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Aforismos I.
• La conquista de uno mismo y la consecución de la libertad interna
representan el propósito esencial del guerrero espiritual. Le proporciona
así un especial significado a la existencia, que comienza a contar y tener
su propio peso específico segundo a segundo, momento a momento.
• Para alcanzar la libertad interior y completar la conquista de uno mismo y
la evolución consciente, el guerrero espiritual instrumentaliza toda
actividad, circunstancia y situación para crecer, elevar la consciencia,
desarrollar la comprensión lúcida y disponerse a ser tocado por la
Sabiduría. Asida la bienvenida a todo lo que se presenta en su camino
existencial, por doloroso que resulte. Nada ensimismo es un obstáculo si se
convierte en soporte de realización.
• Cultiva su temple. Es a la vez recio y manso, controlado y fluido. No
descuida la actitud de coraje, enfrentando miedos y temores. Aprecia la
destreza y bruñe su carácter de guerrero con la meditación, la verdadera
motivación y la apertura a la corriente de energía despierta. Aprende a
navegar en el nivel de lo cotidiano y en el de lo supracotidiano.
• Desconfía del ocio y no se entrega a la indolencia. Está presto. Se
adentra. Siempre preparado para la autoconquista. Pero jamás es rígido ni
compulsivo. Jamás es más indulgente consigo mismo que con los otros. Es su
propio desafío y su propio reto. La apatía no tiene hueco en su ánimo. No
cede alos achaques de la negligencia. Preserva el filo del discernimiento y
sabe que la sabiduría se gana y no se adquiere gratuitamente. Así no deja
que su voluntad se agriete.
• Si algo valora el guerrero por encima de todo es la paz interior. Nada es
superior aun destello de auténtica paz. Pero esa paz es una lucha sin tregua
contra los ardides del propio ego. Se gana con dolor y el guerrero
espiritual sabe bien que no es patrimonio de los débiles y es por ello que
aún en su propia debilidad encuentra fortaleza. Aprende a obtener ventaja
hasta de lo más desventajoso. Transforma el veneno en néctar.
• El ánimo siempre vivo, renovado, aunque las heridas sean profundas y
largas como un río. Del fracaso hace una enseñanza; de la derrota, una
victoria; de la pérdida, una lección de ecuanimidad. Un ánimo vital, pero
sosegado. Un ánimo que se mantiene incluso ante la muerte y le permite
reconciliarse con ella con elegancia y lucidez. Ese es el ánimo que le
permite superar la angustia que atenaza a todo ser humano en situaciones
especial mente difíciles. El guerrero procede como si esa angustia no se
presentase..., aunque se presente.
• El guerrero espiritual se sirve de todos sus recursos para completar la
conquista de sí mismo. Sabe abandonarse lo suficiente, pero nunca se
abandona en demasía. Espera sin esperar. Cree en todo sin creer en nada. Es
una paradoja viviente, porque la vida misma es la gran paradoja por la que
él transita. Asume, pero no desfallece. Se retira a su intimidad abismal
cuando es necesario. A veces es asaltado por la inmensa soledad de todo
guerrero, pero es la batalla que mejor sabe librar. Soledad sí, pero no
desvalimiento. Hay sabor de plenitud e infinitud en la desenfrenada soledad
del ser humano. El guerrero se alimenta con ese sabor.
• El guerrero es un explorador de toda posibilidad, toda experiencia, todo
itinerario. Su curiosidad es muy viva, aunque no compulsiva. De todo
aprende, a todo le saca su inspiración. Se sabe instrumento de un poder
cósmico y confía en su energía de criatura viviente. Si sus fuerzas están a
punto de agotarse, se refugia en la cueva de su corazón. Recupera el
espíritu del guerrero, es su mayor tesoro, su más espléndida riqueza. |
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