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Condiciones que facilitan la utilización de la mente superior o cómo
utilizar dos momentos de poder III.
Segundo paso, el proceso a nivel del inconsciente
Cuando
tenemos la impresión
de que algo “más fuerte que
nosotros”, sea a nivel mental, sea
a nivel emocional, nos hace
perder la alegría y la serenidad,
es que ha sido reactivada una
fuerte memoria de! pasado.
Si, a pesar de
nuestras buenas intenciones y de los esfuerzos conscientes, no podemos en
modo alguno soltar las ataduras es porque la voluntad del inconsciente es
más fuerte que la voluntad consciente. Estamos ante una memoria tan cargada
que no podemos “paralizarla” por un simple acto de voluntad. En ese caso,
tendremos que reconocer que estamos aprisionados por un mecanismo
inconsciente alojado en alguna parte de nuestro ordenador, un mecanismo que
condiciona nuestra percepción de las cosas y, por lo tanto, nuestra
reacción.
Lo que nos impide soltar las ataduras es la fuerza de lo que llevamos
grabado en el inconsciente. De modo que, cuanto más libre esté el ordenador
de las memorias del pasado, menos nos costará aceptar la realidad tal como
es y, por lo tanto, más fácil nos resultará vivir a nivel de la mente
superior. Se trata, pues, de ponerse manos a la obra y hacer limpieza en el
inconsciente para poder llevar a la práctica diaria la dinámica de la mente
superior e integrarla en la vida cotidiana.
Es evidente que no se puede hacer ese trabajo de repente, en el momento
mismo de la reactivación. Lo único que podemos hacer entonces es:
1) intentar la mayor ecuanimidad y neutralidad posible, y no actuar en
función de la reactivación, en la medida en que podamos (el cochero retiene
al caballo y le impide que se ponga a correr de cualquier forma...); y
2) encontrar un medio o un método de trabajo interior que nos permita
liberar el inconsciente de esa carga. Es entonces cuando hemos de atrevernos
a afrontar nuestra “sombra”, las partes inconscientes de la mente automática
que dirigen nuestra vida.
Como ya hemos
clarificado el mecanismo del inconsciente a lo largo de los capítulos
precedentes, ahora comprendemos mejor por qué nos resulta tan difícil el
desprendimiento. Muchos de nosotros no tenemos mala voluntad; lo que tenemos
son siglos de historia y de sufrimiento que hay que sanar para liberar a la
personalidad. La sanación abrirá el camino hacia la liberación del ego, es
decir, nos llevará a soltar las ataduras con toda naturalidad, sin necesidad
de forzar las cosas.
Además, será de gran ayuda un trabajo específico sobre el inconsciente,
tanto para facilitarnos el acceso directo a la consciencia superior como
para que encontremos de nuevo el bienestar perdido. Para llevarlo a cabo,
cada uno tendrá que escoger el método que más le convenga. En la actualidad
existen muchas vías espirituales y diversos métodos de trabajo interior.
Pero no hay que olvidar que el trabajo que hay que hacer para conseguir una
transformación profunda es muy complejo, pues abarca tanto aspectos
conscientes como inconscientes.
Un método que trabajara sólo sobre el inconsciente sería incompleto, y no
acabaría con las cargas emocionales. Este es el caso de ciertos métodos
terapéuticos que trabajan desde una óptica estrictamente materialista.
Entonces, faltaría el contexto consciente, amplio e inteligente, en el que
se tiene la experiencia de la vida.
Si se quiere hacer un trabajo de liberación interior eficaz, el trabajo
sobre el inconsciente para descargar las memorias y la ampliación de la
consciencia mediante un cambio de contexto de pensamiento deben ir a la par.
Se nos ha dicho: “Para que un pájaro vuele necesita dos alas”. Lo mismo le
ocurre al ser humano: para que pueda avanzar en su evolución necesita el ala
del conocimiento y el ala de la práctica. La práctica es el dominio del ego
en la vida cotidiana, es el control concreto del inconsciente.
Un relato
Ilustraremos los dos posibles caminos de la consciencia mediante el relato
siguiente:
Una gran compañía decide trasladar a otro lugar las oficinas que tiene en
una capital de provincia, lo que implica que va a dejar sin trabajo a cierto
número de empleados. ¿Cómo van a recibir la información? ¿Cómo van a
reaccionar ante esa realidad?
A través de la mente inferior:
Denis está empleado en la compañía desde hace cinco años, y disfruta en ella
de muchas ventajas. Se siente a gusto en su trabajo y ha demostrado que lo
hace bien. Pensando que tenía asegurada su posición para mucho tiempo, acaba
de dejar un barrio de la ciudad que le gustaba mucho y se ha comprado una
casa bastante más cerca del trabajo para poder ir y volver con más
facilidad. Además, quería estar mejor instalado para recibir a su nueva
amiga, con la que contempla la posibilidad de establecer una relación
profunda y duradera.
Una mañana, al llegar a la oficina, recibe la mala noticia: su contrato se
termina al finalizar el año. La realidad no corresponde a lo que él desea, y
lo percibe a través de su mente inferior: está muy disgustado. ¿Cómo se
atreven a hacerle eso a él, que sirve fielmente a la compañía desde hace
cinco años? Los jefes son unos egoístas y unos ingratos. Durante los tres
meses que todavía ha de trabajar allí, está de muy mal humor y es
desagradable con todo el mundo. A la cólera se añade un gran sentimiento de
inseguridad. ¿Cómo va a hacer frente a los plazos de la casa? Apenas duerme
por la noche y siente contra todo el mundo un profundo rencor. Está
persuadido de que no encontrará fácilmente otro empleo porque las
condiciones económicas son muy malas. Se encuentra en una situación
horrorosa. A su nueva amiga, que está viviendo con él desde hace poco, no le
agrada en absoluto su malhumor, y se lo dice sin ambages. Pero él le
responde que ella no tiene corazón, ¿cómo no comprende su situación?
Verdaderamente, el mundo no es bueno. Transcurridos los tres meses de
preaviso, Denis no ha encontrado todavía un nuevo empleo, y su nueva amiga,
cansada de su actitud negativa, ha levantado el vuelo. Se encuentra solo,
sin trabajo, con dolores de estómago. La vida es dura... Denis se ha dejado
atrapar. Resiste, sufre, ha perdido su poder...
A través de la mente superior:
André, al que también rescinden el contrato, tiene una reacción muy
distinta. Aunque se encuentra en una situación tan difícil como la de Denis,
por no decir peor (porque tiene varios hijos), pasado el primer momento de
decepción, es capaz de utilizar el primer momento de poder. Acepta la
realidad y pasa serena, pero firmemente, a la acción. Solicita una
entrevista con su jefe para tener más información. Éste le explica la
situación y André comprende que, en efecto, no existe para él ninguna
posibilidad de seguir trabajando en aquellas circunstancias. Sin embargo,
permanece tranquilo y equilibrado. No es lo que él deseaba, claro está, pero
ya sabe algo más. Aunque suposición actual es excelente y hubiera preferido
conservarla, decide aceptar la realidad tal como es; se trata, en su caso,
de una aceptación activa, la que describimos en estas páginas. Deja de estar
atado a sus deseos, intuye que ningún acontecimiento de la vida se presenta
en vano. Sabe muy bien que, en su campo, no es fácil encontrar trabajo. Pero
no deja que se encabrite su caballo. Mantiene una actitud confiada y empieza
a ponerse en contacto con otras compañías. Se entrevista con muchas
personas; la búsqueda de un nuevo empleo lo estimula y, al final, la
perspectiva de un cambio le agrada (no es su mente inferior la que dirige su
vida, por supuesto...). Conserva el buen humor y continúa trabajando con
eficacia durante los tres meses que faltan hasta que expire su contrato.
Un día, uno de sus jefes, que tiene que salir de viaje, le pide que reciba
en su lugar a un importante cliente. Se desenvuelve en el asunto la mar de
bien. Charlando con él, descubre que tienen una pasión común: la vela.
Hablan un poco de ello, y quedan para cenar juntos unos días después, pues a
ambos les entusiasma el tema. André entabla así una relación de amistad con
esa persona, que es el presidente de una gran empresa de materiales de
construcción. Cuando André, en el curso de la conversación, le dice que está
buscando trabajo, lo pone inmediatamente en contacto con uno de sus colegas
que podría necesitar sus servicios. Y así es como André acaba por encontrar
un nuevo empleo, más interesante que el precedente desde todos los puntos de
vista, y sin haber envenenado su vida... Cuando uno deja de resistir, cuando
deja de estar atado a sus expectativas, la vida le responde haciéndole
algunos regalos...
La aceptación se convierte en el medio más rápido y práctico para liberarse
de una situación difícil, mientras que la rebelión aprieta el nudo
inexorablemente.
La utilización del segundo momento de poder
Denis está aprisionado en sus estructuras psicológicas, evidentemente. Si es
inconsciente de ello, su vida seguirá funcionando mal durante mucho tiempo.
Si es consciente, después de algunos días de depresión y de desánimo, puede
tomar la posición de testigo y decidir cambiar su percepción de las cosas.
Puede, por ejemplo, ir a visitar a un amigo, no para quejarse, sino para
pedirle consejo y ver si le sugiere alguna idea. Puede decidir
conscientemente no tener miedo y buscar soluciones, con lo que empieza a
superar el mecanismo de impotencia. Aunque sienta cierta inseguridad, puede
decidir actuar. Es en ese momento cuando es necesaria la voluntad
inteligente y flexible. A pesar de haber dejado escapar su primer momento de
poder (el mecanismo de la víctima, estructura psicológica maso, se ha
impuesto de momento), no está todo perdido porque puede utilizar su segundo
momento de poder, y beneficiarse del conocimiento que tiene de sí mismo, de
su inteligencia y de su voluntad.
Si, a pesar de sus esfuerzos conscientes, continúa teniendo una crisis de
ansiedad insoportable, es que se ha activado una memoria pasada, añadiendo
una fuerte carga emocional a la experiencia presente. En ese caso, Denis
tendrá que hacer un trabajo específico para desalojar esa memoria del
inconsciente. Por el momento, ha de comprender que la situación no está ahí
por casualidad. Puede contemplarla como una experiencia que le propone su
alma para deshacer antiguos bloqueos, para desarrollar otras cualidades y
tener así en lo sucesivo una vida mucho más libre.
Todas las situaciones de la vida pueden ser contempladas desde esa
perspectiva. Si no presentamos resistencia, lo cual ya es en sí una ventaja,
las soluciones nos llegan rápidamente. En efecto, cuando resistimos, nuestra
frecuencia vibratoria se reduce y atraemos hacia nosotros circunstancias
cada vez más difíciles. Cuando dejamos de estar atados a nuestras
expectativas, nuestra frecuencia vibratoria se eleva y atraemos
circunstancias mucho más armoniosas. No es una filosofía; es una ley
energética del mundo de la consciencia.
Cuando
nos resistimos a la vida,
la vida se nos resiste; cuando la
aceptamos, nos acepta.
Cuando uno ha
adquirido la capacidad de vivir con la mente superior, tiene abiertas las
puertas a la riqueza del alma y a su plena realización en la materia, es
decir, en la vida de cada día. ¿Qué ocurre en lo cotidiano cuando utilizamos
nuestros momentos de poder y aprehendemos la realidad con la consciencia del
alma a través de la mente superior?
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