EL DESPERTAR
El despertar es un cambio de conciencia en el que se separan el pensamiento y la
conciencia. Para la mayoría de las personas no es un acontecimiento sino un
proceso que experimentan. También es un proceso incluso para las pocas personas
que experimentan un despertar súbito, dramático y aparentemente irreversible. Es
un proceso en el cual el nuevo estado de conciencia toma posesión gradualmente
transformando todo lo que la persona hace y convirtiéndose así en parte integral
de la vida.
En lugar de permanecer perdidos en nuestros pensamientos, cuando despertamos
reconocemos que somos el observador consciente. Es entonces cuando el
pensamiento deja de ser la actividad autónoma y egoísta que domina nuestra vida.
La conciencia asume las riendas y el pensamiento, en lugar de tener el control
de la vida, pasa a servir a la conciencia. La conciencia es la conexión
consciente con la inteligencia universal. Otra palabra para describirla es la
Presencia: la conciencia sin pensamiento.
La
iniciación del proceso del despertar es un acto de gracia. No podemos hacer que
suceda ni tampoco prepararnos para él ni acumular créditos para merecerlo. No
hay una secuencia clara de pasos lógicos que conduzca al despertar, aunque eso
sería lo que le encantaría a la mente. No tenemos que hacernos dignos y
merecedores primero. Puede llegarle al pecador antes que al santo, pero no
necesariamente. Es por eso que Jesús se relacionaba con toda clase de gente y no
solamente con las personas respetables. No hay nada que podamos hacer para
provocar el despertar. Lo que hagamos será cosa del ego, que estará buscando
agregar el despertar o la iluminación a la lista de sus posesiones más preciadas
para engrandecerse y adquirir todavía más importancia. De esa manera, en lugar
de despertar, añadimos a la mente el concepto del despertar o la imagen de lo
que es una persona iluminada, y nos esforzamos por vivir de acuerdo con esa
imagen. Esforzarnos por ser como la imagen que tenemos de nosotros mismos o que
otros tienen de nosotros no es vivir una vida auténtica sino representar otro de
los personajes inconscientes del ego.
Pero entonces, si no hay nada que podamos hacer con respecto al despertar, si es
algo que ya ha sucedido o está por suceder, ¿cómo es posible que sea el
propósito primario de la vida? ¿Tener un propósito no implica que puedes hacer
algo al respecto, que puedes hacer algo para lograrlo?
El primer despertar, el primer destello de conciencia sin pensamiento solamente
sucede por la gracia, sin que hagamos nada. Si para usted este espacio es
incomprensible y no significa nada, es porque todavía no le ha llegado ese
primer despertar. Sin embargo, si hay algo en su interior que responde a él, si
de alguna manera reconoce algo de verdad en él, significa que ya ha entrado en
el proceso. Una vez que se inicia el proceso, no hay marcha atrás, aunque el ego
puede demorarlo. La lectura de este espacio podrá ser el comienzo del despertar
para algunas personas. Para otras, este espacio Web ejercerá la función de
ayudarlas a reconocer que ya han iniciado el proceso, y a intensificarlo y
acelerarlo. Otra función es ayudar a las personas a reconocer su ego cada vez
que éste trate de recuperar el control y de ensombrecer el surgimiento de la
conciencia. En algunos casos, el despertar sucede cuando las personas se dan
cuenta repentinamente de la clase de pensamientos que cruzan constantemente por
su mente, especialmente los pensamientos negativos persistentes con los cuales
quizás se hayan identificado durante toda la vida. Súbitamente se produce un
estado de alerta que toma conciencia del pensamiento sin ser parte de él.
¿Cuál es la relación entre la conciencia y el pensamiento? La conciencia es el
espacio en el cual existen los pensamientos cuando ese espacio ha tomado
conciencia de sí mismo.
Después de haber visto el destello de la conciencia o la Presencia, aprendemos a
conocerla de primera mano. En ese momento deja de ser simplemente un concepto
mental y, por tanto, podemos tomar la decisión consciente de estar presentes en
lugar de dejarnos arrastrar por pensamientos inútiles. Podemos invitar la
Presencia a la vida, es decir, abrir espacio. Con la gracia de la conciencia
viene la responsabilidad. Podemos optar por continuar como si nada hubiera
sucedido, o podemos reconocer su importancia y aceptar que el surgimiento de la
conciencia es lo más importante que puede sucedernos. Abrirnos a la conciencia y
traer su luz a este mundo se convierte entonces en el propósito preponderante de
la vida.
"Deseo conocer la mente de Dios", dijo Einstein. "Lo demás son detalles". ¿Qué
es la mente de Dios? Conciencia. ¿Qué significa conocer la mente de Dios? Estar
conscientes. ¿Cuáles son los detalles? El propósito externo y lo que quiera que
suceda en el plano externo.
Así, quizás mientras usted espera que suceda algo significativo en su vida,
podría no darse cuenta de que lo más importante que puede sucederle a un ser
humano ya le ha sucedido: el comienzo del proceso de separación entre el
pensamiento y la conciencia.
Muchas personas que se encuentran en las primeras etapas del proceso de
despertar sienten que ya no saben a ciencia cierta cuál es su propósito externo.
Aquello que mueve al mundo ya no las motiva. Al ver con tanta claridad la
demencia de nuestra civilización, podrían sentirse aisladas hasta cierto punto
de la cultura que las rodea. Hay quienes sienten que habitan en tierra de nadie,
en medio de dos mundos. Ya el ego no dirige su destino pero la conciencia
todavía no se ha integrado plenamente a sus vidas. No se ha producido la fusión
entre el propósito interno y el propósito externo.
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