CÓMO PUEDEN LOS PADRES Y PROFESORES AYUDAR A SU HIJO O ALUMNO CON TDAH
Si tenemos claro que lo que le pasa a un niño con TDAH es que tiene un:
Problema de inhibición.
Que no
tiene un tiempo de espera entre el estímulo y su relación
Que lo que
tiene que aprender es a:
• Parar
• Detenerse
• Stop
Fijarse >
Analizar > Seleccionar > Atender > Pensar> Analizar > Recordar el pasado>
Pensar un plan> Imaginar el futuro> Anticipar las consecuencias
TOMAR UNA
DECISIÓN DE QUÉ HACER Y CÓMO HACERLO
Existen
diferentes técnicas y estrategias para conseguir ayudarles en todo ello,
distintas para cada momento: antes de la conducta, durante la conducta y después
de realizada la misma.
Antes de la conducta
•
Aumentar la estructura y el orden en casa.
- Un
sitio para cada cosa.
- Cada
cosa a su hora.
• Sólo
una cosa a la vez.
•
Establecer horarios, rutinas.
-
Ayudarse con carteles, post-its, dibujos.
•
Externalizar lo importante.
-
Convertir toda la información relevante en algo tangible.
-
Convertir en algo tangible el tiempo: relojes, cronómetros.
• Definir
reglas claras y sus consecuencias.
•
Facilitar la ejecución de las tareas dividiéndolas en pasos más pequeños.
- A los
niños con TDAH les cuesta mucho terminar cualquier tarea, desde las más
sencillas, divertidas y cotidianas, hasta las más difíciles que requieren
esfuerzo mental; una forma de ayudarles es simplificándoles las tareas,
descomponiéndolas en pasos más pequeños, pidiéndoles que realicen tareas
simples, por ejemplo: sólo ponerse el abrigo, sólo poner los cubiertos, o poca
cantidad, sólo hacer tres divisiones, para luego, conforme vayan acabándolas
bien, ir aumentándoselas.
•
Controlar ruidos o estímulos distractores.
- Una
tarea importante de los adultos es estudiar qué estímulos ambientales parecen
que facilitan o perjudican para que el niño con TDAH funcione bien: comer o no
con la televisión, sentarse al lado de un hermano o de otro, comer o no todos
juntos, ducharse por la noche o por la mañana, dormir solo o con el hermano,
tener los juguetes cerca cuando está trabajando, trabajar después de haberse
cansado físicamente; y tenerlos en cuenta.
• Guía
externa de la conducta (autoinstrticciones).
- Una
cosa es que no quieran hacer algo, desobediencia, otra es que no sepan, y otra
es que sepan hacerlo pero se les olvide, se distraigan, dejen de saber qué es lo
que tienen que hacer. El TDAH se caracteriza por las dos últimas situaciones,
por eso los adultos deben convertirse en buenos instructores. Diciéndoles en voz
alta qué es lo que tiene que hacer, una cosa detrás de otra y cómo tienen que
hacerlo, convertirse en su propia voz y pensamiento que les va indicando:
«Primero esto, después viene esto otro... lo hago despacio... muy bien...», si
además a los niños se les pide que ellos mismos repitan en voz alta la orden y
cómo hacerlo para que les salga bien, todo ello facilitará la interiorización de
la norma, de las rutinas y la correcta ejecución de la conducta.
Durante la conducta
•
Motivar, valorar, reforzar los pequeños avances e intentos.
•
Indicarles cuándo lo están haciendo bien y valorárselo.
•
Indicarles cuándo se están equivocando, pero diciéndoles cómo lo pueden hacer
mejor, ayudándoles a buscar una forma de corregirse.
Después de la conducta
• Manejo
de las consecuencias.
- Si los
niños aprenden que sus conductas traen siempre las mismas consecuencias,
aumentará la disciplina y se favorecerá el aprendizaje. Los adultos pueden
aumentar las conductas positivas del niño si las refuerzan, valoran, premian,
alaban, gratifican, muestran su satisfacción, y disminuir las negativas si
utilizan la extinción, los castigos, el tiempo fuera de una manera eficaz.
• Tiempo
de reflexión. Proceso error corrección.
- Después
de los errores o fallos, siempre que se mantenga la calma y el niño esté en
condiciones de escuchar, es importante analizar por qué ha ocurrido lo que ha
ocurrido, pero sobre todo indicarles cómo se podría haber evitado. Sin etiquetas
negativas, ni recriminaciones. Haciendo hincapié en cómo hacerlo para que nos
salga bien en el futuro.
Si además de todo esto...
•
Cuidamos la relación afectiva con él.
• Tenemos
un tiempo especial para estar con él.
• Jugamos
y nos divertimos con él.
•
Practicamos el perdón y la comprensión.
•
Buscamos aquello que lo hace único y especial y se lo valoramos.
El niño
con TDAH podrá desarrollarse personal, social, escolar y afectivamente de manera
adecuada.
Las
pautas para el colegio son básicamente las mismas, pero aplicadas al ambiente
escolar y a las tareas escolares. Últimamente se está trabajando mucho con los
profesores al ser ellos una pieza clave en el tratamiento del TDHA. Los niños
pasan mucho tiempo en el colegio en una situación donde deben estar atentos,
realizando tareas cognitivas que requieren esfuerzo mental, con muchos
distractores visuales y auditivos, con los compañeros y los conflictos entre
ellos. Formar a los profesores en estas técnicas parece ser necesario.
Por todo
ello hay que ser optimistas, cada vez sabemos más sobre el origen del trastorno
y existen tratamientos eficaces para el mismo. Si los padres y los profesores se
mantienen informados, si las asociaciones facilitan las ayudas y la búsqueda de
recursos y los expertos continúan con sus estudios e investigaciones, entre
todos lo conseguiréis. Será, sin duda, una tarea gratificadora en la que todos
prenderemos de todos.
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