|
RÓMULO Y REMO
¿Quién es el más grande y el mejor?
EXISTEN MUCHOS MITOS QUE PRESENTAN LA RIVALIDAD ENTRE HERMANOS GEMELOS, Y
MUCHOS DE ESTOS RETATOS TERMINAN MAL.
EN ESTA HISTORIA DE LA ROMA ANTIGUA, LA ENEMISTAD NO TIENE ORÍGENES
PATERNOS; SURGE DE LOS SIMPLES CELOS RESPECTO AL QUE VA A SER EL PRIMERO Y
EL MEJOR
EN LA ESCENA DEL MUNDO. EL REALISMO CON EL QUE LOS ROMANOS ESCENIFICAN LOS
CELOS ENTRE RÓMULO Y REMO, ASÍ COMO EL ASESINATO DE UNO A MANOS DEL OTRO,
REFLEJAN LA NATURALEZA ETERNA Y ARQUETÍPICA DE LA RIVALIDAD ENTRE HERMANOS.
Una bella tarde, Marte, el dios de la guerra (conocido entre los griegos
como Ares) daba un paseo por el bosque que había en una de las siete colinas
de lo que posteriormente sería la ciudad de Roma. Allí, en un claro del
bosque, halló a una joven durmiendo. Era Rhea Silvia, hija del rey de Alba.
A pesar de que Rea Silvia estaba consagrada como virgen vestal, no obstante,
Marte la violó. Siguiendo las órdenes del padre de esta, los gemelos que
nacieron fueron colocados en una cesta que abandonaron flotando por el
Tíber, a fin de que la vergüenza de la hija no fuera descubierta, pues el
rey no se creyó que estos niños fueron engendrados por un dios.
Pero el dios del río Tíber sabía la verdad, e hizo que el río se desbordara
con el fin de que los gemelos fueran llevados a salvo hasta una gruta que
había bajo una higuera. Los niños estaban asustados y hambrientos y lloraban
desconsoladamente, pero ningún ser humano respondió a su llamada. Sin
embargo, la oyó una loba que se hallaba cerca y vino a dar de mamar a los
pequeños.
Finalmente, un pastor y su esposa encontraron a los gemelos y se apiadaron
de ellos. Como consecuencia, fueron recogidos y criados humildemente,
ignorantes de sus orígenes. El pastor les puso por nombre Rómulo y Remo.
Cuando crecieron, los jóvenes resultaron ser tan fuertes, valerosos e
impetuosos como su divino padre. Decidieron fundar una ciudad, y se
dispusieron a estudiar cuidadosamente el vuelo de las aves, consultando con
augures de la localidad para conocer los buenos auspicios. Y en la zona del
cielo que la varita del augur había destinado a Rómulo aparecieron doce
buitres. Pero en la de Remo solo se pudieron ver seis. El augur nombró a
Rómulo legítimo fundador de la nueva ciudad. Seguidamente este, usando un
arado uncido a una vaca y a un toro blancos, hizo un surco que marcaría los
límites de la muralla de la nueva ciudad. Remo saltó sobre el surco en son
de burla porque sentía celos y deseaba destruir la confianza de su hermano.
Entonces se desató una violenta pelea. Remo fue el primero en tratar de
asesinar a Rómulo, y este, en defensa propia y dominado por el frenesí de su
padre, el dios de la guerra, mató a su hermano.
Rómulo continuó a solas con la fundación de su ciudad, la cual fue llamada
Roma en su honor. A fin de llenar de habitantes la ciudad, fundó un lugar de
asilo entre las murallas, donde los forajidos, villanos y vagabundos sin
hogar de todas clases comenzaron a congregarse. Las mujeres de las tribus
vecinas rehusaron casarse con los hombres de este asentamiento de forajidos,
de modo que Rómulo y sus seguidores raptaron a las hijas de una de las
tribus, con lo que se aseguraba la futura población de la nueva Roma. Cuando
su trabajo estuvo concluido y el futuro de su ciudad asegurado, Marte le
pidió a su hijo que volviera; Rómulo desapareció misteriosamente durante una
furiosa tormenta eléctrica y fue desde entonces adorado como un dios por el
pueblo romano.
COMENTARIO.
Aunque el asesinato no es el resultado normal de la rivalidad entre
hermanos, la frialdad prolongada y la enemistad en la vida de adultos son a
veces, fruto de una niñez en la que la competencia resulta ser más fuerte
que la cooperación, y la envidia mes poderosa que el afecto. La seguridad
material, en forma de dinero o propiedades, es la causa de muchas disputas
entre hermanos, especialmente cuando se trata de quién deba ser el que
herede y de cuánto deba heredar de los padres, cuando estos fallezcan. Y es
el poder material lo que alimenta la lucha entre Rómulo y Remo, no una lucha
por el amor paternal.
¿Existe algo que los padres puedan hacer cuando se enfrentan con semejantes
demostraciones de rivalidad entre los descendientes? Esta rivalidad se
expresa más comúnmente entre dos hermanos o dos hermanas. Y mientras en
algunas familias semejantes celos se ven equilibrados por una lealtad mutua,
en otras la animosidad puede corroer la atmósfera del hogar y crear
cicatrices duraderas en uno o en ambos hijos. Quizá una de las claves del
problema pueda hallarse en esta historia. Remo solo se vuelve celoso al
descubrir que su augurio no es tan favorable como el de su hermano; en otras
palabras, que, a los ojos de otros, su valor es menor. Las semillas de esta
clase de rivalidad entre hermanos a menudo son sembradas por las
comparaciones, y puede ser importante para cualquier padre reconocer lo
dañino y peligroso que pueden ser estas comparaciones. «¿Por qué no puedes
ir tan bien como tu hermano en el colegio?, dice el padre desconsiderado a
su hijo. ¿Por qué no vas tan bien vestida como tu hermana?, le dice la madre
inconsciente a su hija. ¿Por qué te quedas leyendo un libro mientras que los
demás chicos están en la calle jugando? Dice el maestro imprudente. ¿Por qué
no te relacionas y haces amigos como otros chicos?»
En la historia de Rómulo y Remo es el augur el que desempeña este papel,
poniendo de manifiesto una comparación que inevitablemente siembra la
semilla de la discordia, si se la interpreta como un juicio de valor.
Además, quizá el padre ausente —Marte, después de todo, no aporta nada tras
dejar encinta a Rea Silvia— les ha fallado a sus hijos porque no está
presente para, alentar a cada uno por separado.
También podemos especular acerca de lo diferentes que hubieran podido ser
las cosas si Rómulo y Remo hubiesen decidido fundar dos ciudades distintas,
separadas por una distancia suficiente como para no alentar las
comparaciones, Sus propias naturalezas como hijos del dios de la guerra, no
están adaptadas al compromiso y a la cooperación. Esto es un hecho, no un
juicio sobre el carácter; y a veces es prudente reconocer que el niño de
naturaleza, competitiva necesita espacio para desarrollar su talento, sin
ser eclipsado por un hermano.
Todos los niños necesitan definir su espacio y formarse una identidad
individual, y se debe hacer todo lo posible para apoyar este desarrollo
personal saludable y natural. Entonces habrá espacio para que crezca el
amor, el apoyo mutuo y la amistad. Siempre puede existir un cierto grado de
rivalidad entre hermanos. Pero un poco de sabiduría y de sensibilidad
ejercidas a tiempo pueden impedir que el espíritu del dios de la guerra haga
acto de presencia donde no es bienvenido. |
|