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LAS FANTASÍAS
SEXUALES DE LA MUJER
La escuela psicoanalítica consideraba tradicionalmente que las fantasías
durante la relación sexual constituían un indicio de patología. Algunas
mujeres rechazan las fantasías por considerarlas un signo de deslealtad
hacia sus compañeros. En consecuencia, estas fantasías se han considerado
raras, por lo que se les ha prestado poca atención en las investigaciones.
Un estudio, mediante cuestionario, realizado con 141 mujeres adultas
voluntarias puso de manifiesto que el 65% fantaseaba durante sus relaciones
sexuales con sus esposos. Otro 28% manifestó tener, a veces, durante sus
relaciones sexuales, ciertos pensamientos que podrían contarse como
fantasías, quedando sólo un 7% de la muestra que indicó no tener ninguna
clase de fantasías. Por tanto, desde el punto de vista estadístico, ¡parece
que lo raro es que la mujer no tenga fantasías!
He aquí las fantasías más corrientes, en orden de frecuencia:
1. Aparecen en mi mente pensamientos sobre un amante imaginario.
2. Me imagino que me dominan o que me obligan a rendirme.
3. Disfruto pensando que hago algo malo o prohibido.
4. Me encuentro en un lugar diferente, como un coche, un motel, la playa, un
bosque, etc.
5. Revivo una experiencia sexual anterior.
6. Me imagino a mí misma entusiasmando a muchos hombres.
7. Me imagino que me observo a mí misma u observo a otros practicando el
sexo.
8. Pienso que soy otra mujer irresistiblemente atractiva sexualmente.
9. Pienso que lucho y me resisto antes de verme obligada a rendirme.
10. Sueño que me hacen el amor varios hombres al mismo tiempo.
Los dos temas más comunes son: 1) estar con otro hombre, y 2) ser forzada.
Conviene indicar que hombres y mujeres comparten fantasías de contenidos
semejantes; por ejemplo, las de ambos pueden representar el hecho de ser
dominado por un individuo del género opuesto.
Las mujeres que tienen fantasías durante el coito suelen ser independientes,
impulsivas y no conformistas; todas ellas, características típicas de las
personas creativas. No parece que sus fantasías sean signos de una mala
adaptación con su pareja; por el contrario, sus relaciones sexuales parecen
mejores que las de quienes no fantasean. Las que pertenecen a este último
grupo, en cambio, suelen ser conciliadoras, modestas, comprensivas y
adaptables.
En apartados anteriores, he insistido en la necesidad de las relaciones
interpersonales como un aspecto importante de la sexualidad femenina. He
aquí la otra cara de la moneda: la experiencia de la mujer de su propia
sexualidad, individual y creativa. |
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