|
CAMBIOS EN LOS DISEÑOS ACTUALES DE PAREJA
Lo
bueno que tienen las relaciones hoy en día es que se pueden diseñar a gusto
de la propia pareja. Por lo tanto, los fundamentos sobre los que se basan
las relaciones pueden ser ilimitados, como ilimitadas son las personas. Una
pareja puede establecerse no solamente por amor, sino por objetivos tan
variados como el tradicional de formar una familia y sacar adelante unos
hijos; o por razones económicas, porque dos sueldos en una casa son mejor
que uno; también porque funciona bien sexualmente; y un largo etcétera,
entre el que incluiríamos a parejas generalmente incomprendidas como la
formada por el hombre mayor con dinero y la joven despampanante. Si los dos
están de acuerdo en lo que quiere cada uno y la asociación les parece
beneficiosa a los dos, esa pareja tiene un gran fundamento: ambos están
jugando con las mismas reglas, y éstas se respetan mutuamente.
***
Vamos a ver las
diferencias esenciales que existen entre el concepto de pareja que había
antes y el concepto de pareja que encontramos hoy en día en el mundo
occidental. Estos cambios se pueden explicar según tres perspectivas:
la de la familia-pareja, el divorcio y la homosexualidad; siendo estas
mismas aspectos fundamentales del cambio.
En primer lugar, refiriéndonos a estas tres perspectivas, el concepto de
pareja se entiende ahora como un "compromiso" o mejor dicho un encuentro,
hecho por parte de dos personas que tienen como base el amor o la atracción.
En otras épocas, había poco diálogo y se escuchaba poco, no se priorizaban
los sentimientos y las necesidades de cada uno, sino que la convivencia
giraba alrededor de la unión familiar y la rutina se soportaba por esta
misma razón. El machismo imperaba, y el feminismo no entraba en discusión
con los "hombres" de la casa.
Ahora
todo ha cambiado, la necesidad de la mujer de tener su propio espacio hace
que los deberes no sean una obligación, aunque aún muchos hombres no
entienden ésto y producen sufrimiento en ellos mismos y en los demás.
Hoy
en día la tipología de pareja ha dado un giro. El concepto de pareja se
divide en varios tipos. Unos de los múltiples tipos de parejas que existen
hoy en día son los matrimonios, amantes, amigovios, swingers, ocasionales,
noviazgos, en convivencia, de padres separados, abiertas a terceros, a
prueba... en fin, encontramos estas formas de relación de pareja y algunas
más. Son numerosas las formas de pareja en la actualidad.
Dentro de los tipos de parejas más convencionales también nos encontramos
con múltiples variantes de acuerdo a la etapa que estas personas están
viviendo. Pueden ser etapas en las que uno o ambos componentes de la pareja
se encuentren en un estado de crisis y en las que ambos deban reacomodarse a
una nueva situación y encontrar un nuevo equilibrio. Depende de la
plasticidad de la pareja y de cada uno de ellos para que estas crisis sean
enriquecedoras y positivas o se instaure a partir de ellas los gérmenes de
futuros padecimientos físicos y/o psíquicos.
He
aquí algunas etapas/situaciones significativas que puede vivenciar una
pareja:
·
Comienzo de la relación y/o del noviazgo
·
Convivencia y/o casamiento
·
Llegada del primer hijo
·
Llegada de otros hijos
·
Separaciones
·
Constitución de hogares ensamblados
·
Comienzo de escolaridad (jardín de infancia o primaria) de hijo/s
·
Pubertad y adolescencia de hijo/s
·
Cuando los hijos se van
·
Muertes de padres y otras personas altamente significativas
·
Mudanzas
·
Cambios en los trabajos de ambos
·
Enfermededades y operaciones quirúrgicas
Se considera que la pareja como célula de la familia sigue teniendo su
entidad específica en cualquiera de las etapas y que es en sí misma una
familia, en tanto decidan compartir la vida y crear en este sentido un hogar
común.
De
todas formas, los individuos se encuentran influenciados por potentísimas
fuerzas sociales complejas y no pueden entenderse fuera del contexto social
en el que viven. Podríamos decir que estas fuerzas pertenecen a una
determinada conciencia colectiva que describe el carácter de una sociedad
particular.
El
concepto de familia siempre ha sido la creación de una entidad social, del
tabú, la primera regla elaborada por los humanos que marca, el paso de la
especie animal a la condición humana.
La
familia ha sido y sigue siendo un tema de gran importancia para explicar el
funcionamiento y la complejidad de la realidad social y de la relación entre
parejas. La familia en su devenir histórico ha pasado por diferentes etapas,
siendo muy importante el impacto que la modernidad hace en ella como
ruptura. Cada vez son más inseguras entre los jóvenes. Cada vez hay más
parejas que prefieren formar una pareja de hecho, que se definen una
"familia" y cada vez más el concepto de matrimonio, como elemento principal
para formar una familia, está perdiendo fuerza, incluso desapareciendo. Las
principales variables socio-demográficas, para llegar a estos resultados han
sido el sexo y la edad. Las opiniones sobre el concepto de familia
contrastan según las generaciones y según el sexo. Las mujeres con una edad
mayor de 30 años están más de acuerdo con el concepto patriarcal de familia
mientras que los hombres de la misma edad piensan lo mismo, respecto al
concepto de familia pero también entre ellos hay muchos que no están a favor
del matrimonio. Mientras que entre los jóvenes la mayoría optan por la idea
de pareja de hecho.
Otra
perspectiva importante se refiere al fenómeno del divorcio, ya que este es
un hecho que se da cada vez más en la sociedad modernas. El debate del
divorcio ha interesado desde siempre ha todas las disciplinas, ya que es un
tema importante y autónomo dentro de la sociología de la familia.
El
divorcio en realidad es la disolución del matrimonio o sociedad conyugal
ante la ley y/o religión. (En la mayoría de los países occidentales, el
matrimonio es una unión entre dos o más personas con un reconocimiento
social, cultural y jurídico.)
El
divorcio está muy reglamentado en muchos países occidentales, considerados
modernos donde las leyes tienden a dar protección a la mujer y a los hijos
nacidos en el vínculo disuelto y a dejar desprotegido al hombre, en
muchísimos casos haciéndole sufrir una situación de verdadera injusticia.
La institución del divorcio es casi tan antigua como la del matrimonio,
aunque en muchas culturas no se admitían por cuestiones religiosas, sociales
o económicas. La mayoría de las civilizaciones que regulaban la institución
del matrimonio nunca la consideraron firme, y su ruptura generalmente era
solicitada por los hombres. Aunque en algunas de ellas, el nacimiento de un
hijo le otorgaba al vínculo el carácter de indisoluble. En muchas sociedades
antiguas esta situación podía ser también motivo de muerte, como en la
antigua Babilonia, donde el divorcio podía ser pedido por cualquiera de los
cónyuges, pero el adulterio de las mujeres era penado con la muerte. Los
celtas practicaban la endogamia (matrimonio de personas de ascendencia común
o naturales de una pequeña localidad o comarca), excepto los nobles que
solían tener más de una esposa. Era habitual la práctica de contraer
matrimonio por un período establecido de tiempo, tras el cual los consortes
eran libres, pero también era habitual el divorcio. En América, los Aztecas
sólo podían tener una esposa y se la denominaba Cihuatlantli, y sólo podían
tener un número determinado de concubinas, sólo la cantidad que pudiera
mantener. En este contexto, no desconocían el divorcio, pero debía lograrse
por sentencia judicial, que los habilitaba para contraer nuevamente
matrimonio. En el caso de los hombres hebreos, en cambio, los varones podían
"rechazar" a sus esposas sin necesidad de argumentar la causa de tal
actitud, bastaba con informar al Sanedrín. También existía el divorcio por
mutuo acuerdo, pero las razones de las mujeres eran sometidas a un análisis
más riguroso que las del hombre.
De la
misma manera, en la antigua Grecia existía el divorcio por mutuo acuerdo y
la repudiación, pero el hombre debía restituir las pertenencias a la familia
de la mujer en caso de separación. En Roma no se contempló el divorcio sino
hasta el siglo II a. C. y tuvo similares características que en Grecia,
aunque las mujeres que eran ricas por herencia de su padre y descontentas
con sus esposos solían abandonarlos y divorciarse de ellos sin mayores
inconvenientes. En los inicios del cristianismo, el divorcio era admitido,
pero con el tiempo la Iglesia lo fue prohibiendo. A partir del siglo X, eran
los tribunales eclesiásticos quienes formalizaban los divorcios, no sin
grandes disputas de distintos sectores de la Iglesia cristiana. A partir del
Concilio de Trento, en 1563, se impuso la teoría del carácter indisoluble
del vínculo, aunque se admitió la separación de cuerpos. Sin embargo, la
Reforma de Lutero, admitió el divorcio aunque únicamente en casos muy
graves. Esta reforma, incluso provocó que Inglaterra abrazara la misma
doctrina, debido a que su rey, Enrique VIII, deseaba divorciarse de su
esposa, Catalina, y la Iglesia de Roma no se lo permitía.
En España el Fuero Juzgo, lo admitía en casos de sodomía del marido,
inducción a la prostitución de la mujer y adulterio de esta. Posteriormente
Las Siete Partidas lo prohibieron. Italia en 1970 y España en 1981 fueron
algunos de los últimos países europeos en aprobarlo definitivamente. En
1796, Francia incorporó la ruptura del vínculo matrimonial en la ley
promulgada el 20 de noviembre, que sirvió de antecedente a muchas de las
legislaciones vigentes.
Actualmente España es el país con más números de divorcios de los países de
la Unión Europea. Gracias a los estudios realizados por la Universidad
Complutense de Madrid de Ciencias Políticas y Sociología y el INE, que ha
tenido en cuenta la valoración social sobre la ley del divorcio en España,
englobada en una investigación general sobre la pareja humana, y gracias al
Instituto de Política Familiar (IPF) se hicieron informes en cuales se
afirma que "en España hay un divorcio cada 3,7 minutos".
Por ultimo, otra perspectiva que aporta datos a la reflexión es ver cómo han
cambiado las parejas en las últimas décadas es el tema de la homosexualidad.
La homosexualidad en su conjunto es una orientación sexual y se define como
la interacción o atracción sexual, emocional, sentimental y afectiva hacia
individuos del mismo sexo. Etimológicamente, la palabra homosexual es un
híbrido del griego homos (que en realidad significa igual y no, como podría
creerse, derivado del sustantivo latino homo, que quiere decir hombre) y del
adjetivo latino sexualis, lo que sugiere una relación sexual y sentimental
entre personas del mismo sexo, tanto para hombres como para mujeres. Desde
1973 la comunidad científica internacional considera que la homosexualidad
no es una enfermedad. Sin embargo, la situación legal y social de las
personas que se autodenomina homosexual varía mucho de un país a otro y
frecuentemente es objeto de polémicas.
El término homosexual fue empleado por primera vez en 1869 por Karl-Maria
Kertbeny y el libro Psychopathia Sexualis de Richard Freiherr von
Krafft-Ebing popularizó el concepto en 1886. Desde entonces, la
homosexualidad se ha convertido en objeto de intenso estudio y debate:
inicialmente se catalogó como una enfermedad, trastorno o patología que
había que curar, pero actualmente se entiende como parte integral necesaria
para comprender la biología, psicología, política, genética, historia y
variaciones culturales de las identidades y prácticas sexuales de los seres
humanos.
La
homosexualidad durante la historia ha estado presente en las sociedades
desde tiempos muy antiguos, y se han encontrado casos de homosexualidad
bastante bien documentados desde la más temprana antigüedad.
El
lugar del homosexual en la sociedad y la percepción de la homosexualidad
cambian muchísimo en las diferentes sociedades y épocas. En la Grecia
antigua, por ejemplo, se consideraba normal que un muchacho (entre la
pubertad y el crecimiento de la barba) fuera el amante de un hombre mayor,
el cual se ocupaba de la educación política, social, científica y moral del
amado. Pero se consideraba más extraño que dos hombres adultos mantuviesen
una relación amorosa (aunque se ve que era normal en la relación entre
Aquiles y Patroclo, o en las parejas de soldados tebanos y hasta en la
relación entre Alejandro Magno y Hefestión).
Con
respeto a la homosexualidad, hay personas que están a favor y personas que
están en contra. Las personas que están a favor son las personas que
principalmente, tienen una postura progresista y a favor de la reforma y que
argumentan que regularizando el matrimonio homosexual se otorgan nuevos
derechos a un grupo de ciudadanos (los homosexuales y bisexuales) que hasta
este momento no han incumplido de esta manera en algunos casos la
Constitución o la legislación vigente (al condenar la desigualdad y la
discriminación, mientras que algunos de los ciudadanos no se pueden casar
con la persona que quieren, mientras otra parte sí lo pueden hacer). Con
esta extensión de derechos, argumentan, no se ven afectadas las libertades
de otros ciudadanos.
Las personas que están en contra suelen afirmar que existe única y
exclusivamente un tipo de familia y no varios tipos de ella, y su definición
de familia dice que se trata de una unidad destinada a la procreación y,
dado que una pareja de hombres, lo mismo que una pareja de mujeres, no
pueden procrear a través de los medios "naturales" (los tradicionales), por
consiguiente la familia queda restringida a la unión de un hombre con una
mujer. Otro argumento puesto en el estudio durante estos debates es la raíz
etimológica de la palabra matrimonio, que proviene del latín, matri-monium,
y significa "unión de hombre y mujer concertada mediante determinados ritos
o formalidades legales". Este segundo argumento está especialmente orientado
en no aceptar que estas uniones sean llamadas matrimonio sino más bien de
otra manera, manteniendo sin embargo la mayor parte de los derechos que eso
implica.
Como vemos, otro factor de cambio en las parejas actuales es la
homosexualidad. Podemos ver también como el concepto de pareja ha cambiado
durante siglos, siendo cada vez esta perspectiva, felizmente, más liberal y
respectándose los derechos de cada persona. |
|