LA NEGATIVIDAD Y EL SUFRIMIENTO HUNDEN SUS RAÍCES EN EL TIEMPO
Pero la creencia de que el futuro será mejor que el presente no siempre es
una ilusión. El presente puede ser horrible y las cosas pueden mejorar en
el futuro, y frecuentemente lo hacen.
Normalmente el futuro es una réplica del pasado. Puede haber cambios
superficiales, pero una transformación real es rara y depende de si puedes
estar lo suficientemente presente como para disolver el pasado accediendo
al poder del ahora. Lo que percibes como futuro es parte intrínseca de tu
estado de conciencia ahora. Si tu mente lleva una pesada carga del pasado,
experimentarás más de lo mismo. El pasado se perpetúa a sí mismo por la
falta de presencia. La calidad de tu conciencia en este momento es lo que
conforma el futuro, que, por supuesto, sólo puede ser experimentado como
el ahora.
Podrías ganar muchos millones, pero un cambio de esa clase es muy
superficial. Seguirías repitiendo las mismas pautas condicionadas en un
entorno más lujoso. Los seres humanos han aprendido a fisionar el átomo.
Ahora, en lugar de matar a diez o veinte individuos con una estaca de
madera, una persona puede matar a millones con sólo pulsar un botón. ¿Es
éste un cambio real?
Si la calidad de tu conciencia en este momento es lo que determina el
futuro, ¿qué determina la calidad de tu conciencia? El grado de presencia
que tengas. Por tanto, el único lugar donde puede ocurrir el verdadero
cambio y donde puede disolverse el pasado es el ahora.
Toda negatividad está producida por una acumulación de tiempo psicológico
y una negación del presente. Inquietud, ansiedad, tensión, estrés,
preocupación... son aspectos del miedo, y todos ellos están producidos por
un exceso de futuro y una falta de presencia. Culpa, lamento,
resentimiento, pena, tristeza, amargura y todas las demás facetas de la
falta de perdón están causadas por un exceso de pasado y una presencia
insuficiente.
A la mayoría de la gente le cuesta creer en la posibilidad de un estado de
conciencia totalmente libre de negatividad. Sin embargo, ése es el estado
de liberación al que apuntan todas las enseñanzas espirituales. Es la
promesa de salvación, no en un futuro ilusorio, sino aquí y ahora.
Quizá te cueste reconocer que el tiempo es la causa de tus sufrimientos y
de tus problemas. Crees que están causados por situaciones específicas de
tu vida, y desde el punto de vista convencional eso es verdad. Pero hasta
que no enfrentas la disfunción fundamental de la mente —su apego al pasado
y al futuro y su negación del ahora—, en realidad los problemas son
interminables. Si hoy desaparecieran milagrosamente de tu vida todas las
causas de sufrimiento o infelicidad, pero no estuvieras más presente, más
consciente, pronto te encontrarías con una serie de problemas similares,
como una sombra que sigue tus pasos. En último término sólo hay un
problema: la mente ligada al tiempo.
No creo que pudiera llegar al punto de estar completamente libre de
problemas.
Tienes razón. No puedes llegar a ese punto porque estás en ese punto
ahora. En el tiempo no hay salvación. No puedes ser libre en el futuro. La
presencia es la llave de la libertad, de modo que sólo puedes ser libre
ahora.
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