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DIFICULTADES EN LAS RELACIONES CON LAS FAMILIAS DE UNO Y OTRO
Un
problema a afrontar cuando uno empieza a convivir con otra persona es la
relación con las familias, la propia y la política. Son muchas las parejas
que han sufrido profundas crisis debido, no ya a diferencias entre ambos,
sino a las intromisiones continuas de algunos miembros de las familias en
asuntos y espacios privados. Una vez que el hijo/hija o hermano/hermana han
establecido un vínculo con una persona, han formado su propia familia, que
ocupa un espacio físico, emocional, psicológico y moral que es preciso
respetar. Conductas como aparecer en su casa sin avisar, comprar cosas que
no necesitan y sin su aprobación pero que se ven obligados a aceptar,
aprovechar cualquier excusa para quedarse a diario a cenar, así como un
largo etcétera, carecen de fundamento moral y denotan una satisfacción de
las propias necesidades, si bien se realizan con apariencia de precisamente
lo contrario.
Es
preciso no permitir que estas conductas se conviertan en hábitos que más
adelante resulten muy difíciles de erradicar. Es aconsejable que cada
miembro se encargue de su propia familia, pero siempre de acuerdo con su
pareja en las decisiones que se vayan a tomar conjuntamente. Suelen ser
circunstancias difíciles, pero suponen un momento clave en la formación de
un vínculo fuerte. |
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