CAUSAS DE LA
DEPRESIÓN INFANTIL
Como en
el caso de los adultos, la depresión infantil puede tener muchas causas y surge
por la combinación de distintos factores relacionados con la salud física, los
acontecimientos de la vida, los antecedentes familiares, el ambiente, la
vulnerabilidad genética y las alteraciones bioquímicas. Las teorías biológicas y
psicológicas se complementan para dar una explicación a su aparición.
Entre las
teorías biológicas, se encuentran las que apelan a los factores bioquímicos. Las
alteraciones de la regulación de algunos neurotransmisores monoamínicos, en
particular la noradrenalina y la serotonina, que tienen importantes vías de
acción en centros subcorticales asociados al placer, son las responsables del
desánimo y la tristeza. Más recientemente se ha propuesto la hipótesis de una
relación entre la depresión y el equilibrio colinérgico, que se caracteriza por
un dominio colinérgico relativo. Además se ha visto que la dopamina disminuye
desde el punto de vista funcional en algunos casos de depresión mayor.
Otro
grupo de teorías biológicas apelan a factores genéticos y hereditarios. La
evidencia científica muestra que los niños con antecedentes familiares de
depresión tienen mayor riesgo de padecer este problema y una mayor probabilidad
de presentarse antes.
Dentro de
las teorías psicológicas son varias las que han intentado dar una explicación a
la aparición y mantenimiento de la depresión infantil, pero son las teorías
cognitivas y conductuales las que mayor influencia han tenido a la hora de
explicar la etiología de la depresión infantil.
En las
teorías conductuales los síntomas de la depresión infantil se consideran como el
resultado de problemas en la interacción del niño con el ambiente. Se le da
mucha importancia al aprendizaje, a las consecuencias ambientales, así como a la
adquisición o déficits de destrezas por parte del niño.
En las
teorías cognitivas se han dado diversas explicaciones:
•
Modelo de Indefensión Aprendida de Seligman: en este modelo se concibe que
las conductas depresivas se desarrollan cuando el niño aprende que no tiene
esperanza de controlar nunca las situaciones aversivas en las que se encuentra.
Los resultados o desenlaces con los que se encuentra son incontrolables y las
expectativas parten de que sus respuestas o actos no influyen en los eventos de
sus vidas.
•
Modelo Cognitivo de Beck: las alteraciones surgen en aquellos individuos que
poseen una visión deformada de la realidad. Esta visión errónea se basa en unos
presupuestos que impregnan y condicionan su percepción de la realidad. Estas
personas poseen unos esquemas distorsionados de la realidad que fácilmente se
activan ante sucesos estresantes. Esos esquemas, al orientar y canalizar la
percepción de la realidad, generan lo que se llama la triada cognitiva (visión
negativa de sí mismo, del mundo y del futuro) y producen emociones indeseables
que contribuyen a la aparición de síntomas afectivos, motivacionales y
conductuales. Las causas de la depresión son las ideas, pensamientos y creencias
específicas que las personas con depresión tienen sobre el mundo y sobre sí
mismos. Ambos modelos cognitivos, éste y el anterior postulan que sin un
desencadenante estresante que active las cogniciones depresivas latentes no se
produce la depresión.
•
Otros modelos cognitivos: el modelo D'Zurilla y Nezu propone que la
depresión se relaciona con déficits en las habilidades de resolución de
problemas interpersonales. En este modelo se propone que en la depresión se
evidencian déficits en la generación de soluciones alternativas ante problemas
sociales y toma de decisiones. Los niños responderían con síntomas depresivos
ante los eventos estresantes y los problemas de la vida diaria por carecer de
habilidades para resolverlos.
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