ACTITUD GENERAL ANTE LA VIDA: CONTROL Y RIGIDEZ MENTAL
El bloqueo emocional ha hecho que se desarrollara muchísimo el aspecto
mental de la mente inferior (véase el espacio en el que hablamos sobre las
estrategias de la mente inferior). De modo que las características de la mente
inferior que encontramos en esta estructura son sólo las de la parte mental,
puesto que la emocional está totalmente bloqueada. Son las siguientes:
— Una estructura mental muy rígida; quiere tener siempre razón; estrechez de
espíritu.
— En general es muy brillante intelectualmente. Como predomina en él la
energía mental, le apasiona el estudio intelectual tal como se propone en el
mundo occidental, es decir, cartesiano, racional. Pero eso no significa que sea
«inteligente» para otras cosas: no lo es para la apertura, ni para la
creatividad, ni para la intuición.
— Sólo funciona por la lógica, analiza y racionaliza constantemente: todo ha
de tener una explicación. La intuición para él es una debilidad de la que hay
que desconfiar.
— Es disciplinado, rutinario, sistemático, previsible, organizado; total
ausencia de originalidad y de creatividad.
— Le dan horror los cambios, la improvisación y las sorpresas; todo ha de
estar previsto y planificado.
— Orgullo frío y un sentimiento de superioridad que proviene del intelecto.
— Negación o bloqueo de cualquier sentimiento profundo.
— Emociones controladas y racionalizadas.
— Materialismo. Interesarse por lo material permite no sentir.
— Se pone rígido ante cualquier expresión emocional de alegría, de amor o de
gratitud, y también de pena o de tristeza.
— Está siempre muy serio; cuando se está atrapado en esta estructura no se
ríe uno a menudo, no porque esté triste (no se tienen sentimientos), sino porque
en el mecanismo de la mente no existe la alegría.
— Suele desenvolverse solo, confunde su aislamiento con autonomía. Le dan
horror los grupos, a no ser que los dirija él. En ese caso, guardará las
distancias con las personas que están a sus órdenes o bajo su dirección;
dirigirá de forma intransigente e inflexible.
— Lo que más detesta el rígido, y de lo que más huye: las efusiones
emocionales, los besos y abrazos, los grupos, la gente, que lo toquen (física o
emocionalmente), todo lo que de una forma u otra pueda hacer vibrar una cuerda
emocional y todo lo que pueda flexibilizar el cuerpo físico (la danza y
cualquier manifestación de exuberancia física).
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