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"Sensación de paz".
Acudiendo a un congreso vegetariano por primera vez.
Esta
vez quería tomar parte: ¡sentir cómo se pasa una semana entre vegetarianos!
Por mucho tiempo he estado sintiéndome mal cuando era invitada a
celebraciones o simplemente asistiendo a una cena rodeada exclusivamente de
comedores de carne.
En
los platos no vi ni una grasienta salchicha, ni la grasa ni la piel de un
pollo asado, ni el jugo de un filete, ni pasteles rellenos de ternera
asada o el tierno salmón con toda su existencia de tortura por privacidad
de movimiento y luz solar, y todo por un sólo momento de delicadeza en el
paladar. He visto terneros recién nacidos sin sus madres encerrados en
jaulas, cochinillos metidos en pequeñas cajas, pollos amontonados en
jaulas ínfimas, pavos tan cerca los unos de los otros que apenas podían
moverse o peces en granjas piscícolas, atiborrados de medicinas,
antibióticos, tranquilizantes, ¡todo porque lo más importante es qué
sabrosos estarán todos ellos! Por eso nunca disfrutaba de una celebración
o comidas con personas comedoras de carne y me era además muy difícil
hablar con ellas tranquilamente. La paz me era quebrantada. Todo fue
completamente diferente en el Congreso Vegetariano Europeo. Desde la
primera comida sentí PAZ dentro de mí. A pesar de la cantidad de extraños
y diversas nacionalidades que había en la mesa, sentí familiaridad, sentí
armonía. Ningún animal había sufrido. Con una buena conciencia pensé sobre
todas las criaturas vivientes y sobre la gente que pasa hambre en la
Tierra. ¿Por qué hay gente tan indiferente al sufrimiento? Además de
numerosas lecturas sobre vegetarianismo, me dio gran placer el poder
preguntar a muchos vegetarianos cuánto tiempo llevan siéndolo. ¿Cuándo
tiene uno la oportunidad de encontrar tantos vegetarianos juntos? Me
impresionó especialmente una anciana alemana. Parecía tener solo 70 años
pero tenía 85. Llevaba los últimos 60 años como vegetariana y muchos de
ellos como vegana. Mi compañera de habitación, una irlandesa, había sido
vegetariana durante 40 años y vegana durante 10. Otra compañera de
habitación de Suiza había sobrevivido a severas enfermedades durante tres
décadas comiendo solo frutas y hortalizas. Por supuesto había vegetarianos
de nacimiento y con muchas generaciones detrás de ellos siéndolo también.
Total: el congreso vegetariano fue un gran éxito y el largo viaje desde el
norte de Alemania había merecido la pena. El hecho de que no me sentí bien
durante dos horas y tuve que vomitar, porque había comido demasiado como
siempre del sabroso buffet, no disminuyó la experiencia tan positiva que
tuve. Merecidamente, el congreso fue una experiencia inolvidable para mí
por haber hecho sentirme con tanta paz.
Gisela Tigges
Rettiner Weg 25
23730 Neustadt
Holstein
Alemania
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