El río de la vida.
Todo lo que nos
sucede, entendido adecuadamente nos conduce de regreso a nosotros
mismos.
Jung.
La
energía es necesaria para la vida: amar, pensar, moverte, todo ello es
posible gracias a la energía que te sustenta.
Conocer como interactuamos con esta energía es necesario para gozar la salud
física, mental y emocional.
La
energía de la que hablamos es la que los Maestros de todos los tiempos han
llamado prana, chi, Kundalini, Shakti o, más familiarmente, Espíritu Santo.
Es la que da Vida a toda la creación. Viene del Padre, de forma gratuita,
generosa y abundante; está ahí y sólo debes aprender a vivirla.
Ciencias milenarias, los homeópatas y los acupuntores, utilizan este
conocimiento para la sanación de las personas. Consideran a la
enfermedad como la consecuencia de que esta energía sea baja y esté
desequilibrada o bloqueada de algún modo. Que los seres humanos son campos
de energía ha sido revelado en la fotografía kirlian y también por personas
que tienen la facultad de poder ver estos campos energéticos.
Permitir el flujo de energía.
Este
río de vida, de vitalidad, procede del universo, de Dios o como te plazca
llamarlo y penetra en tu ser. En él circula a través de tus canales
energéticos dándote vida.
Debido a los pensamientos y sentimientos negativos, por la inconsciencia y
el desamor, obstaculizas el paso de la energía.
Puedes comprobar que no fluye la suficiente energía por tu ser cuando tu
mente se vuelve confusa, tu sentimiento es de tristeza y depresión y te
abandonan las fuerzas físicas. Pierdes en este estado la gracia de poder
vivir el Espíritu de Dios, el amor, la consciencia y la plenitud física.
Debes
permitir el flujo de tu energía todo lo que puedas. Trabajando correctamente
tu felicidad será inimaginable, probarás las primicias del cielo viviendo en
un suave orgasmo y una emoción de amor permanente; harás más felices a las
personas que te rodean. En este estado inducirás revelaciones y situaciones
que son escalones que te llevan a estados vibratorios superiores y la
evolución de tu ser hará de forma mucho más acelerada.
La fuente de la
consciencia.
Energía es igual a consciencia. Este estado de consciencia que se alcanza
mediante la energía, el amor, la alegría y la paz pueden ser tu hogar: tu
santa morada. Son los los frutos de tu apertura a la Vida superior del
Padre, Madre, universo o como quieras llamarlo, son los frutos de tu
apertura al flujo de energía.
El
almacenamiento de la energía.
Esta
energía, además de circular por tu ser se almacena en el cuerpo sutil a la
altura de la espalda y de los riñones. Sucede que al circular libremente la
energía, este "embalse" se llena y sirve de soporte a eventuales descargas
de energía. Esta acumulación de energía no tiene nada que ver con la
obstrucción al paso de energía y el consiguiente hacinamiento que produce la
mente y los estados negativos. En estos casos de obstrucción se hace
necesario permitir la circulación de la Vida.
La
mente y los sentimientos y el cuerpo físico.
La
mente, los sentimientos, y el cuerpo físico, sobre todo si abusas del
trabajo intelectual, sufres sentimientos violentos o tienes el cuerpo en
tensión, son un "vaso" que retiene y limita el paso de las aguas de la vida.
Sólo
rompiendo el vaso de la mente, de los sentimientos y del cuerpo obtendrás la
adecuada circulación de vida por tu ser. Rompes este vaso cuando meditas,
permaneces en silencio o te relajas.
Pero
esto requiere tiempo, paciencia, sacrificio y ganas y, si un día permites
que se llene un poco ese vaso, intenta al día siguiente vaciarlo el
doble.
La proyección de
energía.
Proyectar, llenar de amor, calor y energía lo cura todo. El efecto de la
proyección sobre la persona es inmenso.
Elevar la energía de otra persona a un plano superior, por la apreciación de
su belleza, hasta que los rasgos empiecen a destacar y a tener más
presencia.
No
"amar o "forzar el amor", deja que fluya de esta manera y por la consciencia
desde la zona cordial.
A los
niños se debe proyectar incondicionalmente y en todo momento
amor/energía/calor. (Para que no comiencen a crear en su infancia farsas de
control).
Acciones que permiten o impiden el paso de energía.
Puedes realizar acciones que vayan a favor o en contra de la libre
circulación de la energía y lo normal es que no sientas al momento los
resultados de tu acción, sino que lo padezcas o goces en un breve espacio de
tiempo. Por esto no relacionas normalmente los actos que realizas con la
energía.
Acciones que permiten el
paso del río de la Vida:
Los
pensamientos positivos. El cultivo de las actitudes mentales positivas. Las
lecturas motivantes.
Los
sentimientos positivos. La estabilidad emocional. El ejercitamiento del amor
consciente.
Los
méritos del corazón. Las "buenas acciones".
El
estado de consciencia.
La
alquimia.
El
silencio interior.
La
respiración correcta (yóguica).
El
Hatha-yoga, el Tai-Chi y, en general el ejercicio físico adecuado.
La
relajación profunda.
La
meditación.
La
resolución de conflictos internos.
Una
alimentación sana.
Una
forma de vida sana y armónica.
La
ausencia de excesivas tensiones.
El
sueño profundo.
El
contacto con la naturaleza. También el visitar lugares cargados de energía
como pueden ser Poblet y Montserrat en España o Machu-Pichu en Perú.
La
creatividad.
La
relación con personas gratas y con inquietudes de evolución.
Acciones que
obstaculizan el paso del río de la Vida:
Fundamentalmente lo que obstaculiza el paso de la energía es actuar
contrario a lo expuesto en el listado anterior. Podemos resumirlo en:
Permitir al ego que con el deseo/aversión se pierda la consciencia
(fragmentarse).
La
eyaculación (en el caso de los hombres).
El
parloteo mental.
La
respiración incorrecta.
El
sedentarismo y no practicar el ejercitamiento físico.
El
egoísmo, el desamor (estados negativos de pensamiento y de sentimiento).
La
Órbita Macrocósmica. Es el circuito de energía compuesto por los 8 canales.
Los más importantes, dos de ellos componen la órbita microcósmica. Los
adeptos avanzados son capaces de enviar conscientemente su energía a
recorrer los 8 canales, práctica que revitaliza por completo todo el
organismo.
La
Órbita Microcósmica.
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