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LOS MONTES Y EL CAMPO DE MARTE
Entrando ya en la observación de la palma de la mano, vemos que ésta posee
determinadas protuberancias, de una parte, y espacios más o menos regulares
así como cierta concavidad, de otra.
Los abultamientos que se producen en la palma de la mano inmediatamente
contiguos a la unión de la falange con la mano, se denominan “montes”. El
monte correspondiente al dedo índice es el Monte de Júpiter; el que le sigue
y que corresponde al dedo medio es el Monte de Saturno, el monte que aparece
debajo del anular es el Monte del Sol, el que corresponde al dedo meñique es
el Monte de Mercurio y el que ocupa mayor extensión, como si fuera la
tercera falange del dedo pulgar insertada en la palma de la mano, es el
Monte de Venus.
En la porción de la mano contraria al Monte de Venus tenemos que debajo del
Monte de Mercurio aparece el Monte de Marte (negativo) y más debajo de éste,
en la porción que los anatomistas llaman “eminencia hipothenar”, se
encuentra el Monte de la Luna.
La superficie que queda delimitada entre los montes descriptos, recibe el
nombre de Campo de Marte, o lo que es lo mismo, el sitio donde se desarrolla
la batalla del Destino y la Vida del sujeto a través de sus líneas. En este
terreno confluyen las principales líneas de la mano y es atravesado más o
menos verticalmente por la línea de la Fatalidad o Línea del Destino, razón
de más para igualarlo a un campo de guerra.
Descripción de los montes
El Monte de Venus
Ocupa lo que los anatomistas designan con el nombre de “eminencia thenar”, y
es como si fuese una prolongación hacia abajo del pulgar.
Para que el monte de Venus sea normal tiene que ocupar, dentro de las zonas
de la palma de la mano, un espacio proporcional, teniendo en cuenta que es
el monte más grande que posee, y este monte domina sobre todos los demás de
la misma forma que el pulgar tiene preponderancia sobre los restantes dedos
de la mano.
Un monte de Venus armonioso será aquél de tamaño razonable, que no sea ni
sumamente abultado ni demasiado pequeño. En él están contenidas todas las
cualidades sentimentales del individuo, desde la pasión hasta el amor más
sublime pasando por toda clase de afectos, de ahí que del Monte de Venus
dependa el equilibrio emocional del individuo.
Así como todos los dedos son el contacto con el medio y las aptitudes y
capacidades del ser con respecto al medio en que se desenvuelven, los montes
de una mano representan la zona subjetiva y afectiva del hombre.
En el Monte de Venus suelen apreciarse rayas y signos de variado
significado, que pueden explicarse o ampliarse en contenido de acuerdo a la
constitución propiamente dicha de la eminencia: un Monte de Venus blando,
falto de consistencia, revelará ausencia de amor y falta de vitalidad
esencial, mientras que uno duro denotará todo lo contrario.
Si no presenta rayas, transparentará un fondo tranquilo, un amor de toda la
vida. Las rayas, tenidas por buen augurio, si se muestran profusamente,
indicarán muchos afectos o amores. Ahora bien, la zona de ubicación de
dichas rayas matizará esos amores, de manera que si predominan sobre la
parte superior del Monte serán mucho más espirituales que si aparecen en la
porción baja donde las rayas pueden indicar indiferencia erótica o excesiva
apetencia sexual si aparecen en el extremo más bajo.
Entre los signos que pueden mostrarse en el Monte de Venus las rejas son
síntomas de una voluptuosidad lasciva, mientras que un cuadrado puede
revelar a una persona que no se interesa por contraer matrimonio o tener
relaciones amorosas. Un triángulo indica unión matrimonial por razones de
conveniencia económica y una isla puede significar adulterio. La presencia
de un círculo da a conocer unas emociones sinceras, mientras que un punto
augura enfermedad o accidente de un ser querido. Se cree que este punto
acompañado de una cruz indica viudez próxima.
La cruz y la estrella, que suelen ser signos muy negativos o muy benéficos
dependiendo del sitio donde hayan sido situados, en el Monte de Venus pueden
ser presagio de muerte o amor verdaderos. Así, una cruz será la separación
del cónyuge, ya sea por motivos de muerte o divorcio, mientras que si
aparece una estrella bajo la segunda falange, será de pronóstico positivo;
todo lo cual indica que en el Monte de Venus es maléfica la presencia de una
cruz y benéfica la de una estrella.
El Monte de Júpiter
El mundo subjetivo donde se aúnan la ambición y el sacrificio, lo grosero y
lo sublime, está representado en el Monte de Júpiter.
Siendo Júpiter un planeta benéfico, que imparte las bienaventuranzas de la
vida, la presencia y figura normal de este monte asegurarán el triunfo a lo
largo de la vida, un triunfo uniforme y estabilizador, con un pronóstico de
unión familiar; si además posee una estrella, podrá darse por hecho el
triunfo pues es un signo de contenido espléndido en este monte; una cruz
anuncia un matrimonio feliz.
Un Monte de Júpiter excesivamente abultado demuestra parcialidad de ideas,
ambición y tendencia a imponer su fuerza y poder en los demás, sin tener en
cuenta la opinión de los subordinados o allegados; un monte hundido, una
persona sin altura de miras.
El Monte de Saturno
Todo lo que está relacionado con Saturno puede ser truculento, aún en su
aspecto benéfico, que, lo mismo con respecto al dedo que le corresponde a
este planeta, decimos para su monte que es preferible que éste no sea muy
prominente y, sobre todo, que posea pocos o ningún signo.
La fatalidad o intensidad de los hechos en la vida quedan atenuados o
exacerbados con relación al tamaño del monte. Si éste es bastante elevado,
el sujeto puede tener dentro de sí un torbellino de conceptos negativos nada
beneficiosos: será un retraído en sí mismo hasta volverse un ser
verdaderamente huraño. Intratable, hosco y desconfiado hasta de sus
allegados, puede sentirse atormentado por los sentimientos más morbosos y
neuróticos, todo lo cual le hará, en suma, un temeroso de la realidad.
Un triángulo sobre el Monte de Saturno exagerará la natural disposición
hacia el estudio de lo oculto; en esta misma línea hacia lo desconocido una
cruz indica rasgos supersticiosos de carácter y lo más adverso: una estrella
nos informará de su predisposición a la muerte, pudiendo incluso ser capaz
de llevarla a cabo movido por sentimientos de rencor profundos y odios
reconcentrados; pero muy lejos del que actúa de esta forma llevado por la
ceguera o la pasión de un mal momento.
Hay signos de contrapeso en el Monte de Venus; un círculo es un augurio de
suerte. Las líneas verticales anuncian acontecimientos placenteros.
El Monte del Sol
Las ambiciones de triunfo, el afán de conquista social y económica, y la
posesión patrimonial y la ascensión son los contenidos a expresarse en el
Monte del Sol.
Uno grande reflejará la vanidad exagerada, la sobre estimación y el egoísmo
de su poseedor, vanidad y sobrevaloración más necios aún y aunadas con
grandes afanes ambiciosos en un monte prominente. Pero un monte normal nos
dirá que el sujeto es un candidato al éxito porque se desliza por los cauces
de la ambición moderada y una justa valía de sus propias actitudes.
Un Monte del Sol pequeño es el de una persona de escasas proyecciones
sociales, así como un monte deprimido es la representación de una
personalidad demasiado poco sobresaliente.
Los signos en el Monte del Sol son augurios más matizados: las líneas
verticales son realmente favorables, de progreso y éxito, mientras que la
cruz nos informa de una frustración de las capacidades e inteligencia del
individuo, pero una estrella es nefasta porque aquí anuncia el aumento de
una ambición desmedida. El círculo es un aumento benéfico en el plano que
compete a las conquistas solares.
El Monte de Mercurio
Si bien es cierto que Mercurio es pródigo en dispensar cualidades en el
orden del pensamiento lógico y comercial, también es cierto que su mucha
influencia puede desembocar en la dispersión, la incoherencia y el desorden
intelectual y emocional.
Es muy importante, pues, que el Monte de Mercurio se encuentre lo más
equilibrado posible, sobre todo teniendo en cuenta que si es muy grande
habrá una notoria desvalorización de sus dotes: un sujeto con este tipo de
monte será una persona de cuidado para él y los demás; aún con las mejores
intenciones puede desembocar en la deshonestidad y la fanfarronería, y que
su vida transcurra en una serie de acciones dispersas y poco fructíferas,
perdiéndose en el laberinto de sus propias ideas; si el monte es prominente,
las cualidades serán todavía más negativas, acentuándose la predisposición
al engaño, con manifiesta mala fe.
Los signos en este monte, pues, incidirán notablemente en estas cualidades,
e incluso en el caso de presentarse muchas líneas evidenciarán la presencia
de un desorden emocional y nervioso evidente; es preferible la ausencia de
líneas, síntoma de tranquilidad moderada e incluso de indiferencia.
Se señalan la estrella y la reja como los peores signos que pueden
presentarse en este monte; la estrella nos dirá de un individuo con
tendencia a la trampa, económica o afectiva, y la reja todo un cúmulo de
manifestaciones de desorden moral y nervioso con tendencia a la locura. El
triángulo y el cuadrado, por el contrario, acentúan las capacidades
comerciales y mercantiles de los individuos, incluso con los defectos
normales que pueden en ocasiones presentarse en el desarrollo o disposición
hacia este tipo de habilidades, pero dentro de los márgenes tolerables.
El Monte de Marte negativo y positivo
Aquí tenemos el terreno para desarrollar las actividades marcianas: la
valentía, la vitalidad, la energía constructiva, pero también la cólera, la
violencia, la ferocidad, el conflicto.
La ausencia de este monte indicará, en consecuencia, ausencia de sus
atributos combativos, por lo tanto será una persona conciliadora, de
impulsos débiles, pacífica e incluso cobarde en ciertos momentos, pero la
presencia de este monte evidencia la energía suficiente y la iniciativa
creadora necesarias para llegar a las metas propuestas.
Las líneas verticales en el Monte de Marte indican carácter irritable y las
horizontales, viajes.
La muerte y los accidentes están representados en los signos estrella, reja
y cruz, acontecimientos generalmente teñidos de algún tinte dramático o
violento: nada que esté bajo los auspicios de Marte puede suceder
apaciblemente, ni la muerte.
El cuadrado y el triángulo tienen una referencia más directa con la actitud
y temperamento —valor y marcialidad— que con acontecimientos imprevistos.
El Monte de la Luna
A continuación del Monte de Marte, en la eminencia hipothenar, se encuentra
el Monte de la Luna, en el lado opuesto al que ocupa el Monte de Venus.
Las características de la Luna, planeta regente de Cáncer, dominan este
monte. La capacidad intuitiva, el mundo inconsciente, la receptividad, la
imaginación, la inspiración y la volubilidad componen el contenido del Monte
de la Luna.
Si es un monte pequeño, está asegurada la emotividad normal —teniendo en
cuenta el resto de la mano— pero si es anormalmente grande estaremos ante un
sujeto para el que la razón y la lógica no cuentan, regido a impulsos de su
imaginación y emotividad.
La presencia de líneas será negativa o positiva según la dirección de ellas:
si son verticales demostrarán inteligencia, pero si se dibujan
horizontalmente la imaginación será desbordante.
La estrella significará logros intelectuales, pero la cruz, confusiones y
perturbaciones psicológicas, o interrupción de un estudio.
El triángulo atenúa la excesiva predisposición o la ensoñación, y el
cuadrado debilita la imaginación. Claro que estos dos signos menguantes para
ser realmente estabilizadores dentro de la personalidad, deben estar
situados dentro de un contexto general de cualidades lunares sobresalientes;
de no ser así acentuarían una personalidad poco imaginativa, lo que daría
lugar a una vida interior poco matizada.
Una isla en el Monte de Venus indicará clarividencia.
El Campo de Marte
Los quirólogos prefieren que el Campo de Marte no sea pródigo en señales.
Este campo, formado entre los ocho montes antes señalados, es donde ocurren
aquellos hechos que el destino impone, con relativa participación de la
voluntad del individuo.
Un campo de Marte normal mostrará equilibrio de emociones y acciones,
acontecimientos dentro del orden natural de las cosas; pero uno muy duro
denotará una excesiva actividad y voluntad férrea para arrasar los
obstáculos. Si es blando, el individuo se desarrollará dentro de una
conducta tranquila, indolente, evitando a toda costa los enfrentamientos. Si
es convexo, pertenecerá a un individuo desbordante de energía, generalmente
positiva, que tenderá a gastar racionalmente.
Muchas líneas en el Campo de Marte indicarán pasiones atormentadas, no
necesariamente de orden sentimental, así como la presencia de la reja
mostrará la tendencia a un tipo de desequilibrio o locura agresiva. |
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