CÓMO VEN LOS PROFESORES AL ALUMNO HIPERACTIVO
Las
características que presentan pueden ser variables en función del tipo de
hiperactividad (fundamentalmente atencional, impulsiva o mixta), y del nivel de
evolución en el que el alumno se encuentre.
Hasta
los 8 o 10 años
Las
conductas que manifiesta en el aula son las típicas de su cuadro:
• No se
puede centrar en una actividad durante un tiempo prolongado, está pendiente de
todo lo que ocurre a su alrededor. sin prestar atención a nada determinado.
Apenas se entretiene con nadie, ni con nada.
• Se
mueve constantemente, sin aparente objetivo, toca todo. Parece que nunca se
cansa.
• Tiene
dificultad para acabar las tareas en el tiempo indicado. Es muy variable en sus
respuestas, un día realiza una tarea bien y otro día puede tener problemas con
esa misma actividad.
• No
escucha cuando se explica algo en clase. Cuando se habla con él, frecuentemente
tiene respuestas que no vienen a cuento.
• Habla y
actúa sin pensar y, aparentemente, parece que no le importan las consecuencias.
• Tiene
una coordinación visomotora pobre, con dificultad para escribir, dibujar o
recortar. Suele ser poco hábil y de movimientos desordenados.
• Tiende
a salirse con la suya y a enfadarse cuando no lo consigue. Cuando se le dice
«no», enseguida vuelve a repetir la conducta negativa. Se olvida pronto de los
problemas.
• Tiene
facilidad para iniciar las relaciones con los compañeros, pero le cuesta no ser
el centro y respetar las reglas de los juegos, por tanto, tiene dificultades
para mantenerlas. Se pelea con unos para defender a otros, es muy susceptible
ante lo que le puedan decir y su reacción es desproporcionada. No es muy
consciente de las molestias que produce.
• Se le
regaña y castiga muy frecuentemente, pero sirve de poco, al rato ya no recuerda
el motivo por el que se le ha regañado y enseguida vuelve a cometer el mismo
error.
• Se
enfada cuando le sale mal lo que tiene que hacer y, frecuentemente, se niega a
hacer lo que se le pide por miedo a equivocarse.
En la
etapa preadolescente y adolescente
Guando se
inicia la etapa adolescente las diferencias entre un hiperactivo y otro pueden
ser importantes según el tipo de hiperactividad (TDAH o TDA), la intensidad de
sus síntomas, la respuesta que han dado padres y profesores... Si todo esto ha
confluido positivamente, puede que a partir de los 10 o 12 años se dé una
tendencia a la estabilización del cuadro. Si no ha sido así, los signos en estas
edades no sólo no disminuyen, sino que tienden a aumentar su intensidad. Además,
empieza a ser importante el «efecto bola de nieve», o diagnóstico consecuencia,
es decir, el ajuste que el hiperactivo desarrolla en su proceso de adaptación
negativa a las características personales específicas del cuadro. Su
sintomatotogía inicial puede ser agravada con una baja autoestima, frustración,
problemas de conducta, mecanismos de defensa, rebeldía, inadaptación escolar,
etcétera.
Son
características del hiperactivo en esta etapa:
• Está
pendiente de todo lo que ocurre a su alrededor. No escucha la explicación del
profesor, su «cabeza», hiperactiva, está en otros temas. Puede hacer preguntas
que se acaban de contestar o preguntar sin esperar repuesta. No termina las
tareas y tiene dificultad para ser responsable con los deberes que se mandan
para casa y con el estudio. Su falta de trabajo y de escucha atenta hacen que se
entere poco de lo que el profesor explica y, por tanto, cada vez va
distanciándose más de lo que debería saber. Los suspensos se convierten en
frecuentes y, a veces, son difíciles de superar.
• Se
sigue levantando de su sitio, aunque ya menos; no puede estar mucho tiempo
sentado. Cuando se levanta, a su paso puede ir molestando a sus compañeros y,
por tanto, interfiriendo en la dinámica de clase.
• Es
desorganizado con sus cuadernos, que frecuentemente están llenos de dibujos o de
mensajes fuera de contexto y de actividades incompletas. No tiene el material
cuando lo necesita, suele perder libros y cuadernos. Su cajonera es
inconfundible por el escaso orden.
• Puede
llegar a iniciar comportamientos inadaptados: mentir como defensa, pequeños
hurtos; a veces «quita» para «dar». Puede empezar a no querer pasar
desapercibido y adoptar una actitud «progre», se apunta a las modas (pelo,
vestimenta, pendientes, fumar...).
• Los
adolescentes con TDAH tienen más dificultades en autocontrolarse, no piensan las
consecuencias de sus acciones, no aprenden de sus errores, viven el presente,
etcétera, Y si tienen problemas en casa y en la escuela, buscan a los iguales
como salvadores, siendo más vulnerables a influencias negativas, por lo que
existe más probabilidad de que cometan conductas de riesgo (consumo de
sustancias, tabaco, drogas, alcohol, relaciones sexuales tempranas, etcétera).
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