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EL EGO EN BUSCA DE LA TOTALIDAD
Otro aspecto del dolor emocional que forma parte intrínseca de la mente
egotista es una profunda sensación de falta de totalidad o de carencia, de
no estar completo. En algunas personas esta sensación es consciente; en
otras, inconsciente. Si es consciente, se manifiesta como un sentimiento
constante e inquietante de no ser lo suficientemente bueno, de no merecer
la pena. Si es inconsciente, sólo se sentirá indirectamente como un
intenso deseo, ansia y necesidad. En cualquier caso, la persona a menudo
entrará en una búsqueda compulsiva de gratificación para el ego y de cosas
con las que identificarse para llenar el agujero que siente dentro. Así,
tratará de conseguir posesiones, dinero, éxito, poder, reconocimiento o
una relación especial para sentirse mejor consigo misma, para sentirse más
completa. Pero aunque consiga todo esto, esa persona pronto se dará cuenta
de que el agujero sigue estando allí, de que no tiene fondo. Entonces
tiene un verdadero problema, porque ya no puede seguir engañándose. Bueno,
sí que puede, y de hecho lo hará, pero le resultará más difícil cada vez.
Mientras la mente egotista dirija tu vida, no podrás sentirte
verdaderamente tranquilo. Sólo podrás estar en paz o satisfecho durante
los breves intervalos en los que consigas lo que deseas, cuando un anhelo
acaba de quedar satisfecho. Como el ego es un sentido de identidad que
surge de las cosas externas necesita identificarse con ellas. Necesita ser
defendido y alimentado constantemente. Las identificaciones más habituales
del ego guardan relación con las posesiones, con el trabajo, con tu
estatus y reconocimiento social, con el conocimiento y la educación, con
la apariencia física, con las habilidades personales, con las relaciones,
con tu historia personal y familiar, con los sistemas de creencias y
también con las identificaciones colectivas: nacionales, raciales,
religiosas y otras. Y, en verdad, ninguna de estas identificaciones eres
realmente tú.
¿Te da miedo saberlo? ¿O te produce alivio? Antes o después tendrás que
renunciar a todas esas cosas. Quizá aún te resulte difícil de creer, y
ciertamente no te estoy pidiendo que creas que tu identidad no se halla en
ninguna de estas cosas. Llegarás a saber la verdad de mi afirmación por ti
mismo. A más tardar, lo sabrás cuando sientas que la muerte se acerca. La
muerte te desnuda de todo lo que no eres tú. El secreto de la vida es
«morir antes de morir» y descubrir que no hay muerte.
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