LA DISLEXIA:
SER
DISLÉXICO
En todos
los centros y en casi todas las aulas hay un número de escolares que tienen
problemas de lectoescritura; éstos pueden ser diferentes de unos a otros. Un
grupo de estos niños (por ejemplo entre un 5 y un 12 por ciento de los escolares
de España, según distintas estadísticas) presentan lo que llamamos, siguiendo el
DSM-IV, un trastorno de aprendizaje al que se suele llamar dislexia.
Los
alumnos disléxicos son los grandes incomprendidos; se les ve con estrategias y
habilidades en muchas facetas de su vida (relación social, dibujo,
comprensión...), y, sin embargo, son muy torpes en otras. Algunos profesores no
acaban de asumir su problemática y con frecuencia les transmiten expresiones
como «tienes que leer mejor», o «debes mejorar tu caligrafía» o «pones
demasiadas faltas de ortografía», como si de su voluntad dependiera.
Estos
alumnos pueden aprender «mucho» pero necesitan de esas medidas, siempre
necesarias y hoy obligatorias, que llamamos de «atención a la diversidad».
Evitar su fracaso escolar es el reto de la escuela que acepta a la diversidad de
alumnos que confluyen en las aulas.
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