio de la destrucción de sus enemigos. Pero es necesario observar más
detenidamente tanto los detalles de la historia como el carácter de
Sansón, si hemos de comprender las intuiciones que ofrece sobre la
naturaleza de la pasión.
Desde el comienzo, Sansón es un hombre airado. El «espíritu del Señor» que
lo mueve a excesos es un espíritu ambiguo, porque lo hace violento y
obstinado en la persecución de sus propios deseos. Al igual que muchos
héroes griegos, Sansón está aquejado de arrogancia. En otras palabras, no
comprende lo que es refrenarse y, por lo tanto, no busca contener lo que
le impulsa desde dentro. Cuando desea algo, tiene que conseguirlo, y esto
incluye la elección de una esposa entre sus enemigos. El amor no juega un
papel importante aquí. Lo que percibimos es una pasión alimentada por el
atractivo físico que Sansón, impulsado por sus necesidades instintivas,
tiene que satisfacer. Cuando se cansa de su esposa, la deja a un lado.
Cuando el padre de esta, como es de comprender, no le permite verla
después, causa grandes destrozos a los cereales de los filisteos. Y
comienza la tragedia. En resumen, Sansón no es una persona confiable. Es
violento, arrogante y sin sentimientos. Es el arquitecto de su propia
tragedia.
Para Sansón, la tentación debe tener éxito, en vista de que no tiene
capacidad para la reflexión. No sospecha de la insistencia de Dalila,
porque le impulsan sus emociones e instintos. Al final, lo revela todo y
por eso pierde la fuerza.
El cabello —corto, largo, oscuro o claro— aparece en el simbolismo de
muchos mitos universales. Incluso históricamente, su importancia simbólica
queda clara: los reyes merovingios de Francia, por ejemplo, no se cortaban
el cabello porque creían que era una señal de su realeza otorgada, por
Dios. Freud asociaba el cabello y los sueños con la potencia sexual y con
la fuerza. Cortarse el cabello en sueños puede ser una imagen de
impotencia. Pero, a pesar de Freud, debemos recordar que el cabello que
producía la fuerza de Sansón crecía en su cabeza, y esta es el asiento de
la mente. El cabello puede estar vinculado a nuestros pensamientos. Se
trata de un símbolo del poder individual de reflexión, que conforma y
orienta nuestra voluntad y nuestra visión del mundo. La fortaleza, en
otras palabras, reside en nuestra capacidad de pensar, de percibir el
mundo y de procesarlo por medio de nuestra conciencia. Solo de este modo
podemos contener los impulsos destructivos y evitar sumergirnos en la
emoción ciega. Al dejarse impulsar por la pasión física, Sansón se
desprende de su conciencia independiente. Pierde simbólicamente su cabello
mucho antes de que se lo corten físicamente, porque ignora el poder de
reflexión limitándose a alimentar sus pasiones. Su error reside no en
sentirse atraído por las mujeres, ni siquiera en ir por esta atracción
hacia lugares impropios. Reside en el modo en que abandona libremente toda
su capacidad de reflexión.
Como resultado, Sansón es apresado y cegado. La ceguera, en el mito está a
menudo vinculada con la visión interior y con la comprensión que resulta
de retirar los ojos del mundo exterior. Tiresias, el adivino ciego del
mito griego —a quien encontramos en el mito de Narciso—, es un ejemplo de
la sabiduría que se deriva de volver nuestra mirada hacia lo interno. La
autoceguera de Edipo es también una imagen de autodescubrimiento. En la
prisión, Sansón aprende a mirar hacia dentro; ¿y qué encuentra? El pelo le
vuelve a crecer. Obtiene cierta capacidad para el pensamiento y la
reflexión. Reza a los dioses que había olvidado y le vuelve la fuerza.
Podemos suponer que, a nivel psicológico, este hombre poderoso,
acostumbrado a reclamar brutalmente lo que desea, se ve forzado, por las
limitaciones de la vida y por su propio fracaso, a reconocer quién y qué
es él en realidad, y a acordarse de cuál es el ideal al que sirve. ¿Qué
nos puede enseñar esto sobre la pasión en la vida humana cotidiana?
Necesitamos equilibrar el poder ciego de la pasión con la visión interna,
con la reflexión y con la recuperación de cuantos ideales nos impulsan en
la vida. A través de los errores, enredos y daños que causamos y recibimos
como consecuencia de la persecución irreflexiva de nuestras pasiones,
somos humillados y forzados a volvernos hacia dentro. De este modo,
podemos volver a obtener nuestra fuerza y recobrar la individualidad.
La muerte de Sansón puede tomarse también simbólicamente, ya que junto con
ese reconocimiento humilde también nos sometemos a una cierta clase de
muerte. Tenemos que desprendernos de la arrogancia y de la obstinación y
reconocer los límites de la vida. La historia de Sansón revela los efectos
transformadores de la pasión, que nos pueden conducir al sufrimiento, pero
también a la autorrevelación y a una nueva comprensión de nosotros mismos
y de la vida.
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