Un renombrado maestro dijo que su mayor enseñanza era esta: Buda es tu
propia mente. Impresionado por la profundidad de esta idea, un monje
decidió dejar el monasterio y retirarse a las montañas a meditar sobre
este pensamiento. Allí pasó veinte años como un ermitaño poniendo a prueba
la gran enseñanza.
Un día se encontró con otro monje que estaba atravesando esas montañas
de viaje a otro monasterio. Rápidamente el monje ermitaño se dio cuenta
que el viajero también había estudiado con el mismo maestro.
“Por favor, dime lo que sabes sobre la gran enseñanza del Maestro”.
Los ojos del viajero se encendieron.
“Ah, el maestro ha sido muy claro sobre esto. El dijo que su mayor
enseñanza es esta: Buda No es tu propia mente”.