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DEJAR DE REPRESENTAR PAPELES Y PERSONAJES
Una lección esencial sobre el arte de vivir, que todos debemos aprender, es a
hacer lo que las situaciones nos exigen sin que por ello nos convirtamos en un
personaje con el cual identificarnos. El poder de lo que hacemos se intensifica
si actuamos por la acción misma en lugar de hacerlo como medio para proteger,
engrandecer o satisfacer nuestra identidad. Cada personaje es una noción
ficticia del ser y sirve para personalizarlo, corromperlo y distorsionarlo todo
a causa del "pequeño yo" fabricado por la mente y del personaje en cuestión.
La mayoría de las personas que ocupan posiciones de poder en este mundo como los
políticos, las celebridades de la televisión, los líderes de empresa y también
los líderes religiosos, se identifican totalmente con su papel, salvo por
algunas excepciones notables. Podrán ser personajes VIP pero nos son más que
actores inconscientes en el drama del ego, un drama que parece supremamente
importante pero que, en últimas, carece de todo propósito. Pero tampoco es
necesario ser un personaje VIP... sacerdotes, maestros, sicólogos, abogados,
jueces o simplemente ciudadanos de a pie representan y se identifican con su
papel.
Según las palabras de Shakespeare, es una "historia contada por un tonto, llena
de sonido y furia, pero carente de significado". Es sorprendente saber que
Shakespeare llegó a esa conclusión sin tener las ventajas de la televisión. Si
el drama del ego tiene algún propósito, éste es indirecto: crear cada vez más
sufrimiento en el planeta, el cual finalmente destruye el ego, pese a ser creado
por el. Es el fuego en el cual se consume a sí mismo el ego.
En un mundo lleno de personajes que representan un drama, las pocas personas que
no proyectan una imagen fabricada por la mente (y las hay incluso en la
televisión, los medios y el mundo de los negocios) sino que funcionan desde la
esencia profunda de su Ser, que no aparentan ser más de lo que son sino que son
ellas mismas, se destacan como personas notables y son las únicas que logran
dejar una verdadera huella en este mundo. Son las portadoras de la nueva
conciencia. Imprimen gran poder a todo lo que hacen porque están en armonía con
el propósito del todo. Sin embargo, su influencia va mucho más allá de lo que
hacen, mucho más allá de su función. Su simple presencia sencilla, natural,
discreta, ejerce un efecto de transformación sobre todas las personas con
quienes entran en contacto.
Cuando no representamos papeles, no hay ego en lo que hacemos. No hay un
propósito oculto: protegernos o fortalecernos. El resultado es que nuestros
actos ejercen un poder mucho mayor. Nos concentramos totalmente en la situación.
Somos uno con ella. No tratamos de ser alguien en particular. Cuando somos
totalmente nosotros mismos, nuestros actos son más poderosos y eficaces. Pero no
debemos esforzarnos por ser nosotros mismos. Ese es otro papel. Se llama "mi yo
natural y espontáneo". Tan pronto como nos esforzamos por ser esto o aquello,
asumimos un personaje. El consejo de "Sé tu mismo" es bueno, pero también puede
ser engañoso. La mente intervendrá para decir, "Veamos, ¿cómo puedo ser yo
mismo?" Entonces la mente desarrolla algún tipo de estrategia: "De cómo ser yo
mismo". Otro personaje. En realidad, la pregunta de "¿Cómo puedo ser yo mismo?"
es incorrecta. Implica que debemos hacer algo para ser nosotros mismos. Pero el
cómo no es válido porque ya somos nosotros mismos. Debemos dejar de añadir carga
a lo que ya somos. "Pero no sé quién soy. No sé lo que significa ser yo mismo".
Cuando logramos sentirnos totalmente a gusto con el hecho de no saber quiénes
somos, entonces lo que queda es lo que somos: el Ser detrás del humano, un campo
de potencialidad pura en lugar de algo ya definido.
Decídase a renunciar a definirse, ante usted mismo y ante los demás. No
perecerá. Vivirá. Y no se preocupe por la manera como los demás lo definen.
Cuando lo definen, ellos se limitan, de manera que ése es problema de ellos.
Cuando se relacione con la gente, no asuma principalmente un papel o un
personaje. Sea solamente un campo de Presencia consciente.
¿Por qué el ego representa personajes? A causa de un supuesto sin examinar, de
un error fundamental, de un pensamiento inconsciente. Ese pensamiento es: no soy
suficiente. De allí se desprenden otros pensamientos inconscientes: debo
representar un papel a fin de obtener lo que necesito para estar completo; debo
conseguir más a fin de poder ser más. Pero es imposible ser más de lo que somos
porque detrás de nuestra forma física y psicológica somos uno con la Vida misma,
uno con el Ser. En la forma siempre hay seres inferiores y superiores a alguien.
En esencia, no somos ni inferiores ni superiores a nadie. El verdadero amor
propio y la verdadera humildad son producto de ese reconocimiento. A los ojos
del ego, el amor propio y la humildad son contradictorios. Pero en verdad son la
misma cosa.
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