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Los grupos de
concienciación como terapia para las mujeres
Con la aparición del movimiento feminista y de los grupos de concienciación
y la correspondiente crítica de la psicoterapia tradicional, surgió la idea
de que los grupos de concienciación podrían servir como una forma de terapia
para las mujeres.
Por regla general, un grupo de concienciación está formado por unas ocho
mujeres. De acuerdo con las convicciones del movimiento de la mujer, no hay
líder, sino que todos los miembros tienen la misma consideración. Los grupos
suelen reunirse de forma regular, como, por ejemplo, dos horas,
semanalmente, y se mantienen durante un período que oscila entre unas pocas
semanas y un año o más. Las participantes hablan de sí mismas, sobre sus
sentimientos, experiencias y problemas. Trascendiendo esto, se hace un
análisis de cómo los estereotipos de la sociedad relativos a la asignación
de papeles a los géneros y la categoría y poder menores de la mujer provocan
muchos de estos problemas. De este proceso pueden derivarse numerosos
resultados positivos. Con frecuencia, las mujeres se dan cuenta de que
comparten muchos problemas, lo que puede reducir el sentimiento de
anormalidad que se deriva de sentirse la "única" que tiene un problema
determinado. Puede disminuir el sentido de competitividad con otras mujeres
y desarrollarse vínculos reales entre ellas, llegando éstas a convertirse en
modelos de eficacia. No obstante, el principal objetivo es impulsar una toma
de conciencia de sí mismas como mujeres.
El objetivo de los grupos de concienciación no es la terapia, aunque los
grupos pueden ser terapéuticos. Las feministas tienen mucho cuidado al
señalar la diferencia entre la ideología de los grupos de concienciación y
la de la psicoterapia:
Hay quienes sostienen que los grupos de concienciación o de apoyo dan mejor
resultado que la psicoterapia para las mujeres cuyos problemas son de origen
sociopolítico. Hoy día, los grupos de apoyo y de autoayuda han reemplazado
en gran medida a los de concienciación y pueden cumplir muchos objetivos de
aquellos.
La diferencia básica, con respecto a las estructuras, radica en que la
relación entre paciente y terapeuta es desigual y jerárquica, en contraste
con la igualdad entre las mujeres de los grupos de concienciación. La
diferencia básica, en cuanto a las ideologías, es que la psicoterapia
tradicional hace hincapié en la adaptación del funcionamiento interior de
los individuos para ajustarse a la sociedad; los grupos de concienciación
destacan la necesidad de cambiar la sociedad, demostrando a los individuos
que sus problemas "personales" se derivan de fenómenos socioculturales.
Nótese que esto es muy semejante a los principios de la terapia feminista.
Como los grupos de concienciación no están pensados de modo específico para
fines terapéuticos, las mujeres que padecen problemas graves suelen
remitirse a alguna terapeuta feminista.
Por desgracia, los grupos de concienciación no abundan ahora tanto como en
los años sesenta. En consecuencia, las mujeres no tienen tan a mano como
antes esta forma de autoayuda. Por otra parte, siempre cabe la posibilidad
de que tú misma inicies tu propio grupo de concienciación. Actualmente, son
corrientes los grupos de apoyo (como los que agrupan a quienes han sufrido
alguna violación), haciéndose cargo, quizá, de las funciones de los grupos
de concienciación. |
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