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Demencia.
Los tratamientos
conductuales son el modo fundamental de manejar los trastornos conductuales
de las personas con demencia, tales como la deambulación, las preguntas
recurrentes, la agitación, el aislamiento o la incontinencia.
Estos tratamientos pueden ser considerados tan beneficiosos para el cuidador
como para el enfermo y requieren la participación del primero para su puesta
en práctica, lo que pone en cuestión si el cliente es el cuidador o la
persona con demencia (ya sea el cuidador un familiar del enfermo o un
miembro del personal de una residencia).
La forma de intervención de mayor éxito para los problemas de conducta de
personas con demencia es el control de contingencias mediante refuerzos
apropiados para recompensar las conductas positivas y la no obtención de los
mismos o el castigo ante las conductas problemáticas. Esta técnica es
efectiva en el manejo de la incontinencia, la deambulación, la participación
social, la agitación, la hostilidad y otro gran número de conductas.
La eficacia de la terapia de orientación a la realidad es un tema
controvertido aunque suele utilizarse frecuentemente. Puede consistir en
comentar algún hecho reciente o en la repetición verbal de información
orientativa (por ejemplo, nombre, localización, fecha, hora) así como en
claves ambientales tales como dibujos o símbolos sobre paredes o puertas. La
orientación a la realidad suele tener éxito en cuanto a mejorar la
orientación del paciente, siendo dudosa su eficacia para mejorar otras
conductas funcionales. Tarjetas con información personal, con el horario o
con las respuestas a las preguntas más frecuentes, así como agendas que
contengan imágenes y frases pueden reducir las verbalizaciones reiterativas.
Como con otras intervenciones conductuales, los resultados se mantienen
mientras la terapia es implantada; una vez finalizado este tipo de terapia,
las mejoras suelen desaparecer.
Algunas intervenciones ambientales pueden reducir el estrés causado por
problemas de conducta tales como eliminar los mandos de la cocina, coser
brazaletes identificativos en la ropa del paciente con la dirección y el
número de teléfono o establecer asociaciones entre señales visuales y
conductas (por ejemplo, restringir la conducta de masturbación de una
persona con demencia a la presencia de un signo naranja que es colocado en
su habitación y no en los espacios comunes de la residencia. |
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