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Lo exterior y lo interior.
Pero lo exterior y lo interior es exactamente lo
mismo. No hay ningún punto donde acabe lo interior y empiece lo exterior.
Todo forma un campo continuo. Nuestro cuerpo y el mundo material que nos
rodea son sólo aspectos de lo mismo, y no sólo eso, sino que hay un fluir
constante del mundo material a nuestro cuerpo, y de nuestro cuerpo al mundo
material.
En nuestra zona afectiva y en
nuestra zona mental ocurre exactamente igual. Lo que llamamos clima
afectivo, de las personas, de las ciudades, de los países, es también una
zona que está en constante comunicación con nuestro mundo interior. No hay
nada que delimite “mi” afectividad de la
afectividad; es como un mar, un océano, del cual uno es consciente de una
pequeña zona. A esta pequeña zona la llamamos “mi” afectividad, mi mundo
afectivo, y al resto lo llamo lo otro, lo extraño, lo de los demás.
En nuestra mente ocurre
exactamente igual. Sólo hay un campo mental. Pero de este campo mental los
seres humanos solamente somos conscientes de una pequeña zona, a la cual
llamamos “mi” mente, mis ideas, mi pensamiento. Sin embargo, no hay
estrictamente nada que separe mis ideas de las ideas de los demás; todo
forma un campo continuo.
Por lo tanto, toda separación
que hagamos entre actividad exterior y actividad interior es artificial.
Todo es exterior y todo es interior; depende de dónde nos situemos. Todo es
exterior, ¿a qué?, al sujeto que lo vive. Todo objeto es exterior al
sujeto. En ese sentido, el verdadero sujeto, el que está detrás de todo, no
es ninguna de las cosas que existen. Todo es objeto. El sujeto es no-cosa,
el sujeto es algo que está más allá de la categoría de las cosas, más allá
de la categoría de lo existente.
Por otro lado, si yo me
considero a mí mismo como constituido por los contenidos de mi conciencia,
descubro que de hecho todos los contenidos de mi conciencia soy yo mismo,
soy yo en el aspecto existencial, en el aspecto manifestado. Y entonces lo
mismo soy yo eso que llamo fulano de tal que eso que llamo silla, montaña,
etc., porque todo son contenidos de mi conciencia .
Mi conciencia se extiende, se
extiende más y más, y toda distinción que haga de lo que llamo yo y lo que
llamo lo otro es una distinción mental, artificial, teórica, porque mi
conciencia abarca eso que llamo yo y eso que llamo lo otro. Mi conciencia es
todo; y mi cuerpo es algo que existe dentro de esa conciencia. No mi
conciencia dentro de mi cuerpo, que es el concepto que solemos tener, pues
todos partimos de la ingenua idea de que yo soy mi cuerpo, y estamos
utilizando constantemente este punto de referencia para ubicar, para situar
los fenómenos, las realidades y, claro está, también los valores.
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