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APATÍA SEXUAL
La apatía sexual está relacionada con la ausencia de pasión o falta de deseo
sexual. Se refiere al grado de motivación que las personas sienten para
iniciar un acercamiento sexual. Tiene que ver con los estímulos sexuales
efectivos, tanto psicológicos, como la presencia o pensamiento del objeto
amado, como fisiológicos, como los abrazos, caricias o los besos, o una
combinación de ambos.
Esta apatía puede ser Primaria, cuando el sujeto la presenta desde el inicio
de sus relaciones sexuales, o Secundaria, cuando se presenta después de un
período de funcionamiento normal y satisfactorio. En muchos casos es
Selectiva, es decir que sólo existe con una pareja y no con otras, y en
ocasiones es General, cuando aparece siempre.
Las causas fisiológicas pueden ser problemas endocrinos, trastornos
hormonales, insuficiencia renal, entre otras. Los medicamentos como los
anticonceptivos, antidepresivos, antibióticos y los antihistamínicos pueden
generar como efecto secundario una disminución evidente de la libido.
Las causas psicológicas primordiales son los altos niveles de ansiedad de
origen diverso, como haber tenido una estricta educación moral, experiencias
previas no satisfactorias, miedo a la intimidad, temores o estrés, o la
existencia de sentimientos negativos hacia uno mismo, como no sentirse
atractivo o mantener una autovaloración negativa. Estos factores pueden
producir una disminución en el grado del deseo sexual. Otro factor se
refiere a la forma habitual que tiene una pareja de relacionarse. Si siempre
se da en las mismas circunstancias y bajo las mismas pautas, no es raro que
al cabo de un tiempo se pueda producir una pérdida de interés sexual. El
desamor, la incomunicación, el tedio y la indiferencia son causas comunes de
la apatía sexual. Algunos factores asociados a la apatía sexual son la
inconformidad en el trabajo, el estrés y la mala salud, que pueden ser
enemigos silenciosos y graduales de la libido.
Podemos cultivar la sexualidad teniendo una buena actitud ante el sexo.
Pensando sexualmente en nuestra vida cotidiana, y llevando la excitación a
nuestra pareja. Se debe hacer ejercicio, correr, saltar, reírse, respirar y
hacer cosas que gusten y muevan la sangre por las venas. Algo muy importante
es la creación de un "clima erótico" que facilite el despertar del deseo,
para ello puede ser útil el empleo de recursos y juguetes eróticos que
resulten atractivos para ambos y renovar y buscar variaciones de ambiente y
de forma cuando se hace el amor. Algunos alimentos tienen cierta acción
afrodisíaca. También algunos medicamentos con prescripción pueden producir
un aumento de la libido. |
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