La
autoliberación.
· Importante es la consciencia. Más importantes es la consciencia de la
consciencia.
· Tener, en
cada instante, consciencia de la consciencia, es estar despierto.
· Si sufres,
estás dormido. Despierta, está en la realidad. La verdad es la realidad.
Sólo la verdad te hará libre.
· El
sufrimiento no lo produce la realidad, sino la mente: el deseo, la
exigencia, tus programas, tus prejuicios, tus miedos, etc.
· Si tienes
problemas es que estás dormido. Tú pones los problemas. La realidad sólo nos
pone pruebas para poder ir progresando.
· ¿Qué ocurre
cuando estás despierto? No cambia nada, todo ocurre igual, pero eres tú el
que ha cambiado para entrar en la realidad. Entonces lo ves todo claro.
· Preguntaron
a un discípulo: ¿Qué te ha proporcionado la autoliberación? Y contestó:
"primero tenía depresión, y ahora sigo con la misma depresión, pero la
diferencia está en que ahora no me molesta la depresión".
· Estar
despierto es aceptarlo todo, no como ley, ni con esfuerzo, ni forzado, sino
por comprensión, por autoliberación.
· El dolor
existe. Es normal que exista. El sufrimiento surge cuando te resistes al
dolor. Si aceptas el dolor no existe el sufrimiento.
· ¿Eres capaz
de reconocer que el sufrimiento que te aflige lo produces tú y no los demás?
Si eres capaz de darte cuenta de esto es que estás empezando a despertarte.
· Cuando te
hartes de sufrir, ese será un buen momento para despertar.
· Tú sólo eres
tú, cuando comprendes. No eres tú cuando juzgas.
· Comprender
exige un esfuerzo del YO. Juzgar es muy sencillo y lo haces en función de
tus programas, de tus prejuicios, de tus conveniencias.
· La raíz del
sufrimiento está en el deseo no controlado, en la exigencia no controlada,
en el apego. Por ejemplo: de no haber deseado tanto que tu amigo te acoja,
te contemple, te tenga en cuenta, de no haberlo deseado tanto no te
importaría su indiferencia o su rechazo.
· Donde no hay
deseo-apego no hay miedo. El miedo es la cara opuesta de la misma moneda del
deseo, inseparable de él.
· Sin los
cristales de los deseos te veo como eres, y no cómo desearía que fueses, así
te quiero ya sin miedos, a que te escapes, a que me faltes, a que no me
quieras.
· Los lazos
que se basan en los deseos son muy frágiles. No hay pareja ni amistad tan
segura como la que se mantiene libre. El apego mutuo, el control, las
promesas, los deseos, te conducen inexorablemente al conflicto, al
sufrimiento, y a largo plazo a la ruptura.
· La felicidad
y la alegría no pueden venirme de fuera, porque están dentro de mí. Tú ya
eres felicidad y amor. Sólo que estás dormido y no te das cuenta.
· Depender de
otra persona para tu felicidad es nefasto para ti puesto que estás afirmando
algo contrario a la vida y a la realidad.
· Dentro de mí
suena una melodía cuando llega mi amigo. Y es mi melodía la que me hace
feliz. Cuando mi amigo se va quedo lleno con la música, y no se agotan las
melodías, pues con cada persona suena otra melodía que también me hace
feliz.
· Tu felicidad
no ha de depender de situaciones, personas o cosas.
· Has de mirar
las situaciones, las personas o las cosas con sosiego, sin enfados ni
ansiedad. Mirarlas y aceptarlas tal y como son, sin querer cambiarlas.
· Para ser
feliz no has de hacer nada, ni conseguir nada, sino deshacerte de falsas
ideas, ilusiones que no te dejan ver la realidad. Esto sólo se consigue
manteniéndote despierto y llamando a las cosas por su nombre.
· Sólo lo que
nace y se decide desde dentro es auténtico. Lo que haces como hábito y te
domina (porque te lo ha programado la "religión", la sociedad, los medios de
comunicación. etc.) te hace dependiente, esclavo de lo que crees.
· Lo que surge
de ti, lo analizas, lo pasas por la criba de tu criterio y te decides a
ponerlo en práctica, asumiéndolo, es tuyo y te hace libre.
· Las personas
que menos se preocupan por la vida de ahora, de vivir el presente, son las
que más se preocupan por la venidera o la pasada. Ocúpate de estar
despierto. Vive ahora, el presente precioso, y no te preocupes por el
futuro. Se responsable.
· Cuando tu
mente cambia, todo cambia para ti a tu alrededor.
· Es mucho más
fácil calzarse unas zapatillas que alfombrar el mundo.
· Para
despertarse el único camino es la observación. Observar tus hábitos, tus
reacciones mentales, emocionales, volitivas, y la razón de porqué respondes
así.
· Lo que has
de averiguar es lo que no eres, para llegar al ser que eres.
· Cuando la
mente no está bloqueada el resultado es la sabiduría y cuando el espíritu no
está bloqueado el resultado es el amor.
· El esfuerzo
que haces por cambiar es peor, pues luchas contra unas ideas y lo que has de
hacer es comprender y estar en la realidad.
· Quieres
liberarte yendo al psicólogo. El no puede hacer nada que tú no hagas. En
realidad lo que haces allí es observarte. Si no eres consciente resolverás
un problema pero te crearás muchos más.
· La
espiritualidad, la autoliberación va directamente a la raíz, a rescatar tu
YO, que está ahogado por barreras, por programas que no te dejan ser libre.
· Si te
sientes molesto porque alguien se ha portado mal contigo, no se puede
entender que tú te castigues porque otro se comporte mal. Tiene que existir
otro motivo más personal escondido. Obsérvalo.
· Debes darte
cuenta de que el sufrimiento o las molestias se deben a TU REACCIÓN ante los
hechos y no a la realidad de lo que está ocurriendo. Por ejemplo, si vas al
campo y llueve, la causa del enfado no está en la lluvia, sino en tu
reacción porque se han contrariado tus planes, tus deseos.
· No demos la
culpa a la realidad, sino a nuestras reacciones programadas.
· Observa cada
día tu programación y tus reacciones para conocerte mejor y cada día ser más
tú mismo.
· Las cosas
sólo serán cuando deban ser, por mucha prisa que te des. La realidad no es
algo que se pueda forzar ni comprar.
· El enemigo
del amor no es el odio, sino el miedo. El miedo genera los deseos. El que
nada teme está seguro y nada desea.
· Sólo hay
vida en el presente. Vivir en el presente supone vivir los recuerdos como
algo muerto y vivir las personas y los acontecimientos como algo nuevo,
recién estrenado, abierto a la sorpresa que cada momento puede descubrir. Es
el ahora lo que importa, porque ahora es la vida, ahora todo es posible,
ahora es la realidad.
· El egoísmo
es exigir que el otro haga lo que tú quieres. El dejar que cada uno haga lo
que quiere y debe, ese es el amor.
· A veces, con
la mejor voluntad del mundo, la persona religiosa es opresora. No se puede
dar libertad si tú no eres libre. No puedes amar si tú no te amas.
· Tu acción
debe venir de tu sensibilidad, de tu pensamiento elaborado y consciente, de
tu profundo convencimiento, no de tu ideología.
· Piensa por
ti mismo. Ten criterio propio, sin miedo a equivocarte. No debes ser pensado
por una doctrina, por una ideología. La vida es la realidad y está más allá
de las doctrinas y de las ideologías.
· Lo
importante es el amor, la vivencia del amor, no las doctrinas, las
ideologías, los grandes esfuerzos de erudición de los seudosabios al uso.
· El
esforzarme yo en ver como eres tú, y comprenderte y aceptarte como tal y
como eres, ese es el amor.
· Estas son
las tres señales de estar despierto: perdonar, aceptar, y responder ante
todo con el amor.
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