Carta número XXI.
La carta nos habla de una mujer, se encuentra dentro de un círculo sin
principio ni final. A su alrededor nos encontramos con los símbolos de los
cuatro evangelistas. Parece transmitirnos serenidad, calma y felicidad. La
palabra clave es final y principio.
El mundo es el fin y
el principio de todo. Pero atención, puesto que has finalizado una etapa al
mismo tiempo comienzas otras, con nuevos descubrimientos y nuevas
finalidades. Otra vez vas a enfrentarte con el loco que ya está preparado
para partir hacia lo nuevo. Por ello disfruta la felicidad de haber
culminado esta etapa y prepárate para la nueva que ha de llegar sin
tristeza.
Recuerda una vez más que te encontrarás con
nuevas alegrías, pero también con nuevas tristezas que has de ver con un
sentido para tu vida. Recuerda que no se trata de sufrir por sufrir,
recuerda que el sufrimiento es opcional y negativo, el dolor en cambio es
inevitable en muchas ocasiones de nuestra vida y de él siempre obtendrás una
enseñanza para evolucionar hacia nuestro ser, nuestro YO SOY. No hay
castigos sino consecuencias a nuestros actos que nos indican qué es lo que
hacemos mal y lo que hacemos bien.
La
vida está llena de señales indicándonos cuál es el camino, sólo debes
aprender a reconocerlas y para ello necesitas dejar a un lado tu ego. tu
subjetividad, ... Mira a las personas como a ti mismo, ellos también están
en el camino hacia la progresión, con sus verdades y sus mentiras, no te
proyectes en ellos y obsérvalos atentamente haber si hay algo que puedes
aprender de ellos. Y recuerda que la fe mueve montañas, si además aplicas
voluntad y constancia, moverás cordilleras enteras.
Os deseamos suerte en el camino.
"La comprensión le transforma -interior y exteriormente- en la clase de
persona que desea ser".
Vernon Howard.