El cuerpo humano se encuentra en un constante estado de
transición en cualquier edad de la vida, pero la adolescencia se distingue
por la rapidez y magnitud de los cambios corporales que ocurren en el lapso
de muy pocos años. La pubertad, el proceso biológico de la maduración
reproductiva, afecta a cada órgano del cuerpo humano.
El crecimiento de las personas se debe a la interacción
de la influencia genética, el estado nutricional, factores hormonales
internos y factores climáticos externos, socioeconómicos, etc. Los aspectos
genéticos y ambientales tienen una amplia gama de variación, pero las
hormonas son muy similares en todos los adolescentes. Y un conocimiento
básico de las hormonas es necesario para entender los misterios del
crecimiento y desarrollo del adolescente.
Las hormonas son sustancias químicas segregadas por
glándulas endocrinas que pasan a la circulación sanguínea. Como agentes en
misiones especiales, cada hormona tiene su trabajo asignado y sus objetivos
precisos. Dos hormonas, primordialmente, regulan el crecimiento durante la
niñez: la hormona tiroidea y la hormona de crecimiento. Durante la
adolescencia reciben refuerzos importantes: las hormonas sexuales,
producidas por las gónadas (testículos y ovarios) y las glándulas
suprarrenales. Dichas hormonas -andrógenos, estrógenos y progesterona- son
producidas por ambos sexos, pero en sitios distintos y concentraciones
diferentes. Hacia el final de la niñez, el cerebro, a través de la glándula
directora (la hipófisis), envía un mensaje hormonal a los ovarios,
testículos y glándulas suprarrenales, anunciándoles de que es hora de
despertar y producir más hormonas sexuales. Y éste es el comienzo de la
pubertad.
Una vez que se inicia el proceso puberal, progresa de
manera predecible; o sea que en una población de adolescentes, un estadio
sigue a otro en forma de secuencia consistente. Sin embargo, si se considera
un adolescente individualizado, no es inusual que su desarrollo no coincida
con lo predicho. En otras palabras: el comienzo y la progresión de la
pubertad varían de un adolescente a otro. La prueba más evidente se hallaba
en una clase de 8.° o 9.° de la anterior Educación General Básica (EGB) en
España. Algunos varones presentarán musculatura y alturas notables, otros
serán delgados y canijos, unos tendrán facciones similares a las adultas,
mientras que otros seguirán con caras de niños. Las chicas, en general,
parecerán más maduras y "señoritas"; pero en toda la clase se notará una
gran variedad de lo normal, incluyendo al ocasional adolescente prepuberal y
al que habrá completado ya su desarrollo adulto.
El común denominador de todos los adolescentes tempranos
(de 10 a 13 años) es su pregunta ansiosa: ¿soy normal? Todos se comparan
entre sí, resultando a veces que sufren y se alarman de manera innecesaria.
La realidad es que la mayoría de los adolescentes que demoran en
desarrollarse lo harán más adelante. Hay que tener en cuenta el fenómeno
siguiente: durante la adolescencia, la edad cronológica de un joven normal
podrá no coincidir con el peso, altura o maduración sexual que le
corresponde en un momento determinado.
La maduración sexual constituye el elemento central del
desarrollo adolescente, y abarca el desarrollo mamario, el genital, las
características sexuales secundarias (como es el cambio de la voz o el
crecimiento de la barba) y la capacidad reproductiva. Una vez que se ha
completado la maduración sexual, cesa el crecimiento.
Algunas características de la maduración física de la
pubertad.
• El 40 % del peso adulto y el 25 % de la estatura final
de una persona se logran durante la adolescencia.
• En los varones, con la pubertad se duplica el tamaño
del corazón, y en ambos sexos aumenta la presión arterial y disminuye la
frecuencia del latido cardíaco.
• Aumenta la capacidad pulmonar y disminuye el numero de
respiraciones por minuto.
• El cerebro llega a su tamaño adulto y el
electroencefalograma (EEG) va cambiando las ondas lentas de los niños por
las ondas rápidas características de los adultos.
• El sistema linfático se agranda de manera transitoria
durante la pubertad: los ganglios linfáticos tienen el doble de tamaño a los
12 que a los 20 años.
• El sistema reproductivo entra en acción y hace posible
el embarazo adolescente.