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CÓMO VEN LOS
PADRES AL NIÑO DISLÉXICO
Los
padres empiezan a fraguar alguna sospecha de que «este niño no es como sus
hermanos»; los otros empezaron a leer antes y les gustaba más el colegio. La
profesora quiere hablar con ellos y les comunica que le cuesta aprender y les
sugiere un estudio psicológico. Hasta hace poco consideraban a su hijo como un
niño normal, pero desde que ha empezado el colegio todo son problemas, ¿será la
profesora? El niño inventa excusas para no ir al colegio; está malo, le duele la
cabeza... Por la tarde, cuando vuelve del colegio, está inquieto, triste y
agobiado, los deberes son un suplicio. Odia las clases y dice que sus compañeros
se ríen de él. Su carácter se ha ido transformando, se le ve más retraído, ahora
se muestra huraño y agresivo, se pelea con los niños. No quiere ni oír hablar de
la lectura.
Los
padres se preguntan: ¿qué estamos haciendo mal?, ¿qué podemos hacer? La
preocupación y el temor son normales al principio, pero los padres pueden ayudar
mucho a su hijo y deben ponerse en marcha rápidamente, con claridad y serenidad.
El niño necesita un programa especial de recuperación, un colegio que le
entienda y apoyo familiar.
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