VERBENA (Verbena officinalis)
En algunos lugares de
América se la conoce como hierba de los hechizos, probablemente por
influencia de los gallegos que la hicieron llegar hasta allí, y para los
cuales tenía significación sagrada. Existía un conjuro para hacerse amar por
la mujer deseada (o por el hombre deseado) que consistía en recitar unos
versos con un ramo de verbena en la mano.
CARACTERÍSTICAS
Es una planta vivaz (vive
más de dos años), de tallo delgado, erecto, que no alcanza un metro de
altura. Las hojas se disponen enfrentadas, de dos en dos en cada nudo, más o
menos profundamente lobuladas. Las flores, de color lila, florecen al
empezar el verano y en otoño. Se agrupan ocupando la parte superior de los
tallos, formando una espiga, sin pecíolos.
LOCALIZACIÓN
Es una planta mediterránea
que prospera en muchas zonas del continente americano, en climas suaves y no
excesivamente fríos. Vive en los prados, en los terrenos incultos, junto a
los caminos, etc.
PRINCIPIOS ACTIVOS
Como muchas otras plantas,
posee taninos, mucílagos y saponina. Probablemente las excepcionales
cualidades medicinales se deban a la presencia de un glucósido, la
verbenalina, parte de la cual desaparece en la desecación.
PROPIEDADES MEDICINALES
Actualmente se admite que
tiene propiedades estimulantes, es útil en el reumatismo y hace bajar la
fiebre.
RECOLECCIÓN
Se cogen las hojas y las
sumidades floridas (flores junto con las ramas que las soportan) al final de
la primavera o a principios de verano (y en otoño, durante la segunda
floración). Siguiendo con la magia de la verbena, existía la tradición de
recolectarla ceremonialmente, por lo que se escogía la víspera de san Juan,
por la noche, para «ir de verbena» en grupo.
USOS Y APLICACIONES
Se emplean las hojas y
sumidades floridas en decocción (20 gramos por litro de agua). Es útil como
tónico reconstituyente en enfermedades del hígado y riñones. Contra los
dolores reumáticos, se aplica con un paño sobre la zona dolorida. |