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LA DISLEXIA. APROXIMACIÓN DESDE LA NEUROLOGÍA
El
sustrato neuroanatómico fundamental de los trastornos específicos del
aprendizaje son los circuitos frontoestriados y sus conexiones con el sistema
límbico y el cerebelo. En estas estructuras asientan diferentes aspectos del
procesamiento de la información (control de la atención, planificación,
selección de estrategias, secuenciación, memoria de trabajo, vinculación de
emociones, etcétera) y de las respuestas motoras (activación, inhibición y
regulación).
La
amplitud, complejidad y diversidad funcional de esas estructuras cerebrales
explica la frecuente asociación de los trastornos específicos del aprendizaje
con otros problemas, como el déficit de atención, los trastornos del lenguaje
verbal y del habla o las dificultades de coordinación motora. De esta forma, en
los trastornos específicos del aprendizaje es posible distinguir los asociados
al lenguaje (procesamiento fonológico y/o semántico), a la ejecución motora
(coordinación y praxias) y a la visuoespacialidad (orientación y procesamiento
de las formas).
En la
actualidad, no tenemos marcadores biológicos de estos problemas, pero disponemos
de diversos tests neuropsicológicos y psico-pedagógicos que permiten realizar
una buena evaluación.
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