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EL GALLO Y LA ZORRA.
Un gallo viejo y astuto hallábase montando centinela en la rama de un árbol.
-Hermanito -díjole una zorra con su voz más dulce-, ya no somos enemigos;
vengo a decirte: paz general entre nosotros; baja y te daré un beso, pero
pronto, pues tengo que cumplir sin falta veinte recados. Tú y los tuyos
podéis dedicaros sin miedo a vuestras ocupaciones; nosotras os ayudaremos
como hermanos. Celebradlo esta noche con fiestas; pero ahora ven a recibir
el abrazo fraterno.
-Amiguita -repuso el gallo-, vienes a darme la mejor y más grata noticia: la
de esta paz que yo quiero, y es para mí una doble alegría oírla de tus
mismos labios. Justamente allí vienen dos galgos que son, estoy seguro,
correos que nos envían para oír la noticia. Vuelan hacia acá y dentro de un
instante estarán entre nosotros. Ya desciendo, y todos juntos podemos
besarnos unos a otros.
-Adiós -dijo la zorra-, que tengo prisa; otra vez celebraremos el éxito del
asunto.
Y el maligno animal sale a campo traviesa, descontento de su fracaso,
mientras el astuto gallo quédase riendo de su miedo, pues resulta placer
doble engañar a quien engaña. |
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