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LA SEXUALIDAD FEMENINA
"La
estimulación clitoridiana es más intensa y produce una reacción más
violenta... La estimulación vaginal es mucho más relajante y mucho menos
intensa. Me gusta. Me encanta la estimulación clitoridiana... la
estimulación vaginal es tranquilizadora y produce una oscilación rítmica y
la rotación de la pelvis... Nunca es tan intensa como la estimulación
clitoridiana, aunque, a su modo, es extremadamente buena. La mejor analogía
que se me ocurre es la diferencia entre alguien que toca con suavidad tu
espalda desnuda, el brazo o la cara y te acaricia y el hacerte cosquillas de
forma violenta y agotadora. El primer caso recuerda la estimulación vaginal,
el segundo la clitoridiana. La estimulación vaginal me calma y produce un
murmullo involuntario de satisfacción en lo más profundo de mi garganta. La
estimulación vaginal del coito produce una proximidad, una coordinación, una
sensación de unidad que no consigue ninguna otra actividad sexual".
Respuesta de una mujer
No es coincidencia que el movimiento de la mujer y la revolución sexual
crecieran juntos. Desde el punto de vista histórico, para la mujer, el sexo
ha significado siempre embarazo, lo que, a su vez, se traduce en bebés y, en
consecuencia, una vida dedicada a la maternidad. Por primera vez en la
historia de nuestra especie, a causa del desarrollo de métodos
contraconceptivos eficaces, ahora estamos en condiciones de separar el sexo
de la reproducción, tanto en teoría como en la práctica.
En los años setenta, gracias a los avances en la contraconcepción, las
mujeres pudieron autoconsiderarse con libertad para mostrarse atractivas,
desde el punto de vista sexual, sin necesidad de comprometerse durante
veinte años a ser madres. Las epidemias de SIDA y de herpes de los años
ochenta han complicado el cuadro de la libertad sexual. No obstante, la
sexualidad femenina ha salido a la luz y es difícil que vuelva a quedar
oculta.
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