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Las cuevas del Grial
"Sobre un espigón verde esmeralda... una piedra de luz... un objeto llamado
grial del mundo supremo ideal", Wolfram von Eschenbach
A pesar de los fracasos iniciales Rahn no se desanimó. En su búsqueda del
Grial iba a recibir una inestimable ayuda de varios expertos arqueólogos e
intelectuales franceses. El más importante para él fue Antonin Gadal. Éste
rápidamente le convenció de que el Grial estaba situado en la zona de las
cuevas del Sabarthez. Concretamente había sido custodiado en la gruta de
L´Hermitte y en las cuevas de Ornolac, Fontanet y Lombrives (esta última la
más grande de Europa). Gadal, que conocía a la perfección la zona, sabía que
la tarea era complicada, pues existen innumerables pasadizos y cuevas con
kilómetros de laberintos aún por descubrir. Precisamente en ellos se
refugiaron los últimos cataros hasta el siglo XIV.
De los resultados de las expediciones de Rahn a este entramado de cuevas
poco se sabe, excepto que descubrió numerosas piezas arqueológicas y
grabados de varias épocas, algunos de ellos de indudable origen cátaro y
templario que lo conducen a una importante conclusión. Al parecer en la zona
han sido custodiados dos Griales distintos. Uno que seria el santo Grial de
la tradición cristiana, la copa donde Jesús bebió en la última cena y que
fue custodiada por José de Arimatea. El otro seria la piedra Grial, la
esmeralda caída de la frente de Lucifer de la que hablan las más antiguas
tradiciones religiosas, sobre todo las maniqueístas procedentes de Irán de
las que se nutrió el catarismo inicial.
La posibilidad de que el cáliz de la última cena hubiera llegado a suelo
cátaro es elevada. Recordemos que el Santo Grial podría formar parte del
tesoro de Salomón que los romanos robaron de Jerusalén en el 70 d.C.
Posteriormente el rey visigodo Alarico II lo trasladaría a Carcassonne, tras
el saqueo de Roma en el 410 d.C. El tesoro, además de importantes reliquias
religiosas, estaría formado por miles de monedas de oro y plata de varias
épocas, que probablemente fueron las que trasladaron los cátaros a alguna
gruta segura un año antes del asedio a Montsegur. Algunos investigadores
relacionan este tesoro con el que supuestamente habría descubierto Berenger
Saunniere, el famoso párroco del pueblecillo de Rennes le Chateau que se
volvió extraordinariamente rico. Rennes se encuentra a escasos kilómetros de
las cuevas del Grial.
Pero el Grial que interesaba a Rahn era el más antiguo, el Grial pagano, la
Piedra de Luz. Con ella esperaba descubrir también unas losas de piedra o
tablillas escritas en extraños caracteres rúnicos. Igualmente, se supone que
su procedencia era indoeuropea y oriental. Sus pesquisas se centraron
fundamentalmente en dos cuevas llamadas actualmente Fontanet y la Cueva del
Eremita. En el poema de Wolfram von Eschenbach, el héroe Parsifal acude a la
cueva Fontane la Salvasche, donde vive un eremita que le puede iniciar en
los secretos del Grial. Este le conduce a una segunda cueva cercana donde le
muestra el "altar sin cubrir, en cuyo centro se encuentra un cofre".
Exactamente en el Sabarthez existe una cueva, que desde tiempos cátaros se
le llama Fontanet y exactamente a escasos metros de ella otra cueva llamada
del Eremita, que alberga el "altar" donde la tradición asegura que era
mostrada la Piedra Grial en las iniciaciones cátaras y templarias del más
alto nivel. Dicha Piedra estaba contenida en un cofre que se colocaba en una
oquedad de la cueva que aun puede ser observada hoy en día. ¿Encontró Otto
Rahn el Grial en alguna de estas dos cuevas? |
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