CÓMO
SABER SABER SI NUESTRA ORACIÓN ES CORRECTA
Podremos comprobar que a veces, cuando en estado de oración ponemos en
nuestra mente la petición, la presencia de Dios desaparece. Es como si se
alejara, como si funcionara otro sector distinto de la consciencia,
incompatible con el primero. Podemos repetirlo varias veces, pero esto
significa que lo que estamos pidiendo no está en línea con lo que Dios
quiere.
En
cambio, en otras peticiones, veremos que ocurre como si la petición se
disolviera y quedara únicamente su Presencia y sentimos como una gran
libertad o expansión, como si hubiera crecido nuestra consciencia. En ese
instante está realizada la respuesta.
Y es
fundamental también que demos gracias, abriendo nuestras fibras afectivas
más profundas y ensanchando nuestra consciencia de presencia de Dios. El dar
las gracias desde nuestro interior permite que Dios se manifieste en ese
interior. Dar gracias es un medio de enriquecimiento, de ensanchamiento de
la consciencia.
Muchas veces las cosas no aparecen instantáneamente, sino que necesitan un
cierto plazo, o bien se presentan de un modo distinto al esperado. Debemos
darnos cuenta que no podemos exigir que las cosas se hagan de un modo y no
otro. El modo hemos de dejarlo a una Mente que es mucho más inteligente que
nosotros y tiene una perspectiva mucho más amplia. Dice el Antiguo
Testamento "Mis caminos no son vuestros caminos".
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