EL SUEÑO
Nuestro
romance con el sueño hace que pasemos aproximadamente una tercera parte de
nuestra vida durmiendo. Ha habido diversas teorías para explicar que
ocurre en ese periodo de reposo. Desde la más antigua y más simple, que
viene a decir que algo se desconecta en nuestro cerebro para que nuestra
actividad fisiológica y psicológica cese y descanse. Pasando por la
esotérica, que promueve que lo soñado es otra forma de vida, espiritual.
La teoría psicológica pasa por decirnos que son las frustraciones diarias
las que se representan en los sueños y este actúa como una válvula de
escape. Últimamente se está extendiendo la teoría que dice que el sueño es
un proceso activo, mediante el cual se estimulan varios centros cerebrales
con el fin de que se produzcan cambios bioquímicos y hormonales necesarios
para la salud.
De todo esto,
lo único que podemos considerar cierto es, que para que nos durmamos tienen
que ocurrir dos cosas: tiene que haber una reducción de la actividad en
aquellas partes del cerebro que nos mantienen alertas durante el día y, al
mismo tiempo, ciertas partes del cerebro que se conocen como centros del
sueño deben ser activadas.
Pero el sueño es
mucho más.
Chuang Tze, filósofo
chino, soñó una vez que era una mariposa. Al despertarse, se preguntó: ¿Soy
ahora un hombre que sueña que es una mariposa o acaso una mariposa que
piensa "soy Chuang"?
Cuando sueñas,
contemplas los acontecimientos de cincuenta años en tan solo una hora.
Realmente sientes que han pasado cincuenta años. ¿Qué es entonces lo
correcto: el tiempo de una hora transcurrido en la conciencia de vigilia, o
los cincuenta años transcurridos en la conciencia del sueño? Ambos son
correctos.
Un cambio en la
consciencia
La consciencia
cambia. Este cambio en la consciencia produce la experiencia de la vigilia o
la del sueño. Los objetos en sí no cambian. El cambio se produce únicamente
en la mente.
Igual que un pez nada
alternadamente hacia ambas orillas del río, a la derecha y a la izquierda, o
hacia la oriental y la occidental, así se desliza nuestra parte de divinidad
entre ambas fronteras, la del sueño y la del estado de vigilia.
La vigilia, el
ensueño y el sueño profundo
Al ensueño se le
llama el estado intermedio, debido a que está a medio camino entre el estado
de vigilia, y el estado de sueño profundo. El mundo del sueño está separado
del de la vigilia. Y el sueño profundo está separado de ambos mundos del
ensueño y la vigilia.
El sol es la fuente y
el lugar de descanso temporal de sus rayos. Éstos surgen del Sol y se
esparcen en todas las direcciones durante el amanecer. Pero regresan a él al
anochecer, fundiéndose en el mismo para irradiarse de nuevo al siguiente
amanecer. Del mismo modo, los estados de vigilia y ensueño surgen del estado
de sueño profundo, y regresan a él, desvaneciéndose, para resurgir de nuevo.
Tan pronto como te
despiertas, el sueño se vuelve irreal. Pero el estado de vigilia no existe a
su vez en el sueño. Ambos estados de ensueño y de vigilia dejan de existir
durante el sueño profundo. Éste, a su vez, no está presente en los estados
de ensueño y vigilia. Por tanto, los tres estados son irreales. Los producen
las tres cualidades de pureza; actividad e inercia. La Realidad Absoluta, es
el testigo silencioso de los tres estados. Es la dicha y la consciencia
pura. Es la Existencia Absoluta.
La mente en el
sueño
La mente está siempre
girando como una rueda. Juega con los cinco sentidos de la percepción y
obtiene experiencias en el estado de vigilia, recibiendo distintas
impresiones sensoriales a través de las avenidas de los sentidos. Estas
impresiones se alojan en el cuerpo casual. La ignorancia, o el cuerpo
casual, es como el pliegue de tela negra donde se conservan impresos en la
mente subconsciente todas tus vidas previas.
Durante el sueño, la
mente crea diversos tipos de objetos a partir de las impresiones producidas
por la experiencia del estado de vigilia. A veces, las experiencias de
nacimientos previos, que se alojan en el cuerpo casual, relampaguean por un
instante durante el estado de ensueño.
La mente es la que
percibe y la misma mente es percibida durante el sueño. Los objetos del
sueño no existen con independencia de la mente. En tanto que dure el sueño,
permanecerán las criaturas que en él se perciben, igual que el lechero está
presente durante el acto de ordeñar. Sin embargo, en el estado de vigilia,
el objeto existe con independencia de la mente. Los objetos de las
experiencias de vigilia son comunes a todos nosotros, mientras que los de
los sueños son propiedad del que sueña.
La mente crea la
abeja, la flor, la montaña, los caballos, los ríos, etcétera, en el sueño
sin ayuda de ningún medio externo. Puedes ser testigo durante el sueño de
que tu padre vivo está muerto o de que vuelas por el aire. Puedes ver
durante el sueño a un león con cabeza de elefante o a una vaca con cabeza de
perro. Los deseos que no han sido satisfechos durante el estado de vigilia
se ven gratificados en el sueño. El sueño es un fenómeno misterioso. Es más
interesante que el estado de vigilia.
Los deseos gobiernan
todas las experiencias tanto en el estado de vigilia como de ensueño. En el
estado de vigilia, los sentidos son movidos por los deseos; en el estado de
ensueño, la mente experimenta por sí sola.
Quien sueña, crea su
propio mundo en el estado de ensueño. Sólo la mente funciona
independientemente en este estado. Los sentidos se han absorbido en la mente
y descansa. La mente es, entonces, como un elefante furioso liberado.
De igual modo que un
hombre se abstrae del mundo exterior cerrando la puerta y ventanas de su
habitación para trabajar dentro de ésta, así también la mente se abstrae del
mundo exterior para jugar en el mundo del sueño con los deseos e
impresiones, y disfruta de los objetos formados por ideas o sutiles, que son
producto del deseo. El sueño es tan sólo un mero juego mental.
De igual modo que los
cuadros se pintan sobre la tela, así también las impresiones recogidas
durante el estado de vigilia se impresionan en la tela de la mente. Las
imágenes pintadas en el cuadro parecen tener varias dimensiones, a pesar de
hallarse pintadas sobre la superficie plana. Del mismo modo, aunque las
experiencias del sueño no son, en realidad, más que estados de la mente, uno
experimenta lo externo y lo interno en el mundo del sueño. Al soñar, siente
que el mundo del sueño es real.
Quien sueña, PARECE
hacer cosas en el sueño; pero, en realidad, no hay ninguna actividad.
Despertarse y
realizarse
Aprende a ser testigo de tus propios pensamientos durante el estado de
vigilia. Puedes ser consciente en el estado de ensueño de que estás soñando.
Puedes alterar, interrumpir o crear independientemente tus propios
pensamientos en el estado de ensueño. Llegarás a ser capaz de mantenerte
despierto durante el estado de ensueño. Si controlas los pensamientos del
estado de vigilia, también podrás controlar los pensamientos de los sueños.
No permitas a tu
mente seguir los derroteros sensoriales. Fortifícate desarrollando el
intelecto por medio de la búsqueda de lo Absoluto, la reflexión y la
atención. El intelecto te servirá de fortaleza, no dejando que las
impresiones sensoriales se alojen en el cuerpo casual. Tampoco permitirá que
surjan las impresiones alojadas en el cuerpo casual, sirviendo así con un
doble propósito. Sólo el Alma Universal existe realmente. El individuo, y el
mundo son falsos. Aniquila este egoísmo ilusorio. El mundo es irreal en
comparación con lo Absoluto. Únicamente parece una sólida realidad para el
hombre mundano y pasional, al igual que parecen los sueños los sueños reales
a la persona de mente infantil. Cuando te quites la venda de los ojos,
comprobarás que el mundo no existe.
Cuando sueñas que eres rey, disfrutas de los diversos placeres reales.
Pero tan pronto como te despiertas, todo se desvanece. Sin embargo, no
lamentas esta pérdida porque sabes que las criaturas del sueño son falsas.
Cuando llegas a intuir lo Absoluto, también la conciencia de vigilia se
volverá tan falsa como el sueño. Una vez que estás establecido firmemente en
la idea de que el mundo es una falsa ilusión no percibirás ningún
sufrimiento y el deseo desaparecerá, aunque sea en la conciencia de vigilia.
¡Despiértate!
Para qué sirve soñar
Doce teorías para una función
Esta función de la naturaleza humana, tan importante que ocupa un tercio de
nuestras vidas, puede servir a distintos objetivos de forma simultánea, tal
y como apuntan diferentes teorías:
Antropológica: Los sueños son el paseo nocturno del alma.
Religiosa: Se trata de mensajes divinos.
Biológica: Permiten al cerebro de los mamíferos permanecer alerta,
vigorizado y caliente.
Biofisiológica: Consolidan el aprendizaje y los procesos de la memoria.
Nietzsche: Dijo que son un entrenamiento para la vida.
Freud: Los consideraba la expresión disfrazada de deseos reprimidos que de
esta forma pueden aparecer sin molestarnos.
Jung: Señaló que son símbolos compensatorios que nos llevan hacia la
totalidad de nosotros mismos.
Harry Hunt: Para ayudar a la reorganización de la inteligencia simbólica.
Ernest Hartmann: Permiten integrar y comprender emociones y regulan
químicamente las regiones cerebrales encargadas de la voluntad y del sentido
de identidad.
Harry Fiss: En su opinión mantienen el sentimiento del yo durante toda la
noche.
Miguel Jouvet: Nos ayudan a consolidar en la memoria caracteres genéticos
heredados.
Fred Zinder: Piensa que compensan al hemisferio derecho por el papel
subordinado que ostenta durante el día.
Allan Hobson: Cree que el estado bioquímico del cerebro durante el sueño le
ayuda a olvidar lo que es necesario.
La verificación de estas y otras hipótesis similares sólo podrá darse cuando
se conozcan mejor la base fisiológica del sueño REM y la forma en que
funciona la memoria.
Por el momento, sólo puede decirse que la privación del sueño es una de las
torturas más eficaces, y que sólo sueñan los humanos y los animales de
sangre caliente.
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