|
Presentación
¿Nos encontraremos algún día cara a cara con el hombre de la Sábana Santa
al que universalmente se le conoce por Jesús de Nazaret? Hoy por hoy, a lo
máximo que podemos aspirar es a observar su cuerpo, de un metro ochenta y
uno de altura y ochenta kilos de peso, impreso en un largo lienzo de
cuatro metros y treinta y siete centímetros de largo y un metro diez de
ancho, custodiado en Turín desde 1578.
Para algunos medios de "información" parece que todo lo que se sabe de la
Síndone empieza y acaba en la rueda de prensa del 13 de Octubre de 1988,
en la que el Cardenal Ballestero hizo público el resultado de la datación
por el método del Carbono 14.
Los titulares de algunas publicaciones de aquellos días (y la propia TVE)
llegaron a decir que la Santa Sede reconocía oficialmente que la Síndone
era una falsificación medieval. Bastaría repasar la declaración oficial
efectuada por el, entonces, Obispo de Turín para ver que tal cosa no puede
deducirse de sus palabras. Es más, posteriormente (el 28 de Abril de 1989)
S. S. Juan Pablo II en una rueda de prensa improvisada a bordo del avión
en su viaje a Madagascar rechazó que la Síndone pueda considerarse como un
simple icono: "La Iglesia nunca se ha pronunciado en este sentido. Siempre
ha dejado la cuestión abierta a todos aquellos que quieran demostrar su
autenticidad. Yo creo que es una reliquia."
No
hay, por tanto, cambio alguno respecto a la posición tradicional de la
Iglesia. Nunca se ha pedido a los católicos que piensen de una determinada
manera en este tema, que no es dogma de fe. Sin embargo, para opinar es
necesario conocer lo que la ciencia ha venido diciendo en los últimos
tiempos sobre la Síndone de Turín, todo ello sigue siendo cierto, y
afirmar que se trata de una falsificación exigirá una explicación mucho
más racional que afirmar que se trata del lienzo sepulcral de Cristo.
|
|