El
lenguaje
El
lenguaje verbal es un medio de comunicación específicamente humano que se basa
en un sistema de palabras y estructuras gramaticales. Las palabras son símbolos,
con un significado concreto, pero que adquieren su auténtico valor al
estructurarse dentro de una frase. Al hablar, la mente actúa con rapidez,
poniendo en marcha una serie de operaciones automáticas: el que habla está
pensando, organizando su pensamiento y estructurando las frases que luego
articula, pero todo esto se realiza de una forma automática y con gran rapidez.
El que
escucha reconoce los sonidos, plantea una hipótesis acerca de su significado y
luego lo interpreta; este proceso es también automático.
Constituye un elemento indispensable para la adaptación del individuo al grupo,
no sólo es el medio fundamental de comunicarse con los otros, permitiendo el
trasvase de información, sino que revela cómo es la persona, sus pensamientos y
su afectividad. La forma de hablar, las palabras que se usan y el cómo se usan
delatan la forma de ser y de sentir del sujeto en un momento dado.
Si una
joven nombra repetidamente a un chico, está claro, ese chico tiene un
significado especial para ella. Cuando alguien no para de hablar de su trabajo,
de lo mucho que trabaja y de la cantidad de cosas que tiene que hacer es
evidente que se siente demasiado absorbido o que no cuenta con otros temas de
conversación. Cuando a alguien se le pregunta algo, por ejemplo, acerca de sus
relaciones familiares, y éste tiene que pensar la contestación, es posible que
exista algún problema en las mismas que no tiene aún solución.
El estado
de ánimo se refleja claramente al hablar. La persona entristecida habla poco, su
tono es débil y tiende a no tratar tema alguno fuera de su propio malestar.
Cuando uno está ansioso o agitado habla muy rápido y atropelladamente, cortando
las palabras y, a veces, no llega a acabar las frases, enlazando unos conceptos
con otros.
La forma
de utilizar el lenguaje revela cómo es social y culturalmente una persona. A
cada grupo social, cada edad, cada profesión corresponden términos, usos
lingüísticos y hasta entonaciones particulares que se adoptan por contagio, por
necesidad o simplemente por voluntad propia, para integrarse dentro de un grupo
determinado. Finalmente, el lenguaje está sujeto a la moda y palabras que no se
encuentran dentro del diccionario, a fuerza de usarse, acaban siendo reconocidas
por la Real Academia de la Lengua.
El
lenguaje tiene tres intenciones: suscitar respuestas verbales en forma de
saludos, llamadas o preguntas; producir acciones y lograr que la atención de los
otros se prolongue. A través del lenguaje imponemos a los otros la propia
existencia, los forzamos a escucharnos y a centrar su atención sobre nosotros,
los hacemos partícipes de nuestros pensamientos y nuestras emociones y les
involucramos en las cuestiones que nos preocupan.